(Calendula officinalis)
La caléndula, de nombre científico Caléndula arvensis L., pertenece a la familia de las Asteraceae (ex Compositae). Es bastante común en los países de la cuenca del Mar Mediterráneo. Generalmente se encuentra en prados silvestres, en los bordes de las calles y en los olivares hasta 600 metros de altitud.
Es una planta herbácea, anual de porte erguido, de tallo anguloso cubierto de pelos que llega hasta una altura de 50-70 cm, muy ramificado y cuya raíz principal alcanza una profundidad de no más de 30 cm.
Las hojas son lanceoladas, espesas y revestidas por una densa pelusa que le otorga un aspecto aterciopelado, sin pecíolo, con los márgenes enteros o levemente ondulados y ligeramente agudas en el ápice y de un bonito color verde claro. Las hojas inferiores son más pequeñas y dispuestas en roseta con respecto a las superiores que quedan más esbeltas y grandes.
Las flores, compuestas, se disponen en capítulos o cabecillas que se reclinan después de que han florecido, de color amarillo oro, naranja o blanco, de 1-2 cm de ancho. Las brácteas que circundan la corola son de color verde claro de forma ovalada y ligeramente puntiagudas.
Los frutos son aquenios.
La planta florece desde el principio del verano hasta el otoño avanzado.
La Caléndula es conocida mucho más como planta ornamental que por sus virtudes medicinales, que son realmente importantes.
De la caléndula se utilizan todas las partes de la planta (principalmente las hojas y las flores), que son ricas en flavonoides; aceites esenciales; carotenoides y en particular beta-caroteno, licopeno, luteína, xantina, que otorgan el característico color anaranjado; alcohol triterpénico (en particular los ésteres de faradiol) y saponosidos (glucósidos del ácido oleanico). Se ha comprobado que la caléndula no contiene lactonas sesquiterpenes, responsables de las reacciones alérgicas o irritaciones cutáneas o en todo caso con efectos tóxicos, provocadas por muchas plantas pertenecientes a esta familia (y por otras plantas).
Por sus componentes se utiliza como antiinflamatorio, antiséptico, cicatrizante y para aliviar los dolores menstruales.
En cosmética, la caléndula se usa como descongestionante, hidratante y como óptimo astringente.
De la caléndula se utilizan las hojas y las flores.
Las hojas de caléndula pueden recogerse de marzo a noviembre, cogiéndolas una por una, mientras que las flores se recogen de abril a junio cuando no están completamente abiertas, de otro modo perderían los pétalos.
Las hojas y sobre todo las flores pueden ser secadas pero la operación tiene que hacerse enseguida después de la recolección en lugares cálidos, secos y oscuros, de modo que el agua se elimine muy velozmente y la planta de caléndula no pierda el color y sus propiedades.
La conservación debe hacerse en lugares muy secos, porque tienden a absorber la humedad y por lo tanto a deteriorarse. Se conservan bien en botes de vidrio o porcelana o de tela y rigurosamente en lugares oscuros.
El cocimiento de las flores y las hojas de caléndula ayuda en los casos de gripe, tos y resfriado.
La infusión, para los dolores menstruales, fiebre, úlceras e irritaciones cutáneas.
El zumo y las flores de caléndula pueden ser aplicados directamente sobre la piel en el caso de pequeñas heridas, úlceras, llagas o en el caso de estar afectados por el fuego de San Antonio.
El vino de caléndula se puede usar para las neuralgias y los aclarados para el dolor de muelas.
La infusión o el aceite esencial, pasados sobre la piel, combaten los puntos negros y el acné, tonifican la piel, ayudan en el caso de quemaduras y quemaduras solares, picaduras de insectos y son cicatrizantes en caso de heridas.
La infusión o el cocimiento de flores de caléndula añadido al agua del baño, tiene una acción descongestionante e hidratante para las pieles descarnadas, agrietadas y deshidratadas. Las manos agrietadas pueden sumergirse una decena de minutos en un cocimiento de flores y hojas de caléndula.
Además tiene óptimas calidades astringentes por que se usa en los detergentes y en los tónicos para la piel.
Las hojas de caléndula pueden consumirse como las lechugas o ensaladas comunes; los botones florales pueden ser usados como encurtido y pueden reemplazar a los alcaparrones; los pétalos secos son usados para aromatizar el vinagre o para transformarlos en deliciosos confitados.
Se cree que todos los tipos de caléndula derivan de una única especie, la Caléndula arvensis.
No se señalan contraindicaciones en el empleo de la caléndula.
Ver: Caléndula - El lenguaje de las flores y de las plantas.
