El género Allamanda comprende plantas trepadoras siempreverdes naturales del Brasil pertenecientes a la familia de las Apocynaceae que incluye especies que se caracterizan por flores espectaculares como la Plumeria y la Pervinca.
Las plantas son muy especiales y se cultivan no sólo por la belleza de su follaje, sino también por sus hermosas flores. Las hojas se disponen en verticilos y las flores, de color variable del amarillo al rojo más o intenso y más o menos variegado, tienen forma de trompeta, formada por cinco pétalos soldados entre ellos y brotan normalmente en racimos en el extremo de las ramas. Los frutos son cápsulas espinosas más o menos redondeadas.
Son trepadoras (aunque desprovistas de raíces aéreas u otras estructuras para anclarse a las superficies) pero pueden cultivarse, con podas adecuadas, de modo que crezcan como matas.
Existen numerosas especies entre las que recordamos
La Allamanda cathartica, originaria de la Amazonia, se caracteriza por hojas de 10-15 cm de largo, de un bonito color verde brillante, brillantes y rígidas con ramas leñosas. Durante el período veraniego, en los climas templados, produce numerosas flores en forma de embudo de color amarillo vivo mientras en sus lugares de origen florece y fructifica todo el año.
Es la especie más difundida y cultivada.
Existen numerosas variedades entre las que recordamos: la A. cathartica var. Grandiflora con flores amarillo claro de 12 cm de largo; la A. cathartica var. nobilis con flores de color amarillo pálido y perfumado; la A. cathartica var. williamsii con flores anchas de 7 cm, de color amarillo matizado de castaño.
La Allamanda neriifolia es una especie de porte arbustivo y se caracteriza por hojas lanceoladas, rudas, y flores de color amarillo vivo con la garganta estriada de rojo.
Donde las condiciones climáticas lo permiten, florece de manera irregular durante todo el año.
La Allamanda blanchetii o A. violacea violacea es una especie muy utilizada como planta ornamental porque no es particularmente exigente de cultivo y porque es muy decorativa.
La Allamanda Schottii es muy parecida a la A. cathartica y se reconoce porque sus flores y frutos son mucho más pequeños.
Son plantas que pueden cultivarse al aire libre, por ejemplo a lo largo de un muro o una valla, y en maceta.
Solicitan mucha luz. Puede estar a pleno sol pero no en las horas más cálidas del día.
Las temperaturas ideales de cultivo están entre los 20-27°C y en invierno no tienen que bajar de los 15°C. Si se desea cultivarla en zonas donde las temperaturas bajan debajo de estos valores durante el período invernal, conviene cultivarla en maceta de modo que pueda desplazarse a lugares abrigados durante el período frío hasta que las temperaturas se vuelvan más suaves.
Si se hace crecer como planta trepadora, tenga cuidado de fijarla al cañizo, la valla o al muro porque la planta no posee raíces aéreas u otras estructuras aptas para anclarse al soporte. Además se recomienda no cambiar la dirección que las ramas toman naturalmente sino de favorecer ese crecimiento.
La Allamanda se riega con regularidad durante todo el año haciendo de modo que el terreno quede húmedo.
La planta quiere los entornos húmedos por tanto procure o bien hacer nebulizaciones regulares a las frondas, sobre todo en los períodos más cálidos, o bien colocar la planta sobre un posamacetas con guijarros (u otro material inerte) donde se dejará un hilo de agua teniendo cuidado de que el fondo de la maceta no esté en contacto con el agua. Esta disposición se aconseja calurosamente sobre todo durante el período veraniego porque si no, la planta no florece.
La Allamanda se trasplanta al principio de la primavera teniendo mucho cuidado de no molestar o perjudicar las raíces.
Un buen substrato está constituido por una mezcla formada por 3 partes de tierra de jardín, 2 partes de mantillo de hojas o turba y una parte de arena fina, de modo que quede poroso y por lo tanto drene bien.
Se aconseja usar trozos de terracota en el fondo de la maceta para cubrir los agujeros y asegurar un buen drenaje del agua de riego
En lo que concierne a las dimensiones de las macetas, se aconseja no superar los 40-50 cm de diámetro. Una vez alcanzadas estas dimensiones, cada año se extrae la capa superficial del terreno y se sustituye por una nueva.
Se suministrará una vez a la semana un abono líquido con el agua de riego durante todo el período veraniego, disminuyendo ligeramente las dosis con respecto a lo indicado en la confección del fertilizante. Durante el otoño y el invierno no se abona.
Para un equilibrado crecimiento de la planta use un fertilizante que además de contener nitrógeno (N), fósforo (P) y potasio (K), contenga también los microelementos como el hierro (Fe), el manganeso (Mn), el cobre (Cu), el cinc (Zn), el boro (B), el molibdeno (Mo), el magnesio (Mg). Por lo tanto, no confíe en el nombre de la marca por famosa que sea pero lea siempre la etiqueta.
Generalmente florecen durante el período veraniego aunque, si las condiciones climáticas lo permiten, puede florecer todo el año (ver los párrafos dedicados a las especies individuales).
La poda es una operación importante para estas plantas, que debe efectuarse hacia el fin del invierno (febrero) reduciendo las ramas y los tallos dejando solo un par de nudos. Esta operación favorece el nacimiento de nuevos brotes.
Si quieres hacerla crecer como un arbusto hace falta despuntar los brotes al principio del verano cuando sean de 20-30 cm de largo.
Una recomendación: use siempre utensilios limpios y desinfectados (a la llama o con alcohol o lejía), para evitar infectar los tejidos.
La Allamanda se multiplican sobre todo por esqueje.
MULTIPLICACIÓN POR ESQUEJE
Los esquejes, de unos 7-8 cm de largo, se retiran al principio de la primavera (abril) de las extremidades de las ramas, elegiéndolos de plantas robustas y sanas, cortándolos justo bajo el nudo con un corte oblicuo que además de evitar que el agua se acumule sobre la superficie de corte, permitirá tener una mayor superficie para la emisión de las raíces.
Para el corte se aconseja usar una hoja afilada (para evitar deshilachar los tejidos), limpia y desinfectada (a la llama o con lejía o con alcohol) para evitar que se convierta en vehículo de enfermedades parasitarias.
Quite el polvo de la parte a cortar y unte polvo rizógeno en el corte para favorecer la emisión de raíces, mezclado con un buen fungicida de amplio espectro para prevenir eventuales infecciones.
Con un lápiz haga uno o más agujeros en el terreno que anteriormente se habrá preparado, constituido al 50% de turba y al 50% de arena gruesa. Humedezca el terreno y revista la maceta con un lienzo de plástico transparente o una bolsita sustentándola con palitos para evitar que los plásticos toquen las hojas del esqueje.
La maceta se situará en una zona de la casa donde haya sombra y una temperatura alrededor de los 21-24°C. Cada día, retire el plástico para controlar tanto la humedad del suelo como para eliminar cualquier condensación que se haya formado en el plástico.
Cuando empiecen a aparecer los primeros brotes significa que el esqueje ha arraigado. A ese momento saque el plástico y sitúe la maceta en una posición más luminosa pero no al sol directo. Cuando los esquejes se hayan robustecido puede plantar en la maceta definitiva usando un mantillo tal como el indicado para las plantas adultas y se tratan como tales.
Este síntoma, de por sí muy genérico, puede ser asociado con la cochinilla algodonosa o cotonet. Reconocerla es muy simple: se manifiesta como moños de algodón que si se rascan, se apartan muy fácilmente.
Remedio: retírelas con un copo de algodón mojado en alcohol o si la planta es grande y en maceta, puede lavarla con agua y jabón neutro frotando muy delicadamente con una esponja para retirar los parásitos. Después, la planta debe ser aclarada muy bien para eliminar todo el jabón. Para las plantas más grandes y plantadas a cielo abierto, puede usar productos químicos específicos. Los tratamientos con insecticidas anticochinillas, para que sean más eficaces, deben ir dirigidos contra las larvas, que son más sensibles que el adulto
Y a continuación de este síntoma, asumen una coloración gris - bronceada con el envés con un aspecto polvoriento. Si se observa cuidadosamente con una lupa se pueden encontrar sutiles telarañas. Con esta sintomatología estamos en presencia de un ataque de ácaros o "araña roja" o "arañuela". Se reconocen fácilmente porque tiene cuatro pares de patas y la dimensión de la punta de un alfiler.
Remedio: aumentar la frecuencia de las nebulizaciones (la falta de humedad favorece su desarrollo) y eventualmente, sólo en el caso de infestaciones particularmente graves, usar productos químicos specíficos.
El nombre del género le ha sido dedicado a Frederich Allamand, un botánico suizo del siglo XVIII.
Casi todas las especies del género son tóxicas en todas sus partes y la savia puede irritar la piel.