El ricino, planta extendida por todas las zonas cálidas del mundo, no sólo es muy estimada por sus propiedades medicinales sino también como planta ornamental gracias a sus hojas particularmente decorativas y por sus inflorescencias muy coloreadas y llamativas.
El género Ricinus con su única especie Ricinus communis pero con numerosas variedades y cultivares, se cree que es una planta originaria del África oriental (Etiopía) aunque ya está difundida por todos los países de clima templado y cálido. En sus lugares de origen se convierte en un árbol superando los 10 m de altura mientras que en los climas templados no supera los dos metros.
Es una planta muy bonita por sí misma con amplias hojas muy ornamentales, caducas, palmeadas (de 5 a 15 lóbulos), alternadas a lo largo del tallo, hasta de un metro de anchas, con los márgenes dentados y sustentadas por robustos pecíolos. Según la variedad las nervaduras pueden ser más o menos marcadas y coloreadas.
El aparato radical es de tipo alorriza donde la raíz principal es preponderante y penetra mucho en profundidad con respecto a las raíces laterales. El tallo principal es erguido y acaba con una inflorescencia en panícula de cuyo nudo inferior se origina una ramificación; del segundo nudo una segunda ramificación etcétera y cada una de estas ramificaciones después de haber formado 5-6 nudos, origina otra inflorescencia en panícula.
Las inflorescencias llevan flores femeninas provistas de pecíolo en la parte alta y pequeños racimos de flores masculinas en la parte baja (especie monoica). Casi todas las variedades son de floración veraniega pero la floración a menudo no es contemporánea entre las flores masculinas y las femeninas, además es una planta de polinización cruzada (alógama), porque el polen se transporta de la antera de una flor al estigma de otra flor de una planta diferente de la misma especie.
Los frutos son cápsulas globosas, lisas o más a menudo cubiertas de espinas no rígidas, de cerca de 2,5 cm de diámetro, trilobuladas, conteniendo en su interior tres grandes semillas ovaladas, jaspeadas y brillantes. La maduración de las semillas no ocurre al mismo tiempo en sus muchas inflorescencias.
De la única especie Ricinus communis se ha originado numerosos cultivares y variedades que se distinguen por su morfología, ciclo de la planta y desarrollo, frutos más o menos espinosos, color y dimensión de las semillas, etcétera.
El ricino no es una planta de difícil cultivo, crece rápidamente y puede ser criada como planta anual para sacar de ella la semilla (de la que se consigue el famoso aceite de ricino), o como planta perenne volviéndose en este caso de notables dimensiones.
Es una planta que, por ser originaria de zonas tropicales, necesita una buena temperatura para crecer, en efecto la temperatura óptima de cultivo es de 25-30°C con una buena cantidad de luz.
Se adapta también a crecer en proximidad de zonas costeras resistiendo bastante bien a la salinidad.
El ricino tiene notables exigencias hídricas por tanto el terreno preferiblemente tiene que quedar siempre húmedo.
El ricino, si se cultiva en maceta, se trasplanta en primavera pero sólo si observamos que las raíces no tienen más espacio a su disposición para desarrollarse. En todo caso el terreno de cultivo tiene que ser rico en materia orgánica y tiene que ser muy bien drenado porque de ninguna manera tolera los estancamientos.
En todo caso es una planta bastante adaptable a muchos tipos de terreno y logra también vegetar sin excesivos problemas en terrenos salinos.
Se tienen que efectuar abonos regulares a partir de la primavera y todo el verano usando sobre todo abonos ricos en potasio (K) y nitrógeno (N), menos en fósforo (P).
PODA
El ricino no se poda. Se eliminan sencillamente las hojas que poco a poco se secan para evitar que se conviertan en vehículo de enfermedades parasitarias.
Es una planta que florece durante el período veraniego con temperaturas entre 24-26°C.
El ricino se multiplica POR SEMILLA.
El período óptimo es la primavera. Antes de su empleo, las semillas tienen que dejarse en remojo en agua caliente unas 12 horas para acelerar la germinación. Hecho esto se instalan de un mantillo formado por 2 partes de mantillo de semillas y una de arena fina distribuyéndolas de modo uniforme y a una profundidad de unos 1-1,5 cm.
Para prevenir eventuales ataques de hongos, sería oportuno suministrar también, junto al agua de riego, un fungicida de amplio espectro a las dosis indicadas en la etiqueta.
La bandeja con las semillas debe situarse en una zona donde la temperatura esté alrededor de 18°C, sombreada y se mantiene el terreno constantemente húmedo usando un rociador que humedece el terreno de manera más uniforme.
Se aconseja cubrir la bandeja con una hoja de plástico transparente o una losa de vidrio que permitirá mantener una temperatura más constante y también evitará que el terreno se seque demasiado rápidamente. Cada día se aparta el plástico (o la losa de vidrio), para controlar la humedad del terreno y eliminar del plástico el agua de condensación que se ha formado. Como media hace falta cerca de un mes para la germinación y cuando las jóvenes plantas hayan salido, quite el plástico o el vidrio, y a medida que las plantas crecen se aumenta gradualmente la luz (nunca el sol directo).
Entre todas las plantas nacidas las habrá menos robustas que deben ser eliminadas ya que casi indudablemente quedarán así y sobre todo, si tienen que ser plantadas al exterior, es mejor utilizar sólo las plantas más robustas.
Cuando se hayan formado de tres a cinco hojas, después de cerca de otro mes, podrán ser retiradas y plantadas en la maceta definitiva utilizando un mantillo tal como el indicado para las plantas adultas y se tratan como tales.
En el caso en que la siembra sea hecha directamente en plena tierra es aconsejable que la distancia a lo largo de la fila sea de 40 cm mientras la distancia entre las filas tiene que ser de 90-100 cm plantando cerca de 40.000 plantas por hectárea (4 plantas por m2).
El ricino no tiene muchos enemigos que son únicamente las malas técnicas de cultivo o, si cultivados al exterior, las malas condiciones meteorológicas (granizo durante la floración, escarchas y heladas tardías en las primeras fases de vegetación de la planta).
Las patologías parasitarias pueden ser provocadas por Fusarium spp., Botrytis spp. y Cercospora ricinella, todas causadas por una humedad excesiva.
El ricino normalmente se cultiva para la extracción del aceite de sus semillas. Para conocer sus propiedades medicinales ver la página: Las plantas medicinales.
La planta de ricino a menudo se confunde con la Fatsia japonica.
El ricino en terrenos cultivados puede convertirse en una planta infestante aunque no es difícil de controlar pero puede despertar preocupación si tenemos animales en el campo porque toda la planta es tóxica y en particular las semillas: la dosis letal para un hombre es de 2,5-6 semillas mientras para un caballo está en unas 6 semillas.
