El género Tillandsia comprende plantas de increíble belleza, auténticas esculturas vivientes, únicas en su género. Pertenecen a la gran familia de las Bromeliaceae con más de 450 especies de plantas epifitas, particularmente aptas para cultivarlas sobre tutores de madera u otros soportes inertes.
El género Tillandsia pertenece a la familia de las Bromeliaceae y comprende cerca de 450 especies de plantas muy diferentes entre ellas. Generalmente se trata de plantas epifitas (las epifitas más famosas y conocidas son las orquídeas) y se cultivan comúnmente sobre tutores inertes.
Son plantas originarias de América meridional, de México hasta la Argentina, y son de increíble belleza, auténticas esculturas vivientes y si a esto añadimos que son fáciles que cultivar... ¿qué espera a tener una de ellas en casa?
Una particularidad que las permite vivir como plantas epifitas es la presencia de unos pelos particulares (tricomas) en forma de escamas que logran retener la humedad del aire y encauzar a los tejidos tanto el agua como los elementos nutritivos que puedan recibir. En la práctica funcionan como auténticas bombas de nutrición. Otro modo que tienen de procurarse los nutrientes necesarios para su supervivencia es gracias a la presencia de bacterias fijadoras de nitrógeno que se encuentran en la planta y que les garantizan una buena reserva de nitrógeno.
Las hojas son extremadanamente diferentes entre ellas según la especie: espinosas o sin espinas, a veces pubescentes o bien con escamas, lineales o lanceoladas y hasta filiformes. Así pues, una gran variedad para todos los gustos.
En algunas especies las hojas se disponen en roseta por un ensanchamiento de sus bases, formando una especie de copa en la que en la naturaleza se recoge el agua pluvial. En esta reserva de agua se acumulan una flora y una fauna a menudo abundantes: restos vegetales y animales que son digeridos en parte con su descomposición, así que de alguna manera podemos hablar de plantas carnívoras (aunque de manera muy limitada).
Las flores se forman en la axila de brácteas, muy a menudo irregularmente coloreadas, y se reúnen para formar una inflorescencia también en este caso de forma y dimensiones diferentes, según la especie.
Las flores no duran mucho pero mantienen las brácteas coloreadas bastantes semanas.
El fruto es una cápsula lineal que contiene tres semillas aladas.
El género comprende unas 450 especies.
No son plantas difíciles de cultivar si se respetan sus exigencias.
Son plantas que no quieren la luz directa del sol que podría quemar las hojas y pueden ser cultivadas también a temperaturas superiores a los 27°C mientras que en invierno no tienen que bajar de los 10°C.
No solicitan grandes cantidades de luz, incluso la media sombra les va bien.
Durante el buen tiempo la planta se lo agradecerá si la lleva al exterior y a la sombra. Atención con la T. usneoides porque gusta mucho a los pájaros que la buscan para relleno del nido.
En las zonas donde la temperatura no baja de los valores indicados, la planta puede ser criada con tranquilidad al exterior, anclada a algún árbol y en posición sombreada. Si las temperaturas pudieran hundirse de repente puede cubrirla con un paño.
Una recomendación: si ve que en el lugar donde la ha situado se encuentra bien, no la desplace porque quiere decir que ha encontrado un microclima ideal.
El riego, para las especies provistas de copa, se realiza rellenando la copa central originada por el ensanchamiento de las hojas que tiene que estar siempre llena y cada mes debe ser vaciada para renovar el agua y eliminar sales eventuales, restos vegetales o animales u otras sustancias que al pudrirse perjudicarían a la planta.
Para las plantas pequeñas y con copa, no se vuelvan locos tratando de rellenarla haciendo contorsiones entre las hojas. Si dirige hacia arriba el chorro del agua y lo deja resbalar a lo largo de las hojas, se rellenará por sí misma.
En el caso de las especies que pueden ser cultivadas en macetas (T. lindeniana e T. cyanea) con sustrato parecido al utilizado para las orquídeas, éste debe ser mantenido constantemente húmedo (no mojado), teniendo cuidado con no dejar agua en el posamacetas.
Son plantas que solicitan un entorno húmedo por lo que hace falta, sobre todo durante la estación veraniega, efectuar nebulizaciones regulares, dos veces al día.
Una cosa muy importante es que no quieren la caliza, por lo que o se usa agua demineralizada o agua pluvial o bien se puede hervir el agua con alguna gota de vinagre antes de utilizarla. Atención a no excederse sobre todo con las nebulizaciones en invierno. Mejor un poco de agua de menos que de más.
Las plantas cultivadas al exterior, en los períodos de lluvias no necesitan ningún cuidado, nos asiste la madre naturaleza.
No se puede hablar de un auténtico trasplante al ser plantas epifitas, viven apoyadas sobre las ramas o sobre los troncos.
Las plantas se instalan sencillamente de este modo: se pone una gota de mástic especial para plantas sobre la superficie a la que se quiere anclar (la madera o la corteza son muy decorativas pero puede colocarla sobre cualquier soporte que desee) y luego se instala la planta. Una buena idea podría ser también situarla en el tronco de una drácena que ya tenga en casa: de este modo también se aventajaría de las nebulizaciones y del entorno más húmedo que quedaría entre sus frondas.
Sólo en el caso de las Tillandsia lindeniana y cyanea se puede hablar de auténtico trasplante ya que pueden ser cultivadas por ejemplo como la orquídea Phalaenopsis, utilizando los mismos tratamientos a los que les reenvío.
Por lo que concierne a los abonados durante el período primavera- verano deben hacerlos dos veces al mes diluyendo el fertilizante en el agua de riego, disminuyendo las dosis con respecto a lo indicado en el paquete (las casas productoras siempre tienden a exagerar). En otoño y en invierno, una vez al mes.
Trate de hacer de modo que no caiga en el pocillo de hojas donde podría amenazar con quemar las hojas o que se formen algas nocivas para la planta.
Puede utilizar un buen abono líquido balanceado igualmente en nitrógeno (N), fósforo (P) y potasio (K) (tipo 20:20:20), y que contenga también microelementos como el magnesio (Mg), el hierro (Fe), el manganeso (Mn), el cobre (Cu), el cinc (Zn), el boro (B), el molibdeno (Mo), todos importantes para el crecimiento de la planta.
Tenga en cuenta que el período de floración es variable de especie a especie, en líneas generales podemos decir que florecen hacia el final del verano y en otoño. Las flores aparecen entre brácteas irregularmente coloreadas que duran muchas semanas.
Después de la floración la roseta de hojas que ha producido la flor muere. Cuando se dé cuenta de que las hojas empiezan a oscurecerse, divida la planta.
Generalmente la planta no se poda. Vaya sencillamente eliminando las hojas que poco a poco se secan o se estropean para evitar que se conviertan en vehículo de enfermedades parasitarias.
Tenga cuidado de que el utensilio que use para el corte esté limpio y desinfectado, preferiblemente a la llama, para evitar infectar los tejidos.
Las Tillandsia se multiplican por división de la planta.
MULTIPLICACIÓN POR DIVISIÓN DE LA PLANTA
En primavera, se apartan de la base de la planta los brotes que se forman, tratando de retirarlos con un poco de raíces. Estos brotes se fijan con una gota de mástic para plantas al soporte seleccionado y se cultivan como las plantas adultas.
Con este tipo de plantas hace falta recordar que el suministro de antiparasitarios debe hacerse con mucha cautela y que eventualmente tienen que suministrarse de modo que no se estanquen en el pozuelo lleno de agua lo que podría perjudicar a las hojas. En todo caso son plantas bastante resistentes a las enfermedades.
Este síntoma nos dice que la planta tiene frío, es decir que se encuentra en un lugar donde las temperaturas son demasiado bajas o hay corrientes de aire.
Remedio: desplazar la planta a un lugar más idóneo.
Este síntoma es índice de que la planta ha sido expuesta al sol o de que la humedad es demasiado escasa.
Remedio: comportarse en consecuencia.
Las manchas sobre el envés de las hojas podrían significar cochinilla algodonosa. Para estar seguros, sugerimos utilizar una lupa y observar. Se caracterizan por tener una especie de escudo protector, de color blanco. Son características, no hay riesgo de error. Además si probáis a sacarlas con una uña, salen fuera fácilmente.
Remedio: sacarlas con un copo de algodón mojado en alcohol o si la planta es grande y en maceta, se puede lavar con agua y jabón neutro frotando muy delicadamente con una esponja para retirar los parásitos. Después, la planta debe aclararse muy bien para eliminar todo el jabón. Para las plantas más grandes y plantadas a cielo abierto, puede usar productos químicos específicos.
Si nota pequeños insectos de color blanco-amarillento-verdusco está casi indudablemente en presencia de áfidos comúnmente llamados pulgones. Obsérvelos con una lupa y compárelos con la foto al lado, son inconfundibles, no puede equivocarse.
Remedio: tratar con pesticidas específicos que pueden encontrarse fácilmente en un vivero.
Son plantas conocidas desde la antigüedad, en efecto fueron conocidas entre los mayas que adornaron sus casas con ellas.
Fueron descritas por primera vez en el 1623 por el botánico y médico suizo Gaspar Bauhin en su tratado Pinax Theatri Botánicos y debe su nombre a Linneo que unos 100 años más tarde la clasificó con el nombre de Tillandsia. Pero su fisiología y cómo viven sólo fueron puestas en evidencia en 1904 gracias al botánico alemán Carl Menzdi que describió precisamente la fisiología de las plantas epifitas desvelando por lo tanto un misterio que hasta entonces despertó la curiosidad y asombraba a muchos botánicos y apasionados de la época.
Otra particularidad de esta planta es que son capaces de absorber la polución del aire, y muchos hidrocarburos creados también en los procesos de combustión de los carburantes y, según otros estudios, formaldehído, anhídrido sulfuroso, ozono y humo de cigarrillos. En fin tener una de ellas dentro de casa solo puede ser más que positivo.
