Las plantas pertenecientes al género Acalypha (en adelante acalifa), pertenecen a la familia Euforbiaceae, una gran familia en la que encontramos plantas muy conocidas como el Croton, la Poinsetia, el ricino. Son originarias de las zonas tropicales del sur este de Asia incluyendo las islas del Océano Pacífico.
Son plantas perennes de porte arbustivo muy coloridas que crecen velozmente formando espectaculares arbustos. Las hojas generalmente son muy grandes y de un bonito color verde intenso, ovaladas. Sus particularidades son las inflorescencias péndulas, amentos, largas también hasta de 15 cm que llevan centenares de florecitas de color en general rojo aunque existen especies y variedades con flores de color ceniza, verde, amarillo. Las flores de acalifa son de larga duración y carentes de pétalos.
En el género Acalypha hallamos numerosas especies, cerca de 300, entre las cuáles recordamos:
La Acalypha híspida es originaria de la Nueva Guinea y tiene la particularidad de tener las hojas de un bonito color verde brillante, con una ligera pelusa y con los márgenes aserrados.
Es una planta de aspecto matoso que puede alcanzar también el metro de altura y produce inflorescencias péndulas, amentos, que llevan centenares de florecitas de color rojo de larga duración y faltos de pétalos. También existen variedades con flores de color verde o crema
La Acalypha wilkesiana tiene la particularidad de tener hojas grandes que pueden alcanzar un largo de 15 cm y son de color tostado jaspeado de gris.
Algunas variedades tienen las hojas de color verde y crema.
La Acalypha californica es la única especie originaria de California, de donde le deriva el nombre, sobre todo de la zona de San Diego.
La Acalypha godseffiana es de porte arbustivo, originaria de Nueva Guinea. Presenta hojas de forma ovalada con una faja de color amarillo o blanco.
Forma bonitas matas, en efecto se cultiva sobre todo por su follaje. Con respecto a otras especies sus inflorescencias de color amarillo-verde no son particularmente evidentes.
La Acalypha communis es otro espléndido ejemplar de este gran género caracterizado por hojas un poco más pequeñas con respecto a otras especies y con inflorescencias de color rojo-rosado.
La Acalypha hofmannii es una especie muy diferente de las otras por cuanto las hojas tienen un aspecto filiforme que se parece a los hilos de hierba y las inflorescencias son de color rojo-verde.
La Acalypha hamiltoniana es una planta de porte arbustivo con delicadas hojas de color verde oscuro, ricas en una espesa pelusa que le otorga un aspecto aterciopelado.
La Acalypha sanderi como las otras especies pertenecientes al género tiene porte arbustivo con hojas de color verde intenso y flores de color rojo.
Las Acalypha no son particularmente difíciles de cultivar.
Tres cosas son fundamentales para tener espléndidas plantas de acalifa: la alta humedad ambiental, una excelente iluminación y una temperatura no muy baja.
Si la luz es insuficiente las plantas tienden a enfilarse, es decir a alargarse, perdiendo gran parte de su color y no produciendo flores. Atención sin embargo para no dejar la planta al sol directo. Para tener hojas de un bonito color vivo hay que tener la planta en plena luz sin luz directa del sol.
Si la humedad no es adecuada la planta pierde rápidamente las hojas.
Las temperaturas no deben bajar de los 15°C, especialmente por la noche.
Durante el buen tiempo pueden ser lleváis a lo abierto, en posición reparada y no al sol directo.
Las acalifa deben ser regadas regularmente de modo que el terreno esté constantemente húmedo, no encharcado.
Es buena práctica pulverizar las hojas con un vaporizador. El agua tiene que estar a temperatura ambiente, y hacerlo cotidianamente, sobre todo en la estación cálida y limpiar las hojas con un paño suave mojado con agua.
El terreno más apto para la acalypha está compuesto por turba y hojas de haya de modo que sea ligeramente ácido (pH 5,5-6,5). El trasplante se realiza entre febrero y abril.
Si las plantas ya están en macetas de grandes dimensiones sacar los primeros 5 cm de sustrato y reemplazarlos con el sustrato nuevo.
La acalifa es una planta que tiene un desarrollo muy rápido y por tanto es necesario aportar, sobre todo durante el período primavera-verano, buenas cantidades de fertilizante.
Usar un abono líquido en el agua de riego, suministrado cada 15 días a partir de la primavera y durante todo el verano. En las otras estaciones los abonos deben suspenderse.
En lo que concierne al tipo de abono a suministrar, existen a la venta muchos tipos pero es buena norma leer la etiqueta que precisa la composición y suministrar un abono que además de tener los así llamados "macroelementos", nitrógeno (N), fósforo (P) y potasio (K), tenga también los microelementos como el magnesio (Mg), el hierro (Fe), el manganeso (Mn), ), el cobre (Cu), el cinc (Zn), el boro (B), el molibdeno (Mo), todos importantes para un correcto y equilibrado crecimiento de la planta.
Un consejo: reducir ligeramente las dosis con respecto a las indicadas por el producto. Si se ha usado un buen sustrato y trasplantáis regularmente la planta ya tiene una buena escolta de elementos nutritivos.
La planta de acalifa empieza a florecer desde que alcanza el primero año de edad.
La acalifa es una planta muy generosa y florece ininterrumpidamente desde la primavera hasta el otoño.Para favorecer la continua emisión de nuevas inflorescencias, a medida que las antiguas inician a desteñirse es oportuno eliminarlas de modo que se estimule el crecimiento de las nuevas.
En la Acalypha hace falta extirpar las inflorescencias en cuanto empiezan a cambiar de color, a desteñirse, de modo que se favorezca el crecimiento de las nuevas.
Si al final del verano la planta se lignifica demasiado, podéis despuntarla cortando los nuevos brotes por mitad de su largo. O bien también podéis esperar hasta los meses de enero - febrero período en que podéis recuperar los tallos podados y utilizarlos para hacer esquejes.
La acalifa se multiplica por esqueje.
Se retiran en enero - febrero de las porciones de rama bien desarrolladas, largos de unos 12-15 cm, provistos de hojas y si se puede de una yema, de plantas robustas, sanas y de al menos 3-4 años de edad. Se recomienda cortar con una hoja de afeitar o con un cuchillo afilado teniendo cuidado de que el utensilio que se use para el corte esté limpio y desinfectado (preferiblemente a la llama) para evitar infectar los tejidos.
Cuando se cortan los esquejes se tiene derrame de látex, por tanto las heridas deben ser taponadas con carbón en polvo. Se eliminan a continuación las hojas situadas más abajo y se hunde la parte del corte en un polvo rizógeno para favorecer el enraizamiento. Después se instalan los esquejes en un sustrato formado por una parte de turba y una de arena gruesa. Se hacen agujeros con un lápiz, tantos como esquejes, y se instalan como se indica en la ilustración, uno por maceta. Tener cuidado de compactar delicadamente el sustrato.
La caja o la maceta se cubren con una hoja de plástico transparente, o una bolsita puesta a modo de capucha, y se coloca a la sombra y a una temperatura alrededor de los 26°C teniendo cuidado de tener siempre el sustrato ligeramente húmedo. Regar siempre con agua a temperatura ambiente sin mojar los planos de enraizamiento. Cada día se aparta el plástico para controlar la humedad del terreno y eliminar del plástico el agua de condensación.
Desde que empiezan a aparecer los primeros botones quiere decir que los esquejes han arraigado. En ese punto se aparta el plástico y se coloca la maceta en una zona más luminosa, a la misma temperatura y se espera que los esquejes se robustezcan.Cuando se pongan suficientemente grandes y produzcan nuevos brotes vigorosos, se establecen en macetas de 15 cm de diámetro utilizando un sustrato como el indicado para las plantas adultas y se tratan como tales. No trabajar con los esquejes hasta que hayan producido los nuevos brotes.
Los esquejes florecerán después de un año.
Este síntoma es indicio de un entorno demasiado seco.
Remedio: regular mejor los riegos pero sobre todo la humedad ambiental.
Podrían significar que se está en presencia de cochinilla. Para estar seguros, se aconseja hacer uso de una lupa y se observan. Comparar con la foto de al lado, son características, no se pueden confundir. Además si probáis a sacarlas con una uña, vienen fuera fácilmente. En su fase adulta quedan inmóviles, protegidas por un escudo de color oscuro.
Remedios: sacarlas con un copo de algodón mojado en alcohol o si la planta es grande y en maceta, se puede lavarla con agua y jabón neutro frotando delicadamente con una esponja para retirar los parásitos, aclarando muy bien después la planta para eliminar todo el jabón. En plantas más grandes y plantadas a cielo abierto, podéis usar antiparasitarios específicos localizables en un buen viverista.
Podrían significar que se está en presencia de cochinilla y en particular de la cochinilla algodonosa o cotonet. Para estar seguros, sugerimos utilizar una lupa y observar. Se caracterizan por tener una especie de escudo protector, de color blanco. Comparar con la foto al lado. Son características, no se pueden confundir. Además si probáis a sacarlas con una uña, vienen fuera fácilmente.
Remedios: sacarlas con un copo de algodón mojado en alcohol o si la planta es grande y en maceta, se puede lavarla con agua y jabón neutro frotando delicadamente con una esponja para retirar los parásitos, aclarando muy bien después la planta para eliminar todo el jabón. En plantas más grandes y plantadas a cielo abierto, podéis usar antiparasitarios específicos. Los tratamientos con insecticidas anticochinillas, para que sean más eficaces, deben ir dirigidos contra las larvas, que son más sensibles que el adulto.
Posteriormente a estas manifestaciones las hojas se abarquillan, asumen un aspecto casi polvoriento y caen. Observando cuidadosamente, se notan también sutiles telarañas sobre todo en el envés de las hojas. Con estos síntomas muy probablemente estamos en presencia de un ataque de ácaros o "araña roja" o "arañuela" un ácaro muy molesto y dañino.
Remedios: aumentar la frecuencia de las nebulizaciones (la falta de humedad favorece su desarrollo) y eventualmente, sólo en el caso de infestaciones particularmente graves, usar productos químicos específicos. Si la planta no es particularmente grande, se puede probar también a limpiar las hojas para eliminar mecánicamente el parásito usando un copo de algodón mojado y enjabonado. Después la planta debe ser aclarada muy bien para eliminar todo el jabón.
Como todas las Euforbiaceae, las acalifa contienen un látex blanco, venenoso que surge cuando se corta una rama o una hoja. Este látex, de color blanquecino, se compone de agua, gránulos de almidón, alcaloides, enzimas, sustancias proteicas, resinas y gomas.
El nombre Acalypha probablemente deriva del griego akaléphe que fue el término con el cual Hipócrates designó la ortiga y Linneo les asignó quizás este nombre a causa del parecido de las hojas de muchas especies de acalifa con las de algunas urticáceas.
