La Dionaea no es una planta particularmente indicada para los neófitos ya que requiere condiciones de cultivo bastante extremas y tiene que ser cultivada rigurosamente al exterior.
El género Dionaea comprende una sola especie, la Dionaea muscipula planta perenne insectívora originaria de las zonas cenagosas de Carolina del Norte y del Sur (Estados Unidos de América) comúnmente conocida como dionea atrapamoscas o venus atrapamoscas.
Estas plantas se llaman insectívoras (o carnívoras) y se caracterizan por el hecho de que algunas hojas formadas por un ensanche del pecíolo, se abren hasta formar dos valvas (trampa) con los márgenes revestidos de una veintena de cerdas rígidas y con numerosos pelos. Cuando un insecto, atraído por el néctar emitido por la planta, se apoya en estas hojas los pelos perciben su presencia y las disparan como un muelle, atrapándolo. Una vez atrapado el insecto será digerida por enzimas especiales secretadas por la planta para obtener todos los nutrientes útiles para la planta. Las hojas permanecerán cerradas durante toda la duración de la la digestión y se abrirán sólo cuando esta termine (de diez días hasta un mes).
Son plantas muy difíciles de cultivar.
La Dionaea rigurosamente debe cultivarse al exterior y a pleno sol (nunca tenerla en piso, moriría en cosa de poco tiempo). Sólo desde noviembre y hasta mitad de febrero se puede tener lejos de la luz directa del sol.
La temperatura de cultivo durante el período invernal tiene que estar comprendida entre 5 °C y 10 °C mientras que obviamente no tiene problemas con la temperatura máxima dado que tiene que ser cultivada a pleno sol.
Son plantas rutinarias, por lo tanto no deben ser desplazadas del lugar donde vegeten bien.
El primer aspecto fundamental para el cultivo de la dionea es usar exclusivamente agua pobre en sales minerales, por lo tanto o agua pluvial limpia o bien agua desmineralizada.
Para regarla no se tiene que verter nunca el agua desde lo alto sino que hace falta tenerla en el posamacetas de modo que la planta la absorba por capilaridad y la tierra siempre quede empapada (son plantas originarias de zonas cenagosas). De noviembre a febrero, período en que la planta entra en descanso vegetativo, hace falta sacar el agua del posamaceta, sólo manteniendo el suelo húmedo. Desde mitad febrero se restablece el agua en el posamacetas.
La Dionaeae se trasplanta todos los años a mediados de febrero utilizando turba ácida de turbera sin añadirle fertilizantes. Debe instalarse en la maceta humedecida sin compresión. Se hace un agujero con un lápiz y en el agujero creado se instala la dionea de modo que la parte blanca quede enterrada.
Son plantas que NUNCA se abonan.
Las flores de la Dionaeae son blancas y se forman en el extremo de un largo tallo floral que se aconseja sin embargo cortar en cuanto empieza a formarse porque no tiene ningún valor ornamental: no tiene caso hacer desperdiciar mucha nutrición valiosa para la planta.
La multiplicación de la Dionaea ocurre por división de la planta en el momento del trasplante retirándole las plantas pequeñas que se forman en la base de la planta madre. De este modo se obtienen plantas de buenas dimensiones ya desde el primer año.
Las hojas quemadas se forman cuando se lleva la planta de una posición algo soleada a una muy soleada. No hay que alarmarse, es normal que eso ocurra.
Si las viejas hojas ennegrecen no hay que preocuparse: es normal. Si, en cambio, son las hojas jóvenes las que se ponen negras, entonces hace falta analizar toda la técnica de cultivo hasta ese momento porque hay algo que está mal hecho.
Las hojas deformadas denuncian la presencia de áfidos comúnmente llamados pulgones.
Para combatirlos se aconseja sumergir completamente la planta bajo el agua durante algunas horas hasta que los áfidos salgan a flote.
Nos daremos cuenta de que la Dionaea está en buena salud si, tocando las hojas, se cierran con un chasquido. Sin embargo, no debe hacerse como un juego ya que es un estrés para la planta.
Si se quiere dar nutrición a la planta, acordarse de que acepta sólo animales vivos y sólo pequeños invertebrados como moscas, avispas, arañas, hormigas. Nada más.
