El género Solanum perteneciente a la familia Solanaceae comprende numerosas especies (1.400) de plantas arbustivas y más generalmente trepadoras, originarias de América central y meridional, donde además de las plantas de interés agrario como por ejemplo la berenjena (Solanum melongena), el tomate (Solanum lycopersicum) o la patata (Solanum tuberosum), también encontramos algunas plantas ornamentales. De hecho son pocas las especies utilizadas con objetivos decorativos pero esas pocas son muy estimadas porque durante el invierno producen preciosas bayas muy coloreadas y muy decorativas.
En la mayoría de los casos son plantas que son desechadas después de la fructificación, lo que es improcedente porque si se cultivan adecuadamente también pueden fructificar en la estación siguiente.
Existen unas 1400 especies en el género Solanum pero son pocas las especies cultivadas con objetivos ornamentales, entre las que recordamos:
El Solanum capsicastrum es una especie subfruticosa, natural de Brasil de porte arbustivo, no más alta de medio metro con los tallos leñosos y flexibles. Las hojas son lanceoladas de color gris-verdoso y de hasta 8 cm de largo.
Las flores aparecen al principio del verano, blancas, estrelladas y poco llamativas, que al principio del invierno forman las bayas, brillantes, de 1-2 cm de diámetro que duran muchos meses virando de color a medida que maduran pasando del verde, al amarillo, al rojo. Existen muchas variedades entre las que destaca el Solanum capsicastrum var. variegatum con hojas jaspeadas de blanco-crema.
El Solanum pseudocapsicum es una bonita planta arbustiva siempreverde, robusta, particularmente frondosa, a menudo cultivada como anual. Las hojas tienen los márgenes ondulados, son largas, hasta de 8 cm, brillantes y de color verde oscuro.
Produce bayas de un bonito color rojo-anaranjado en el período invernal. Las flores son blancas y estrelladas y aparecen en verano.
El Solanum wendlandii es una planta siempreverde, originaria de Costa Rica, caracterizada por tallos y ramas ligeramente espinosas.
Una particularidad de esta planta es su gran polimorfismo foliar; en efecto mientras las hojas que se encuentran en la base de la planta son segmentadas, las que se encuentran en la parte central son trilobuladas, y las que se encuentran en el ápice son ovalado-aguzadas. Las flores son de color azul y asociadas en inflorescencias apicales y aparecen en el período veraniego.
Las Solanum son plantas que quieren la luz por lo que tienen que ser posicionadas en la posición más luminosa posible, preferiblemente al sol directo que favorece la coloración de las bayas.
Las temperaturas invernales no tienen que bajar de los 16-18°C.
La planta durante la estación cálida se mejora con nebulizaciones frecuentes que mantendrán un entorno húmedo indispensable para la floración y la subsiguiente fructificación.
Es una planta que quiere el aire por lo que debe asegurarle una buena reposición pero teniendo cuidado con las corrientes de aire frío que no toleran.
La planta de Solanum debe ser regada abundantemente durante todo el período primavera - verano de modo que el terreno quede constantemente húmedo, no empapado.
Durante el período otoño-invierno el terreno siempre se mantiene constantemente húmedo mientras que estén presentes las bayas. Cuando caigan, los riegos deberán ser reducidos lo justo para no dejar secar el sustrato.
El Solanum es una planta que se trasplanta después de que haya fructificado y sólo si las raíces han ocupado todo el espacio a su disposición en la maceta. Usar un compost formado por sustrato fértil, turba y arena gruesa para favorecer el drenaje del agua de riego.
El abonado debe ser efectuado cada dos semanas durante todo el año, diluyendo en el agua de riego un buen fertilizante líquido, disminuyendo ligeramente las dosis con respecto a lo indicado en el producto.
La floración en las especies ornamentales ocurre en el período veraniego y las flores son bastante insignificantes al revés que la fructificación, que lleva a la formación de bayas muy decorativas durante el período invernal.
Si se piensa de cultivar la planta de Solanum durante dos años consecutivos, al final del primer año se poda drásticamente reduciendo la altura de 1/3.
Si se desea tener un porte de mata, es oportuno despuntarla, es decir cortar los ápices vegetativos de los nuevos brotes, cuando hayan alcanzado una altura de unos 8 cm.
La multiplicación del Solanum ocurre por semilla.
MULTIPLICACIÓN POR SEMILLAS
Las semillas se siembran al principio de la primavera (marzo) distribuyéndolas en una maceta o semillero en un compost formado por sustrato fértil y arena gruesa a partes iguales. Se rocían las semillas sobre el terreno y luego se cubren con una capa fina de arena gruesa.
La bandeja que contiene las semillas debe ser mantenida a la sombra ligera, a una temperatura alrededor de 16-21°C y constantemente húmeda (usar un rociador para humedecer totalmente el sustrato) hasta el momento de la germinación.
La bandeja debe ser revestida con una hoja de plástico transparente (o una plancha de vidrio) que garantizará una buena temperatura y evitará un desecado demasiado rápido del sustrato.
Cuando las semillas hayan germinado, la lámina de plástico se retira y se desplaza la bandeja a una posición más luminosa donde puedan recibir la luz del sol directa durante 2-3 horas al día. Cuando las nuevas plantas sean al menos de 8 cm de altas, se pueden retirar delicadamente con todas las raíces (usar un tenedor para estas operaciones que se enhebra bajo el terreno para tomar la planta entera y ponerla en la nueva maceta), y trasplantarla a la maceta definitiva usando tierra tal como la indicada para las plantas adultas y deben ser tratadas como tales.
Este síntoma hay que asociarlo a un riego escaso o también a un entorno demasiado cálido y con aire estancado.
Remedio: controle la humedad del terreno (tiene que estar constantemente húmedo, no empapado) y mantener alrededor de la planta un entorno húmedo con frecuentes nebulizaciones.
Este síntoma indica en cambio riegos excesivos..
Remedio: dejar secar el terreno y luego proceder con los riegos como se indica en el párrafo Riego.
Este síntoma hay que atribuirlo indudablemente a demasiada poca luz.
Remedio: desplazar la planta a una posición más luminosa de modo que reciba al menos 2-3 horas de solo directo al día.
Los áfidos, más frecuentemente llamados pulgones, son insectos que si no se mantuvieran bajo control pueden provocar graves daños a la planta.
Remedio: tratar con productos específicos contra los áfidos localizables en tiendas especializadas en jardinería.
Éste generalmente es el síntoma de la presencia de un hongo, la Botrytis spp. En caso de elevada humedad este hongo es fácilmente reconocible porque los órganos atacados se cubren de un moho gris.
Remedio: eliminar enseguida las partes infectadas y tratar con un anticriptogámico específico. Los remedios respecto a la Botrytis son ante todo preventivos, porque este hongo se favorece por la humedad del aire y los riegos excesivos.