El Polyscias no es, desafortunadamente, un género muy extendido pero tiene una gran potencialidad dada su gran adaptabilidad y rusticidad y merecería mención principalmente porque tiene un follaje realmente imponente y muy decorativo.
El género Polyscias de la familia Apiaceae comprende plantas perennes de porte arbustivo y arbóreo, originarias de zonas tropicales de Asia, África y del Océano Pacífico.
La particularidad de estas plantas que las hace tan atractivas es su follaje muy abundante y su gran adaptabilidad creciendo bien en entornos fríos y cálidos constituyendo, a pleno sol, un excelente amparo del terreno contra los rayos del sol gracias a sus espesas copas.
Las flores son pequeñas, de color verde-blanco, asociadas en inflorescencias en mazorca a la que siguen pequeñas bayas de color rojo o negro.
Existen unas 200 especies en el género Polyscias pero las que son utilizadas normalmente como plantas ornamentales son:
La Polyscias balfouriana es una planta que en la naturaleza crece hasta cerca de 25 m de altura volviéndose por lo tanto un auténtico árbol. Está caracterizada por hojas coriáceas alternas, de un bonito color verde intenso con márgenes dentados.
Generalmente en cultivo se encuentra el cultivar Polyscias balfouriana ‘Pennockii’ con hojas típicas de la especie pero variegadas de blanco y verde claro sobre todo en la proximidad de los márgenes. Otro cultivar muy extendido es el Polyscias balfouriana ‘Marginado’ con los bordes de las hojas irregularmente coloreados de blanco.
La Polyscias fruticosa en la naturaleza es un árbol que alcanza los ocho metros de altura (cultivada en maceta y con podas idóneas se logra mantener un tamaño más moderado). Una particularidad de esta planta es que al ir creciendo las ramas más viejas, las basales, tienden a secarse dejando llamativas cicatrices que vuelven el tallo particularmente atractivo.
La especie Polyscias filicifolia es un matorral siempreverde que llega incluso a 8 metros de altura en la naturaleza y está caracterizada por hojas filiformes más o menos jaspeadas según la variedad. Florece en verano formando flores estrelladas asociadas en inflorescencias terminales en mazorca.
Las Polyscias son plantas de fácil cultivo que no solicitan trucos particulares.
Las temperaturas óptimas de cultivo invernal no tienen que bajar de los 13-15°C y pueden ser cultivadas sin problemas a pleno sol. Con tal propósito recordamos que las Polyscias son plantas originarias de zonas tropicales por lo que las altas temperaturas y una buena humedad son, juntas, vencedoras para un crecimiento óptimo.
La Polyscias debe ser regada con regularidad sobre todo durante el período primavera - verano de modo que el terreno siempre quede ligeramente húmedo, no empapado, y es importante mantener a su alrededor un microclima húmedo, bien con frecuentes nebulizaciones o posicionando la maceta sobre un posamacetas con guijarros o grava dónde siempre estará presente el agua que al evaporarse garantizará un entorno húmedo.
Durante los demás períodos los riegos deben ser reducidos.
Si se cultivan en maceta, se trasplantan en primavera utilizando una mezcla formada a partes iguales por mantillo de jardín, turba y arena gruesa. Es importante que la mezcla drene bien porque no quieren los encharcamientos.
Es preferible usar barro cocido que al revés que el plástico, permite respirar a la tierra permitiendo también corregir eventuales errores de riego.
Se abona sólo durante el período primavera – verano, una vez al mes, utilizando un abono líquido diluido en el agua de riego y demediando las dosis con respecto de lo indicado en la etiqueta del fertilizante.
Es oportuno usar un abono que además de contener macroelementos cuál nitrógeno (N), fósforo (P) y potasio (K), contenga también microelementos como el hierro (Fe), el manganeso (Mn), el cobre (Cu), el cinc (Zn), el boro (B), el molibdeno (Mo), el magnesio (Mg), todos importantes para un correcto crecimiento de la planta.
La poda de la Polyscias es importante si se quiere mantener un porte contenido. Se podan generalmente las ramas más espesas al final del invierno-principio de la primavera para favorecer la apertura de la planta y por lo tanto el crecimiento. Eventualmente, si fuera necesario, recortar los setos en la parte terminal durante el verano. Recuerde siempre usar hojas limpias y desinfectadas, preferiblemente a la llama.
La multiplicación ocurre por esqueje .
Se retiran de las partes superiores de las ramas esquejes de unos 8-10 cm de largo al principio de la primavera, tras la reanudación vegetativa, cortando justo bajo un nudo con un corte neto y en sentido oblicuo ya que eso permite tener una mayor superficie de enraizamiento y evita la acumulación de agua.
Procure que la cuchilla esté bien afilada para evitar deshilachar los tejidos y que esté limpia y desinfectada (preferiblemente a la llama) para evitar infectar los tejidos.
Una vez eliminadas las hojas más bajas espolvorear la parte cortada con un polvo para favorecer el enraizamiento, sitúe los esquejes en un compost formado por turba y arena gruesa a partes iguales haciendo agujeros con un lápiz, tantos como esquejes, teniendo luego cuidado de compactar delicadamente el sustrato alrededor del esqueje.
Revestir la maceta con una hoja de plástico transparente o una bolsita puesta a modo de capucha e instalar en una zona ligeramente sombreada y a una temperatura alrededor de 20-23°C. El sustrato siempre debe estar ligeramente húmedo regando sin mojar el esqueje con agua a temperatura ambiente. Cada día se aparta el plástico para controlar la humedad del terreno y eliminar del plástico el agua de condensación que indudablemente se habrá formado.
Cuando los primeros brotes comienzan a aparecer significa que en los esquejes se han formado las raíces. Es momento de quitar el plástico y poner a una luz más positiva (no el sol directo) a la misma temperatura y se espera a que los esquejes se robustezcan. Cuando se hayan puesto suficientemente grandes y hayan producido nuevos brotes vigorosos, se establecen en la maceta o en el terreno definitivo y se tratan como plantas adultas.
No son plantas particularmente sometidas a enfermedades.
Si las hojas pierden sus venas quiere decir que reciben poca luz.
Remedio: desplazar la planta a una posición más luminosa.
La causa de este síntoma podría ser un riego escaso.
Remedio: regular mejor los riegos.
Si nota estos pequeños animales, está en presencia de áfidos comúnmente llamados pulgones. Obsérvelos con una lupa y compare con la foto de al lado, son inconfundibles, no puede equivocarse. Son insectos que si no se mantuvieran bajo control pueden provocar graves daños a la planta.
Remedio: usar productos químicos específicos localizables en un buen vivero. Se recomienda utilizar productos sistémicos, es decir, que entran en la circulación de la savia de la planta y luego son absorbidos por los insectos durante su alimentación.
Posteriormente a estas manifestaciones las hojas se abarquillan, asumen un aspecto casi polvoriento y caen. Observando cuidadosamente se notan también sutiles telarañas sobre todo en el envés de las hojas. Con estos síntomas muy probablemente estamos en presencia de un ataque de ácaros o araña roja o arañuela un ácaro muy molesto y dañino.
Remedio: aumentar la frecuencia de las nebulizaciones (la falta de humedad favorece su desarrollo) y eventualmente, sólo en el caso de infestaciones particularmente graves, usar productos químicos específicos. Si la planta no es particularmente grande, se puede probar también a limpiar las hojas para eliminar mecánicamente el parásito usando un copo de algodón mojado y enjabonado. Después, la planta debe ser aclarada muy bien para eliminar todo el jabón.
El nombre poliscias deriva del griego polys «mucho» y skia «sombra» puesto que es una planta que por su espeso follaje crea mucha sombra.