La Fatsia pertenece a la familia Araliaceae y es originaria de Asia oriental. Se utiliza como planta de piso o para adornar bancales y jardines en zonas de clima templado. Es, en efecto, una planta imponente que puede llegar a 5 m de altura. Su particularidad son las hojas muy grandes, palmeadas y lobuladas , subdivididas en 7-11 lóbulos de color verde oscuro en el haz y verde claro en el envés que llegan a medir 45 cm de ancho y tienen largos pecíolos.
Las flores son pequeñas, de color blanco-verdoso reunidas en umbrela (para tener una idea más clara son muy parecidas a las de la yedra que pertenece a la misma familia).
No es una planta que solicite cuidados particulares por lo que, es muy apta para quien no tiene una gran experiencia de plantas pero quiere iniciarse con una planta importante.
El género comprende pocas especies pero la más usada con objetivo ornamental es la Fatsia japonica.
La Fatsia japonica es la especie más cultivada y se encuentra espontánea en los bosques costeros del Japón y Corea meridional. Es muy estimada por sus floraciones otoñales. Es la especie que reúne todas las características del género con porte arbustivo, hojas de color verde intenso de hasta 40 cm.
Existen muchos cultivares entre los que recordamos: Fatsia japonica ‘Aurea’ de crecimiento lento y con las hojas variegadas; Fatsia japonica ‘Marginata’ con hojas de lóbulos profundos de color gris verde y márgenes de color blanco; Fatsia japonica ‘Variegata’ con hojas con un ancho margen en el ápice de los lóbulos de color amarillo crema y varias otras.
F. japonica variegata
Las temperaturas óptimas de cultivo de la Fatsia están entre los 10 y los 18°C.
En verano, cuando las temperaturas son más elevadas es oportuno garantizar aire a la planta o desplazarla al jardín o terraza, al amparo de los rayos directos del sol.
En invierno, si la temperatura baja de 10°C la tierra tiene que quedar seca para evitar el estrés de las raíces. Si la planta se encuentra en un piso calentado tratar de colocarla en un lugar caliente pero no demasiado. En efecto unas temperaturas demasiado elevadas la hacen deteriorarse rápidamente.
La planta necesita mucha luz pero no el sol directo.
Siendo una planta de hojas muy grandes, hace falta tener cuidado de que siempre estén limpias. Con ese objetivo se puede usar un paño muy blando y bien húmedo o bien ducharla periódicamente.
No utilice nunca productos para lustrar las hojas.
La Fatsia es una planta de notables dimensiones y con un gran aparato foliar y necesita por lo tanto, riegos abundantes durante el período primavera - verano de modo que el mantillo quede constantemente húmedo, no empapado.
Para mantener un entorno húmedo alrededor de la planta es bueno pulverizar bien regularmente las hojas con agua a temperatura ambiente.
Facilita esta tarea disponer las macetas sobre una capa de grava mojada (haciendo de modo que el fondo de la maceta no esté en contacto con el agua).
Se trasplanta al principio de la primavera cuando la maceta se ha vuelto demasiado pequeña para sustentar la planta o para contener las raíces. Se utiliza un buen mantillo fértil constituido por turba y mantillo de hojas de reacción ligeramente ácida (pH alrededor de 6-6,5).
Es fundamental asegurar un buen drenaje, por lo tanto ponga pedacitos de maceta sobre el fondo de la maceta que favorecen el escurrido del agua en exceso.
Siempre recomiendo usar terracota porque, al ser porosa, permite respirar a la tierra y corrige eventuales excesos de riego (permite evaporar el agua).
Del mismo modo que los riegos, también los abonos tienen que ser constantes.
Se abona a partir de la primavera y durante todo el verano diluyendo en el agua de riego un buen abono líquido cada dos/tres semanas.
En el caso de todas las plantas verdes, es decir las plantas que desarrollan muchas hojas, es preferible usar abonos que contengan un título bastante elevado de nitrógeno (N), que favorece el desarrollo de las partes verdes. Sin embargo, compruebe que además de tener macroelementos cuál nitrógeno (N), fósforo (P) y potasio (K) y que entre ellos el nitrógeno esté en mayor cantidad, también contenga microelementos como hierro (Fe), manganeso (Mn), cobre (Cu), cinc (Zn), boro (B), molibdeno (Mo), magnesio (Mg), todos importantes para un correcto y equilibrado crecimiento de la planta.
Disminuir ligeramente las dosis con respecto de lo indicado sobre la etiqueta del fertilizante.
La Fatsia florece en otoño, pero raramente en un piso.
Se recurre a la poda cuando se quiere dar a la planta una forma más compacta. Ya que es una planta de rápido crecimiento y de notables dimensiones se pueden cortar las ramas flacas o demasiado largas de modo que se le dé un aspecto más compacto. Tenga cuidado de practicar siempre un corte neto y preciso para evitar que se deshilache el tejido que cicatriza muy difícilmente. El utensilio de corte (cizallas, tijeras, hojas de afeitar, etcétera) tiene que ser limpiado y desinfectado. Cortar siempre justo sobre una hoja o una yema, en otras palabras justo sobre al punto de juntura de la hoja o sobre un nudo.
La herida en fin se trata con productos fungicidas a base de azufre para evitar eventuales infecciones.
La poda se realiza en primavera.
La multiplicación puede ocurrir por semilla. En invierno o bien en primavera se pueden emplear retoños que se apartan de la base de la planta o por esqueje.
MULTIPLICACIÓN POR ESQUEJE
Los esquejes se pueden retirar o al principio de la primavera o al final del verano, de unos 10 cm de largo.
Utilice un cuchillo afilado para evitar que se deshilache el tejido, limpio y desinfectado (de preferencia a la llama o con alcohol o lejía) para evitar infectar los tejidos.
Espolvoree la parte cortada con un polvo que favorezca para favorecer el enraizamiento.
Posteriormente se instalan los esquejes en un compost formado por dos partes de mantillo fértil y una de arena gruesa.
Haga agujeros con un lápiz, tantos como esquejes y colóquelos como se indica en la foto.
Tenga luego cuidado de compactar delicadamente el sustrato.
La maceta se cubre con una bolsita de plástico a modo de capucha después de haber colocado en el terreno palitos para mantener el plástico lejos de los esquejes y haber sujetado la bolsita a la maceta con una goma elástica, para evitar la pérdida de humedad y mantener un calor constante y se coloca en semi-penumbra y a una temperatura alrededor de 25°C. La tierra siempre debe ser mantenida ligeramente húmeda (regar siempre sin mojar las plantas en enraizamiento con agua a temperatura ambiente). Cada día se apartará el plástico para controlar la humedad de la tierra y eliminar del plástico el agua de condensación.
Cuando los primeros brotes comienzan a aparecer (5/6 semanas) significa que en los cortes se han formado las raíces. Es momento de quitar el plástico y poner a una luz más positiva (no el sol directo) a la misma temperatura y se espera a que los esquejes se robustezcan.
Cuando sean suficientemente grandes, se establecerán en la maceta definitiva y se tratarán como plantas adultas.
No moleste a los esquejes hasta que hayan producido nuevos brotes.
Si las hojas se presentan de este modo, quiere decir que la planta ha sido poco abonada.
Remedio: efectuar enseguida un abono siguiendo las indicaciones del párrafo "Abono" y siga luego un programa regular de abonados.
A menudo éste es un síntoma de un entorno demasiado cálido y seco.
Remedio: desplazar la planta a un lugar más fresco y regule mejores las nebulizaciones a la copa.
Si las hojas se aflojan quiere decir que la planta recibe demasiada agua.
Remedio: reduzca los riegos.
La presencia de manchas blanquecinas algodonosas sobre las hojas indica la presencia de la cochinilla algodonosa. Para estar seguros, sugerimos utilizar una lupa y observar. Se caracterizan por tener una especie de escudo protector, de color blanco. Además si intenta sacarlas con una uña, salen fuera fácilmente.
Remedio: si la infestación no es grave, pueden ser eliminadas usando un copo de algodón mojado en alcohol desnaturalizado. Si su presencia es particularmente masiva y persistente se aconseja usar antiparasitarios específicos fácilmente localizables en un centro de jardinería.
Después de estas manifestaciones las hojas se abarquillan y asumen un aspecto casi polvoriento y caen. Observándolas cuidadosamente se notan también sutiles telarañas sobre todo en el envés de las hojas. Con estos síntomas, muy probablemente estamos en presencia de un ataque de ácaros o araña roja o arañuela, un ácaro muy molesto y dañino.
Remedio: aumentar la frecuencia de las nebulizaciones (la falta de humedad favorece su desarrollo) y eventualmente, sólo en el caso de infestaciones particularmente graves, usar productos químicos específicos. Si la planta no es particularmente grande, se puede probar también a limpiar las hojas para eliminar mecánicamente el parásito usando un copo de algodón mojado y enjabonado. Después, la planta debe ser aclarada muy bien para eliminar todo el jabón.
Si nota estos pequeños animales, está en presencia de áfidos comúnmente llamados pulgones. Obsérvelos con una lupa y compare con la foto de al lado, son inconfundibles, no puede equivocarse. Son insectos que si no tuvieran control pueden provocar graves daños a la planta.
Remedio: tratar con productos específicos contra los áfidos localizables en tiendas especializadas en jardinería.
A la familia de las Araliaceae pertenece el Panax ginseng mejor conocido sencillamente como ginseng chino o ginseng.
