Las Tolmiea son plantas siempreverdes de pequeñas dimensiones, muy fáciles de cultivar y de aspecto agradable.
La Tolmiea pertenece a la familia Saxifragaceae. Se trata de plantas simepreverdes de pequeñas dimensiones, muy fáciles de cultivar, originarias de los Estados Unidos occidentales dónde la hallamos en los bosques de coníferas hasta 1800 m sobre el nivel del mar.
La particularidad de estas plantas es que forman nuevas plantas sobre la superficie de las hojas más viejas, en el punto de intersección de la hoja con el pecíolo.
Existe una sola especie dentro de este género y es la
Es una preciosa planta compacta y de pequeñas dimensiones provista de rizomas rastreros. Las hojas están revestidas de pelos blancos y son de un bonito verde brillante a menudo jaspeadas de blanco o de amarillo con los márgenes lobulados y redondeados.
En la primavera avanzada - principio del verano produce numerosas flores, asociadas en inflorescencias en racimo, ligeramente perfumadas, de hasta 1 cm de largas, con sépalos de color verde claro esfumados de rojo - marrón, pétalos filiformes siempre de color rojo - castaña y anteras de color anaranjado.
Las Tolmiea son plantas muy fáciles de cultivar. Tienen necesidad de una buena iluminación pero no de sol directo aunque se adaptan bien también a la sombra.
Las temperaturas óptimas son, en primavera-verano, alrededor de 21°C mientras en invierno no tienen que bajar de 7°C.
Tienen necesidad de un entorno bien ventilado pero sin corrientes de aire.
Durante el período primavera - verano las Tolmiea deben ser regadas a menudo de modo que se mantenga el terreno constantemente húmedo, no empapado, y deben ser menores durante las estaciones más frías pero manteniendo siempre el terreno ligeramente húmedo.
Se trasplanta cuando las raíces hayan ocupado todo el espacio a su disposición utilizando una maceta algo más grande que la precedente.
La Tolmiea no es particularmente exigente en terreno, por tanto se puede utilizar un buen sustrato fértil pero no pesado y que permita el escurrido rápido del agua de riego.
Desde la primavera y durante todo el verano, abonar la planta cada 2 semanas con un abono líquido a diluir en el agua de riego demediando las dosis con respecto a lo indicado en el producto. Use un buen abono que no sólo contenga nitrógeno (N), fósforo (P) y potasio (K), sino también los llamados microelementos, igualmente importantes para el crecimiento de la planta, es decir, el hierro (Fe), el manganeso (Mn), el cobre (Cu), el cinc (Zn), el boro (B), el molibdeno (Mo).
La Tolmiea generalmente florece al final de la primavera, principio del verano aunque es muy raro que florezca en un piso y en climas mediterráneos.
La planta no se poda. Ir sencillamente eliminando las hojas que poco a poco se secan o se estropean para evitar que se conviertan en vehículo de enfermedades parasitarias.
Recuerde siempre tener cuidado de lavar y desinfectar (con alcohol o con fuego) el utensilio que use para el corte para evitar infectar los tejidos.
La multiplicación ocurre por hojas o por división del cogollo o por repliegue de las hojas.
MULTIPLICACIÓN POR HOJASPuesto que la planta produce nuevas plantas sobre la superficie de las hojas más viejas, en el punto de intersección de la hoja con el pecíolo, en primavera se cortan las hojas donde se hayan formado nuevas plantas dejando pegado un trozo de pecíolo de unos 2-3 cm de largo.
Se entierra el pecíolo en un terreno húmedo formado por turba y arena a partes iguales mientras la parte que lleva la nueva planta tiene que quedar apoyada en la superficie del sustrato.
La maceta que contiene las hojas en enraizamiento se mantiene en un lugar luminoso y a temperatura ambiente y se espera hasta que se vean aparecer los nuevos brotes, después de unas 2-3 semanas, siempre manteniendo el sustrato húmedo. Un vez que se ve que las nuevas plantas han arraigado, se dejan siempre en el mismo sustrato unas 5-6 semanas tratándolas como las plantas adultas. Después se pueden trasplantar individualmente en una maceta de cerca de 8 cm de diámetro o en grupos de 3-4 y se tratan como las plantas adultas.
La hoja madre de la que se ha producido la nueva planta puede quedar verde por bastante tiempo. Déjela donde se encuentra y sólo la retira cuando se haya secado.
MULTIPLICACIÓN POR DIVISIÓN DE LA PLANTALa división de la Tolmiea debe hacerse al principio de la primavera.
Se saca delicadamente la planta de la maceta y se divide en dos o más partes, según sus dimensiones. Las porciones conseguidas se plantan en macetas conteniendo el mismo sustrato de las plantas adultas y se tienen a una temperatura alrededor de 20°C hasta que arraigan.
MULTIPLICACIÓN POR TORCIMIENTO Y ENTIERRO DE LA HOJALa multiplicación puede también efectuarse doblando hacia abajo una hoja en la que se está desarrollando la nueva planta y fijándola en el terreno dejándola pegada a la planta madre y sólo separarla cuando la nueva planta haya emitido sus propias raíces.
Este método es más seguro que los otros porque para la "nutrición" de las nuevas pequeñas plantas provee la planta madre, hasta que se hayan vuelto autónomas (foto al lado referente al Chlorophytum)
Si las hojas presentan este síntoma quiere decir que la planta ha sido regada de manera insuficiente o bien que sufren de corrientes de aire frío.
Remedio: situar la planta en un lugar más idóneo y regular la humedad y los riegos.
La planta ha sido expuesta al sol directo.
Remedio: elimine las hojas dañadas y desplace la planta a un lugar más idóneo
Los áfidos más frecuentemente llamados pulgones son insectos que si no tuvieran control pueden provocar graves daños a la planta. Obsérvelos con una lupa y compare con la foto al lado, son inconfundibles, no puede equivocarse.
Remedio: tratar con productos específicos contra los áfidos localizables en las tiendas especializadas en jardinería.
La presencia de manchas blanquecinas algodonosas sobre las hojas indica la presencia de la cochinilla algodonosa. Para estar seguros, sugerimos utilizar una lupa y observar. Se caracterizan por tener una especie de escudo protector, de color blanco. Además si intenta sacarlas con una uña, salen fuera fácilmente.
Remedio: sacarlas con un copo de algodón mojado en alcohol o si la planta es grande y en maceta, se puede lavar con agua y jabón neutro frotando muy delicadamente con una esponja para retirar los parásitos. Después, la planta debe aclararse muy bien para eliminar todo el jabón. Para las plantas más grandes y plantadas a cielo abierto, puede usar productos químicos específicos. Los tratamientos con insecticidas anticochinillas, para que sean más eficaces, deben ir dirigidos contra las larvas, que son más sensibles que el adulto.
Si las hojas empiezan a amarillear, aparecen salpicadas de manchas de amarillo y castaño y después de estas manifestaciones se abarquillan y asumen un aspecto casi polvoriento y caen y se notan también sutiles telarañas sobre todo en el envés de las hojas, muy probablemente estamos en presencia de un ataque de ácaros o araña roja o arañuela, un ácaro muy molesto y dañino.
Remedio: aumentar las nebulizaciones porque la falta de humedad favorece su desarrollo y eventualmente, sólo en el caso de infestaciones particularmente graves, usar productos químicos específicos.