La Dracula es un género de orquídea siempreverde que comprende algo más de un centenar de especies caracterizadas porque necesitan entornos húmedos y umbríos. Son pequeñas joyas que, aunque no estén en flor, resultan igualmente muy atractivas y particulares.
Son plantas que recuerdan a las Masdevallia, tanto que al principio se clasificaron en este género pero al final se separaron porque además de tener muchos caracteres morfológicos distintos, también tienen exigencias culturales diferentes.
En sus hábitat naturales los Dracula predominantemente sonLas Dracula son plantas comúnmente de desarrollo
Son orquídeas que no entran en descanso vegetativo por tanto crecen durante todo el año.
Si las temperaturas suben más allá de los valores óptimos es fundamental mantener un entorno muy fresco alrededor de la orquídea con frecuentes nebulizaciones, incluso dos veces al día.
La diferencia de temperatura entre el día y la noche es importante para garantizar la floración.
Considerando la alta humedad que necesitan siempre solicitan una perfecta ventilación cuya ausencia podría favorecer la manifestación de hongos.
Algunas especies de Dracula son capaces de soportar temperaturas superiores: hablamos del Dracula cordobae, Dracula lotax, Dracula mopsus, Dracula astuto y Dracula inaequalis que crecen también a temperaturas diurnas de 25°C y nocturnas de 15°C. Aun así hace falta mucha mesura y una perfecta circulación del aire a estas temperaturas porque la alta humedad asociada con altas temperaturas es el terreno óptimo para la manifestación de enfermedades.
(Para mayores explicaciones sobre la temperatura y la ventilación de la orquídea consulte el artículo: Temperatura y ventilación de las orquídeas).
(Para mayores explicaciones sobre la luz de la orquídea consulte el artículo: Exigencias de luz de las orquídeas).
Durante el verano para mantener las temperaturas más bajas es oportuno que la planta también se riegue dos veces al día: pronto por la mañana y por la tarde y pulverizar regularmente usando en ambos casos rigurosamente o agua pluvial o bien desmineralizada.
Es importante mantener sobre todo una humedad muy elevada junto con una buena circulación del aire durante el período de la floración. Tenga en cuenta que en la naturaleza la humedad alrededor de la orquídea ronda alrededor del 70-90%. Si la humedad no se mantiene sobre estos niveles, en cosa de poco tiempo, horas incluso en el caso por ejemplo del Dracula vampira, a menudo, las flores se marchitan porque la planta padece un auténtico shock.
En consideración del alto nivel de humedad, es importante que siempre haya una buena circulación del aire.
(Para mayores explicaciones sobre el riego de la orquídea consulte el artículo: Riego y humedad de las orquídeas).
Por cuánto concierne a las cantidades a suministrar, aconsejo como dosis 1/10 con respecto de las indicadas en la etiqueta del fertilizante, una vez al mes y muchos aconsejan abonos con un título más alto de nitrógeno (N) con respecto del fósforo (P) y potasio (K).
A pesar de que las Dracula estén en crecimiento activo durante todo el año es oportuno no abonar durante el período invernal, de noviembre a febrero.
Los abonos siempre van disueltos en el agua de riego y suministrados con el sustrato siempre húmedo.
(Para mayores explicaciones sobre los abonados de la orquídea puede consultar el artículo: Abono de las orquídeas).
El trasplante también es el momento para dividir la planta haciendo de modo que cada porción tenga al menos siete hojas sanas.
Los contenedores ideales para estas orquídeas son papeleras de red metálica donde las raíces pueden estar cómodas (no quieren estar comprimidas), y la mayor parte de las especies tienen tendencia a producir también flores de las partes bajas y laterales y salen de cualquier punto del sustrato en búsqueda de la luz con largos pedúnculos colgantes.
Un buen tipo de sustrato puede estar constituido de este modo: en la parte baja de la papelera colocar bark mientras en la parte superior, la que efectivamente estará en contacto con las raíces, musgo y corteza de abeto de tamaño mediano o alternativamente turba y bark desmenuzado. En todo caso el musgo es importante para garantizar un entorno húmedo.
El musgo debe mojarse adecuadamente antes del transvase porque si se introdujera en seco y luego se regara después del trasplante, se hincha con el agua y puede ahogar las raíces. En todo caso todo el sustrato utilizado para el trasplante debe dejarse en agua algunos días para hidratarlo y eliminar polvo u otros restos.
Cuando haya llegado el momento del trasplante hágalo con las raíces muy humedecidas porque de este modo resultan más elásticas y es menor el peligro de eventuales roturas. Además hace falta limpiarlas bien de todo resto de materiales y eliminar eventuales partes dañadas, cortando al menos un centímetro sobre la parte dañada, con tijeras limpias y desinfectadas mejor a la llama o bien con lejía o alcohol.
(Para mayores explicaciones sobre el trasplante de la orquídea puede consultar el artículo: Tipo de sustrato y trasplante de orquídeas).
La época de floración de la Dracula es extremadamente variable y no es posible dar indicaciones de principio, algunas se ligan a las estaciones, otras en cualquier momento del año.
Son orquídeas que si se respetan sus exigencias culturales, son muy generosas y florecen de continuo ya que no entran en descanso vegetativo.
El nombre del género deriva del latín «pequeño dragón» haciendo referencia al extraño aspecto que presenta, con dos largas espuelas que salen de los sépalos. En efecto Carlyle Luer cuando la clasificó, eligió este nombre solo porque observándolas le recordaron un dragón. En la fantasía popular en realidad este nombre ha sido asociado luego con el tan famoso conde Drácula (nacido de la fantasía de Bram Stoker) quizás debido al hecho de que en su hábitat natural la orquídea vive en las selvas umbrías, donde siempre está presente una niebla difusa y por lo tanto el nombre, asociado a su hábitat, ha evocado al conde más famoso.
La primera orquídea Dracula ha sido descubierta en 1870 aunque al principio fueron clasificadas en el género Masdevallia. Sólo en 1978 Carlyle Luer, las elevó al rango de género aparte, ya que observó que tenían una estructura diferente de hojas y flores y también exigencias culturales diferentes.
Todavía son orquídeas de las que queda todo por descubrir en cuanto se piensa que existan numerosas especies todavía desconocidas en las selvas de Colombia, Ecuador y Perú.
Existen diferentes híbridos entre los que hay que mencionar los Dracuvallia conseguidos por cruce entre los Masdevallia y Dracula.
Ver: Las orquídeas - El lenguaje de las flores y las plantas.
