Aucuba japonica
La Aucuba es una planta robusta y muy decorativa que puede cultivarse en casa o en el jardín, nativa de Japón, popular por su denso follaje y frutos rojos muy coloridos y brillantes.
La Aucuba es una espléndida planta perteneciente a la familia de los Garryaceae, originaria del Himalaya, de China y de Japón.
Son plantas arbustivas siempreverdes que recuerdan a la planta de Laurel (tanto que a la Aucuba japonica, también se la llama "Laurel manchado"), muy utilizadas con propósito ornamental tanto como planta de piso que como seto.
Las hojas son lanceoladas - ovaladas de 2 cm a 7 cm de largas con márgenes lisos o dentados según la especie, con venas características y de consistencia comúnmente correosa.
Las flores son pequeñas (4-8 mm), provistas de cuatro pétalos morado-marrones que florecen de marzo a abril.
Las Aucuba son plantas dioicas, es decir que las flores masculinas y las flores femeninas están en plantas diferentes por lo que, si se quieren conseguir las características bayas rojas, es necesario plantar una planta "masculina" cerca de una planta "femenina".
El fruto es una baya de color rojo que persiste por bastantes meses.
Las semillas maduran de octubre a febrero.
Esta deliciosa planta se encuentra ya un poco en cualquier sitio, en Europa y en América, en las zonas de clima templado, gracias a la belleza de sus hojas, a su relativa rusticidad y a la belleza de sus frutos que dan un toque de gracia y alegría.
Existen pocas especies pertenecientes al género Aucuba
La Aucuba japonica es la especie más cultivada y extendida, caracterizada por tener hojas ovaladas, brillantes con los márgenes dentados. Produce preciosas bayas rojas que maduran entre octubre y noviembre. Es una planta que como media crece 2-3 m, pero si encuentra las condiciones óptimas de crecimiento se convierte en un árbol de 10-15 m de alto y más.
Existen numerosas variedades e híbridos de los que recordamos tres:
Las Aucuba chinensis son arbustos que alcanzan 3-6 m de altura, con ramas densamente pubescentes, hojas verde claro y verde oscuro en la parte inferior, elípticas, de 7-25 cm de largo y 1-2 cm de ancho, con los márgenes dentados.
Produce las bayas características del género.Crece espontáneamente en las selvas asiáticas entre los 300 - 1000 m de altitud. También de esta especie existen numerosas variedades entre las que recordamos: Aucuba chinensis ‘Angustifolia’; Aucuba chinensis ‘Obcordata’; Aucuba chinensis ‘Subintegra’.
La Aucuba himalaica como dice el nombre mismo es originaria del Himalaya, con hojas ovaladas, de bordes lisos, de un bonito color verde intenso, sin venas aparentes y que produce las bayas características de la especie.
La Aucuba es una planta de fácil cultivo.
No tiene en ningún caso problemas particulares acerca de su colocación; la posición óptima es con sol moderado, mejor en semisombra.
Tolera los suelos secos y la sequía, los vientos salados y la polución atmosférica.
Resiste temperaturas de hasta -15°C y no quiere temperaturas por encima de 20°C.
Aunque la planta es muy tolerante y resistente a los períodos de sequía, prefiere buen riego, asegurándose de que la tierra se seque entre un riego y otro.
No tolera los encharcamientos.
Se trasplanta en primavera cada 2-3 años.
No es particularmente exigente en terreno. En cualquier caso, crece bien en suelos ricos en materia orgánica y que drenen muy bien ya que no tolera el agua estancada que puede causar la pudrición del sistema radicular.
Una precaución importante que consiste, si la planta se debe plantar al aire libre, en fijar de antemano la mezcla de materia orgánica y mejorar la estructura del suelo así como en elegir una ubicación que no se encuentre en valles u hondonadas que crearían el peligro del agua estancada.
En el período primavera-verano es oportuno abonar nuestra Aucuba con un buen abono líquido cada 2-3 semanas diluyéndolo en el agua de riego.
Durante los otros períodos los abonos deben ser suspendidos.
Use abonos completos que además de contener macroelementos cuál nitrógeno (N), fósforo (P) y potasio (K), contenga también microelementos como el hierro (Fe), el manganeso (Mn), el cobre (Cu), el cinc (Zn), el boro (B), el molibdeno (Mo), todos importantes para un correcto crecimiento de la planta.
Reducir ligeramente las dosis con respecto a lo indicado en el producto.
La Aucuba florece en primavera, entre abril y mayo dando flores no particularmente llamativas pero que dan origen a las preciosas drupas de color rojo vivo, muy persistentes que destacan entre la hojarasca verde.
Recuerde que es una planta dioica, es decir que las flores masculinas y las flores femeninas están en plantas diferentes, así que si usted quiere tener los frutos es necesario tener tanto una planta hembra como una planta macho (los viveros deberían saberlo!). No hay modo de saber por las hojas o por el aspecto exterior si la planta que ha adquirido es "hembra" o "macho", tiene que esperar a la floración porque obviamente las plantas masculinas tendrán las anteras mientras las plantas femeninas tendrán el pistilo.
Pueden posarse para contener su desarrollo o para, por ejemplo, darle formas particulares como seto, al principio de la reanudación vegetativa, en primavera.
Tenga cuidado de que el utensilio que use para el corte esté limpio y desinfectado, preferiblemente a la llama, para evitar infectar los tejidos.
Se multiplica por esqueje o por semilla. Al elegir la técnica a adoptar hace falta tener presente que la multiplicación por semilla tiene consigo la desventaja de que, al ocurrir la variabilidad genética, no se está seguro nunca de que se tendrán plantas iguales a las plantas madre, en cuyo caso si se quiere conseguir una Aucuba bien precisa o no se está seguro de la calidad de la semilla que se está utilizando, es mejor hacer la multiplicación por esqueje.
MULTIPLICACIÓN POR ESQUEJE
El esqueje puede ser retirado en cualquier momento entre septiembre y febrero, o mejor en octubre-noviembre. Los esquejes deben ser de aproximadamente 15-20 cm de largo, y cortarlos inmediatamente por debajo de un nudo. Se recomienda cortar con una hoja de afeitar o un cuchillo afilado para evitar el deshilachado de los tejidos, asegurándose de que la herramienta que se utiliza para el corte está limpia y desinfectada (preferiblemente a la llama) para evitar infectar los tejidos.
Después de haber eliminado las hojas más bajas, se hunde la parte corta en un polvo para favorecer el enraizamiento.
Posteriormente se instalan los esquejes en un compost formado por una parte de turba y una de arena gruesa. Se hacen agujeros con un lápiz, tantos como esquejes y se instalan como se indica en la foto. Tenga a continuación cuidado de compactar delicadamente el mantillo.
Riegue cuando note que el mantillo se pone seco.
Cuando aparezcan los primeros brotes la planta habrá arraigado. Entonces podrá ya tratarla como una planta adulta pero tenga cuidado de mantenerla en un entorno protegido el invierno siguiente.
MULTIPLICACIÓN POR SEMILLAS
Si se prevé hacer la siembra en maceta o en semillero, las semillas deben sembrarse en octubre en un compost formado por tres partes de mantillo fértil y una de arena gruesa y enterrarlas a una profundidad de 0,5 cm. Acuérdese de que las semillas deben ser sacadas del revestimiento pulposo porque éste podría inhibir la germinación.
La bandeja que contiene las semillas debe mantenerse a la sombra, a una temperatura alrededor de 15°C y es fundamental que el mantillo quede constantemente húmedo (use un rociador para humedecer totalmente el mantillo) hasta el momento de la germinación.
La bandeja debe ser cubierta con una hoja de plástico transparente (o una plancha de vidrio) que garantice una buena temperatura y evite el desecamiento del mantillo demasiado rápidamente. Desde que hayan brotado las semillas, generalmente después de 1-3 meses, se aparta el paño de plástico y se desplaza la caja a una posición más luminosa (no sol directo). Entre todas las plantas germinadas, indudablemente habrá algunas menos vigorosas que otras. Localízalas y elimínalas de modo que garantices más espacio para las plantas más robustas.
Cuando sean lo bastante grandes para poder ser manipuladas (5-6 cm), las trasplantará teniendo en todo caso mucho cuidado con no estropear ninguna parte de la planta (sería preferible usar un tenedor para estas operaciones que enhebrará debajo del terreno para tomar la planta entera y ponerla en la nueva maceta) con un mantillo tal como el indicado para las plantas adultas y las tratará como tales.
Las Aucuba no son plantas particularmente sometidas a enfermedades. En todo caso las patologías que se pueden encontrar son las siguientes:
Éstos son síntomas típicos de excesiva exposición al sol.
Remedios: desplazar la planta a un lugar más sombreado.
Podrían significar que se está en presencia de la cochinilla o cochinilla algodonosa. Para estar seguros, se aconseja hacer empleo de una lupa para observarlas. Compare con las fotos bajo: son características, no puede equivocarse. Además si intenta sacarla con una uña, viene fuera fácilmente.
Remedios: retírelas con un copo de algodón mojado en alcohol o si la planta es grande y en maceta, puede lavarla con agua y jabón neutro frotando muy delicadamente con una esponja para retirar los parásitos; después, la planta debe ser aclarada muy bien para eliminar todo el jabón. Para las plantas más grandes y plantadas a cielo abierto, puede usar antiparasitarios específicos localizables en un buen vivero.
Esta sintomatología, cuando son evidentes las manchas necróticas sobre las hojas, en la base de los pecíolos y los tallos de las plantas que aparecen blandos porque se pudren y se desarrolla un hongo de color grisáceo son síntoma de la presencia del hongo Botrytis spp.
Remedios: eliminar enseguida las partes infectadas y tratar con un anticriptogámico específico. Los remedios respecto a la Botrytis son ante todo preventivos, ya que este hongo es favorecido por una excesiva humedad del aire y riegos excesivos.
La Aucuba fue introducida en Europa en 1783 por el botánico John Goefer que no se percató de que los ejemplares que introdujo fueron todos hembras por lo que no logró conseguir las bayas. Sólo cincuenta años después, en 1840 también se introdujeron las plantas masculinas y así las especies comienzan a proliferar y a difundirse (y a producir los legendarios frutos rojos).
