El género Ceropegia comprende plantas suculentas de raíz tuberosa caracterizadas por tallos particularmente entrelazados de porte erguido o rastrero, con las hojas muy decorativas y estimadas para tapizar paredes.
Los tallos pueden ser de porte erguido o rastrero y más o menos sutiles y flexibles según la especie. Las especies rastreras son particularmente aptas para cultivar en cestos suspendidos.
Las Ceropegia son plantas originarias de sur África y Canarias pero también de Arabia, de China y de Australia.
Existen unas doscientas especies en el género Ceropegia entre las que recordamos las más conocidas y extendidas:
La Ceropegia woodii (foto debajo) es la especie principalmente cultivada y extendida, originaria de sur África. Los tallos son muy largos, hasta 90 cm, sutiles y flexibles y de color rojizo. Llevan las hojas suculentas, pequeñas, dispuestas de manera opuesta, con tiras blancas sobre el haz y púrpura en el envés. Las flores son de 2,5 cm de largo con una corola tubular con la base abultada de color marrón-rojo y aparecen en la axila de las hojas al final del verano.
La Ceropegia radicans (foto debajo) es originaria de sur África. Es de porte rastrero con pequeñas hojas carnosas de color verde-oscuro. Las flores son erigidas de forma tubular ampliada en la base con los lóbulos soldados a las extremidades de color verde, blanco y púrpura.
La Ceropegia fusca (foto debajo) al revés de las anteriores, es una especie de porte erguido y es originaria de las islas Canarias, son muy parecidas a una caña.
Presenta tallos suculentos, de color gris, a menudo matizados de rojo con hojas muy pequeñas. La flor es de pequeñas dimensiones y poco llamativa.
La Ceropegia dicothoma (foto debajo) es nativa de las islas Canarias con tallos erguidos, robustos, de color verde claro, hojas caducas pequeñas y con las flores de color amarillo muy claro.
Las Ceropegia no son plantas particularmente difíciles de cultivar si se tiene en cuenta que, a pesar de su apariencia, no son particularmente rústicas.
Es una planta que tiene que quedar donde las temperaturas no bajen de 7-10°C. Puede ser cultivada al exterior pero si las temperaturas durante los períodos fríos bajan de estos valores, es necesario poner la planta en una zona protegida.
La planta debe ser expuesta a plena luz, preferiblemente al sur o al oeste.
Las corrientes de aire deben ser evitadas, sobre todo las de aire frío.
Las Ceropegia deben ser regadas de manera moderada desde la primavera y durante todo el verano haciendo de modo que el terreno esté húmedo y dejando secar el sustrato entre un riego y otro.
Durante los demás períodos la planta debe regarse con mucha moderación teniendo sólo cuidado de que el sustrato no se seque completamente.
Las Ceropegia se trasplantan en primavera usando macetas de dimensiones más grandes que la precedente aunque no es una planta que se trasplante todos los años.
Se usa un sustrato para cactus o bien una mezcla formada por sustrato fértil, turba, hojas descompuestas y arena fina, todo a partes iguales. Es importante asegurar un buen drenaje del agua de riego poniendo sobre el fondo de la maceta trozos de barro cocido.
Los tubérculos deben ser plantados muy superficialmente, a cerca de 1 cm de profundidad, y si la maceta se mantendrá suspendida, coloque los tubérculos a una distancia entre ellos de 4-5 cm.
El abono sólo debe ser suministrado durante el período activo de crecimiento, es decir durante el período primavera-verano, cada 2-3 semanas, diluyéndolo en el agua de riego y demediando las dosis con respecto de lo indicado en la confección.
Use buenos abonos que además de contener nitrógeno (N), fósforo (P) y potasio (K) también contengan microelementos como el magnesio (Mg), el hierro (Fe), el manganeso (Mn), el cobre (Cu), el cinc (Zn), el boro (B), el molibdeno (Mo), todos importantes para un correcto y equilibrado crecimiento de la planta.
Son comúnmente plantas generosas que florecen durante el período primavera - verano.
En el caso de las Ceropegia no se habla de auténtica poda sino sencillamente de eliminación de los tallos y las hojas que poco a poco se desecan para evitar que se conviertan en vehículo de enfermedades parasitarias.
La multiplicación puede ocurrir por esqueje o plantando las concreciones tuberosas que se forman a lo largo de los tallos.
MULTIPLICACIÓN POR EXCRESCENCIAS TUBEROSAS
Las concreciones que crecen a lo largo del tallo de la planta sencillamente se separan al principio de la primavera y se plantan en un sustrato formado por turba y arena a partes iguales.
MULTIPLICACIÓN POR ESQUEJE
Al principio de la primavera se retiran los esquejes de 8-10 cm de largo cortando bajo el nudo con un corte oblicuo para tener una mayor superficie de enraizamiento. Después de haber eliminado las hojas más bajas, se plantan en un compost formado por turba y arena a partes iguales.
Sitúe la maceta con el esqueje en una zona de la casa donde las temperaturas estén alrededor de 16-18°C y en ligera sombra y riegue poco.
Si las hojas se arrugan y caen quiere decir que no se suministra suficiente agua sobre todo durante el período primavera-verano.
Remedio: aumentar los riegos pero espere siempre que el terreno se seque entre un riego y otro.
Este síntoma es índice de una escasa iluminación.
Remedio: desplazar la planta a una posición más luminosa y soleada.
Este síntoma hay que atribuirlo a escasos abonos.
Remedio: la planta tiene necesidad de un espacio regular de fertilización tal como indicado en el párrafo "Abono".
Podrían significar que está en presencia de cochinilla y en particular de la cochinilla algodonosa o cotonet. Para estar seguros, sugerimos utilizar una lupa y observar. Se caracterizan por tener una especie de escudo protector, de color blanco. Compare con la foto de al lado. Son características no puede equivocarse. Además si intenta sacarlas con una uña, vienen fuera fácilmente.
Remedio: retírelas con un copo de algodón mojado en alcohol o si la planta es grande y en maceta, puede lavarla con agua y jabón neutro frotando muy delicadamente con una esponja para retirar los parásitos. Después la planta debe ser aclarada muy bien para eliminar todo el jabón. Para plantas más grandes y plantadas al exterior, puede usar productos químicos específicos. Los tratamientos con insecticidas anticochinillas, para que sean más eficaces, deben ir dirigidos contra las larvas, que son más sensibles que el adulto.