Las Maranta son plantas estupendas, particularmente indicadas para los que tienen poca paciencia con las plantas y desean ver enseguida los resultados ya que crecen muy rápidamente.
El género Maranta pertenece a la familia de las Marantaceae. Son plantas originarias de la selva ecuatorial del Brasil y de Guyana donde crecen en los lugares sombríos del sotobosque.
Las Maranta son plantas siempreverdes, herbáceas y su particularidad son las hojas, con arabescos irregulares y formas y colores extraordinarios. Las hojas además tienen la particularidad de quedar erguidas durante la noche y doblarse durante el día para conservar la humedad.
Las flores son muy pequeñas, blancas, asociadas en espigas y poco llamativas.
Las Maranta son plantas de rápido crecimiento por lo que son indicadas para quien tenga poca paciencia con las plantas y desea ver enseguida los resultados.
Existen numerosas especies de Maranta entre las que recordamos
La Maranta leuconeura es una pequeña planta que no supera los 30 cm de altura con hojas de alrededor de 15 cm de largas llevadas por largos pecíolos que envuelven el tallo. Comprende tres híbridos principales:
planta tiene las hojas aterciopeladas de color gris-verdoso intenso con manchas castaño cuadradas que con el tiempo se convierten en verde oscuro sobre ambos lados de la nervadura principal de color verde claro mientras el envés es de color gris-azulado claro. Produce graciosas florecitas blancas (foto debajo).
Sus particularidades son las nervaduras alegremente pintadas de rojo. La hoja es aterciopelada y presenta una característica tira, en correspondencia con la nervadura central, de color verde muy claro mientras las zonas incluidas entre las nervaduras rojas son de color verde muy oscuro. El envés de las hojas es de color rojo intenso (foto debajo).
Las hojas son aterciopeladas y caracterizadas por manchas argentadas que se extienden tipo raspa de pescado desde la nervadura central hacia el margen de la hoja (foto debajo).
La Maranta makoyana (foto debajo) tiene las hojas elipsoidales de consistencia de papel de color verde aceituna con venas rojizas. Las hojas tienen largos pecíolos que parten de los tubérculos radiculares.
La Maranta arundinacea (foto debajo) presenta hojas de hasta 30 cm de largas y 10 cm de anchura irregularmente jaspeadas que en la Maranta arundinacea ‘Variegata’(foto al lado) son de color blanco.
Las temperaturas óptimas para un buen cultivo de la Maranta están entre los 20°C y los 28°C con una humedad relativa muy alta, igual al 90%. Por tal motivo se cultivan en lugares sombreados.
Para conseguir hojas sanas, bien desarrolladas y tintadas es oportuno tener la planta de abril a septiembre casi a la sombra.
La Maranta se riega a menudo de modo que se mantenga el sustrato constantemente húmedo durante el período primavera - verano. Durante el resto del año los riegos deben ser disminuidos y tienen que ser lo justo para mantener el sustrato ligeramente húmedo.
La planta quiere entornos húmedos por tanto tenga cuidado de pulverizar a menudo las copas. Si las temperaturas son superiores a 20°C, pulverizar cotidianamente. Misma cosa durante el período invernal si en su casa están encendidas las calefacciones.
La Maranta a menudo debe ser trasplantada por tratarse de una planta de rápido crecimiento. Las plantas jóvenes deben ser trasplantadas cada dos años hasta lograr dimensiones de la maceta de 20 cm de diámetro. Después se extraen los primeros centímetros de sustrato (2-3 cm) y se sustituyen con sustrato nuevo, en primavera.
Utilizar un sustrato muy blando y poroso constituido por turba y hojas de haya con añadidura de un poco de arena gruesa para favorecer el drenaje del agua de riego. La planta no tolera en efecto los estancamientos. Con tal objetivo poner sobre el fondo de la maceta pedacitos de barro cocido que favorecen el escurrido de las aguas en exceso.
Siempre recomiendo usar terracota porque, al ser porosa, permite a la tierra respirar y corrige eventuales excesos de riego (permite evaporar el agua).
Toda la primavera y el verano es oportuno abonar las Maranta cada 2 semanas utilizando un buen abono líquido que deberá ser suministrado con el agua de riego. En los otros períodos del año, una vez al mes.
El abono a utilizar tiene que tener una aportación más que doble de nitrógeno con respecto del potasio y en menor medida el fósforo. Es preferible usar un abono que contenga también otros elementos como el magnesio (Mg), el hierro (Fe), el manganeso (Mn), el cobre (Cu), el cinc (Zn), el boro (B), el molibdeno (Mo), todos importantes para un equilibrado crecimiento de la planta.
Un consejo: reducir ligeramente las dosis con respecto a las indicadas en el producto. Si se ha usado un buen sustrato y trasplanta regularmente la planta ya tiene una buena reserva de elementos nutritivos. Han muerto más Marantas por exceso de abono que por escasos cuidados culturales.
La floración de la Maranta no es muy llamativa. Las flores son pequeñas y de color blanco - morado. Generalmente las plantas cultivadas en casa muy raramente florecen.
No se habla de verdadera en el caso de la Maranta. Se tiene que tener sólo la prudencia de sacar las hojas viejas o muerte para dejar espacio a los nuevos brotes y evitar que se conviertan en vector de enfermedades parasitarias.
La Maranta se multiplica sencillamente dividiendo la planta o por esqueje de tallo.
MULTIPLICACIÓN POR DIVISIÓN DE LA PLANTA
Al fin del invierno, se saca la planta de la maceta y delicadamente se separan las raíces carnosas teniendo cuidado de no dañarlas. Hecho esto se cogen dos potes y se establecen las nuevas plantas en un sustrato como el indicado para las plantas adultas.
Tenga mucho cuidado con dañar las raíces durante esta operación porque son muy delicadas, mejor usar un palito y no con las manos. Se posicionan las macetas en un lugar caliente y luminoso pero no al sol directo y se tiene el sustrato ligeramente húmedo.
Cuando empiecen a aparecer los nuevos brotes quiere decir que las plantas han arraigado: trátela como las plantas adultas.
MULTIPLICACIÓN POR ESQUEJE
Entre mayo y agosto se pueden retirar del ápice de los tallos esquejes de unos 10 cm de largo cada uno provisto de 2-3 hojas que se cortan justo bajo un nudo, con un corte oblicuo (para tener una mayor superficie de enraizamiento y evitar la acumulación de agua sobre la superficie) y espolvorear la parte cortada con un polvo para favorecer el enraizamiento.
Utilice un cuchillo afilado para evitar que se deshilache el tejido, limpio y desinfectado (de preferencia a la llama o con alcohol o lejía) para evitar infectar los tejidos y desinféctelo en cada corte.
Se plantan generalmente 3 esquejes por maceta que debe ser pequeña, no más de 8 cm, en un compost formado por una parte de turba y una de arena gruesa. Se hacen agujeros con un lápiz y se instalan como indicado en la foto. Tener cuidado de compactar luego delicadamente el sustrato.
La caja o la maceta se cubren con una hoja de plástico transparente (o una bolsita puesta a modo de capucha) y se coloca en penumbra y a una temperatura alrededor de 24°C.
Cuando los primeros brotes empiezan a aparecer significa que en los cortes se han formado las raíces. Es momento de quitar el plástico y poner a una luz más positiva (no sol directo), a la misma temperatura y se espera a que los esquejes se robustezcan. Cuando sean suficientemente grandes y hayan producido nuevos brotes vigorosos, se establecerán en la maceta definitiva y se tratarán como plantas adultas.
No molestar los esquejes hasta que hayan emitido los nuevos brotes.
Las hojas mustias son un síntoma de temperaturas excesivamente bajas.
Remedio: posicionar la planta en un lugar más caliente.
Las hojas desteñidas son el clásico síntoma de demasiada luz.
Remedio: posicionar la planta en un lugar más sombreado.
Este síntoma indica que hay poca humedad en el aire y se practican pocos riegos.
Remedio: retirar las partes dañadas, aumentar la humedad del aire y los riegos.
La presencia de manchas blanquecinas algodonosas sobre las hojas indica la presencia de la cochinilla algodonosa. Para estar seguros, sugerimos utilizar una lupa y observar. Se caracterizan por tener una especie de escudo protector, de color blanco. Además si intenta sacarlas con una uña, salen fuera fácilmente.
Remedio: si la infestación no es grave, pueden ser eliminadas usando un copo de algodón mojado en alcohol desnaturalizado. Si su presencia es particularmente masiva y persistente se aconseja usar antiparasitarios específicos fácilmente localizables en un centro de jardinería.
Posteriormente a estas manifestaciones las hojas se abarquillan, asumen un aspecto casi polvoriento y caen. Observando cuidadosamente se notan también sutiles telarañas sobre todo en el envés de las hojas. Con estos síntomas muy probablemente estamos en presencia de un ataque de ácaros o araña roja, un ácaro muy dañino.
Remedio: aumentar la frecuencia de las nebulizaciones porque la falta de humedad favorece su desarrollo y eventualmente, sólo en el caso de infestaciones particularmente graves, usar productos químicos específicos.
Pequeños insectos móviles de color variable de blanco al amarillo o al verde son indudablemente áfidos más a menudo llamados pulgones. Son insectos que si no tuvieran control pueden provocar graves daños a la planta.
Remedio: tratar con pesticidas específicos que pueden encontrarse fácilmente en un vivero.
De los estolones de la Maranta arundinaceae se extrae almidón usado como alimento.
