El orégano, de nombre científico Origanum vulgare L., pertenece a la familia de las Lamiaceae (Labiatae) y es una planta que crece espontáneamente en los lugares soleados y áridos hasta 2000 m sobre el nivel del mar y es cultivada como planta aromática y por sus propiedades terapéuticas.
El tallo es erguido, de sección cuadrangular, de 50-80 cm, ramificado y en la parte superior de color rojizo y bañado por una espesa pelusa. La raíz es un rizoma rastrero negruzco provisto de raíces fibrosas. Las hojas son ovalado-lanceoladas, de márgenes lisos o ligeramente dentados, provistas de un corto pecíolo, a menudo pubescentes. Las flores están recogidas en panículas en el ápice de los tallos y de un bonito color blanco - rosado – rojo, provistas de brácteas rojizo - moradas y son sobre todo hermafroditas de polinización entomófila por parte de abejas y mariposas. El fruto es una cápsula de color oscuro.
El orégano tiene indiscutibles propiedades medicinales
La composición de sus constituyentes esenciales es muy parecida a la del tomillo. La composición en principios activos es variable según la época de recolección, de las condiciones de cultivo y de cómo la planta sea recogida y conservada.
En líneas generales, en todo caso, los principales constituyentes del orégano responsables de sus innumerables virtudes (los aceites esenciales están cerca del 4%) son los fenoles y en particular el timol que es un antiséptico, antiespasmódico y vermífugo que se usa en la preparación de los productos a utilizar para uso interno y externo; el otro es el carvacrol, un antiséptico muy utilizado en perfumería.
Otros constituyentes de los aceites esenciales son grasas, proteínas, numerosas sales minerales (de calcio, hierro, magnesio, sodio, zinc, potasio) y vitaminas como la tiamina, carbohidratos.
Las propiedades son: analgésico, antiséptico, antiespasmódico, expectorante, estomacal y tónico, ayuda a la digestión, atenúa los dolores intestinales y el meteorismo y además es un óptimo calmante para la tos con propiedades expectorantes.
Del orégano se utilizan las hojas y los ápices florales recolectados en verano en plena floración.
Las hojas y los ápices florales pueden ser secados en lugares oscuros y ventilados pero se recomienda efectuarlo muy rápidamente después de la recolección porque los aceites esenciales son muy volátiles y por lo tanto podría perder parte de sus propiedades.
El orégano, contrariamente a lo que ocurre con otras hierbas (por ejemplo el perejil, ajo, albahaca, tomillo, etc.) con la desecación mantiene su aroma, más bien resulta más fuerte y concentrado como también ocurre en el romero. Esto podría ser explicado por el hecho de que la destrucción de los tejidos vegetales, hace disponibles principalmente a los aceites esenciales que por lo tanto se difunden rápidamente entre los alimentos.
Las fumigaciones liberan la nariz.
Esparcido sobre la comida ayuda en las patologías debidas a una mala digestión (meteorismo, hemicránea, etc).
Bebido como infusión es un óptimo coadyuvante en los tratamientos para la celulitis. La infusión mezclada con vino estimula las funciones digestivas, alivia el dolor de cabeza, los dolores intestinales y ayuda en los casos de resfriado.
Las gárgaras ayudan en los casos de inflamación de la garganta.
En cosmética es usado para hacer baños purificantes, estimulantes y desodorantes sumergiendo en el agua del baño una bolsita de tela con un puñado de orégano.
Óptimo para la tortícolis aplicando un ramillete de flores (como cataplasma) apenas recogido y apenas calentado.
Su aceite esencial es muy utilizado en aromaterapia y en perfumería.
El orégano, especialmente en los países mediterráneos es muy conocido y utilizado como especia para aromatizar numerosos manjares.
El orégano es un buen repelente de hormigas: basta rociarlo en lugares concurridos por las hormigas y acordarse de reponerlo a menudo.
Puede causar irritaciones si se usara puro sobre la piel.
Ver: Orégano - El lenguaje de las flores y de las plantas.