El género Ageratum de la gran familia Asteracae y comúnmente conocido como agérato o damasquino, incluye plantas herbáceas anuales y perennes, según la especie, todas originarias de centro y noramérica.
Se trata de plantas de pequeñas dimensiones que no llegan a superar los 50 cm de altura, muy estimadas por sus abundantes flores coloridas que empiezan a brotar durante el período veraniego y se utilizan en los jardines como plantas anuales, es decir que se renuevan cada año. Comúnmente se cultivan las variedades enanas, particularmente aptas para ribetes de prados y bancales.
Tienen un tallo rígido, erguido, hueco en su interior y no ramificado del que se desarrollan directamente las hojas, dispuestas de manera alterna, de color gris-verde, con los márgenes levemente serrados. En la cumbre del tallo se forman las flores de color variado del azul, al rosa, al blanco según la especie y la variedad, asociadas en inflorescencias en umbrela y parecidas a pon pon muy perfumadas.
Existen unas sesenta especies en el género Ageratum pero la única que se cultiva normalmente como planta ornamental es la
La Ageratum houstonianum, originaria de México, es una planta compacta y normalmente cultivada como anual incluso siendo perenne. Empieza a florecer en primavera y durante todo el verano y parte del otoño produciendo flores que brotan en el ápice de los tallos, asociadas en racimos. La especie es rica en variedades que se distinguen entre ellas por el color de las flores y la altura de la planta (variedades más o menos enanas).
El Ageratum es una planta de exterior de fácil cultivo que no solicita particulares cuidados culturales.
Quiere las exposiciones a pleno sol o por lo menos exposiciones que le permiten tener algunas horas de luz solar directa aunque logra también tolerar la exposición a media sombra. En su instalación tenga la prudencia de evitar las zonas demasiado aireadas.
Es una planta que tiene que ser cultivada en zonas de clima templado ya que las temperaturas no tienen que bajar de los 4°C.
El terreno, durante todo el período de crecimiento activo (primavera - verano), tiene que quedar siempre húmedo, no empapado.
El Ageratum, no es una planta particularmente exigente conformándose con cualquier tipo de terreno con tal de que drene bien, sea blando y con una discreta cantidad de materia orgánica. Es oportuno por tanto que se añada siempre al terreno arena para favorecer el drenaje del agua y un excesivo compactamiento del terreno.
Durante todo el período primavera - verano se abona cada dos semanas, diluyendo el fertilizante en el agua de riego y disminuyendo ligeramente las dosis con respecto de lo indicado en la etiqueta del fertilizante.
Es oportuno usar un abono que además de contener macroelementos cuál nitrógeno (N), fósforo (P) y potasio (K), contenga también microelementos como el hierro (Fe), el manganeso (Mn), el cobre (Cu), el cinc (Zn), el boro (B), el molibdeno (Mo), todos importantes para un correcto crecimiento de la planta.
Son plantas que no se podan. Se eliminan sólo al principio de la primavera las ramas secas o dañadas para evitar que se conviertan en vehículo de enfermedades parasitarias.
El Ageratum empieza a florecer en verano y continúa hasta el otoño avanzado.
Es oportuno para hacer durar más la floración que, a medida que las flores se marchitan, se corten enseguida.
El Ageratum se multiplica por semilla.
MULTIPLICACIÓN POR SEMILLAS
La multiplicación por semilla se realiza o al final del invierno-principio primavera, en semillero, o bien en primavera avanzada plantando directamente las semillas en su lugar permanente.
Si las semillas se plantan en semillero deben ser distribuidas sobre un terreno ligero formado por turba y arena a partes iguales y no enterradas ya que la luz es importante para la germinación (lo mismo si se plantan directamente en el jardín).
La bandeja que contiene las semillas debe ser mantenida a la luz y a una temperatura alrededor de 21°C y constantemente húmeda (usar un rociador para humedecer el mantillo) hasta el momento de la germinación que ocurrirá en cosa de 5-10 días.
Cuando las plantas sean suficientemente grandes para poder manipularlas, se trasplantan a un terreno como el indicado para las plantas adultas.
Si las flores crecen difícilmente la causa podría ser una inadecuada exposición no a pleno sol.
Remedio: desplazar la planta al sol o al menos a una posición dónde pueda recibir al menos 4-5 horas de luz solar directa.
Si la planta tiende a marchitarse rápidamente quiere decir que el terreno no se mantiene suficientemente húmedo.
Remedio: regar con mayor regularidad.
Si nota estos pequeños animales, está en presencia de áfidos comúnmente llamados pulgones. Obsérvelos con una lupa y compare con la foto de al lado, son inconfundibles, no puede equivocarse. Son insectos que si no tuvieran control pueden provocar graves daños a la planta.
Remedio: tratar con productos específicos contra los áfidos localizables en tiendas especializadas en jardinería. Se recomienda utilizar productos sistémicos, es decir, que entran en la circulación de la savia de la planta y luego son absorbidos por los insectos durante su alimentación
Después de estas manifestaciones las hojas se abarquillan y asumen un aspecto casi polvoriento y caen. Observándolas cuidadosamente se notan también sutiles telarañas sobre todo en el envés de las hojas. Con estos síntomas, muy probablemente estamos en presencia de un ataque de ácaros o araña roja o arañuela, un ácaro muy molesto y dañino.
Remedio: usar productos químicos específicos contra los ácaros.
Estos insectos son aleuródidos, más conocidos como “mosca blanca”. Para saber si se trata de ellas, basta agitar la planta y se levantará como una nube. Se encuentran concentrados en el envés de las hojas. El daño es causado por la absorción de la savia con su aparato bucal chupador y por las picaduras en los tejidos conductores para poner sus huevos. También producen melaza (sus excrementos son azucarados y pegajosos) que pueden dar lugar a la “negrilla” (un hongo negro) y pueden transmitir enfermedades virales.
Remedio: para hacerles frente, usar pesticidas específicos.
El nombre ageratum deriva del griego ageratos «qué no envejece» para indicar la larga duración de la floración.
La especie Ageratum conyzoides es muy utilizada en la medicina tradicional de todo el mundo de muchos pueblos: en África central se usa para cuidar la pulmonía, pero el empleo más común es para cuidar las heridas y las quemaduras; en la India ha sido y es usada como bactericida; en Camerún, Congo y Brasil el empleo tradicional es tratar la fiebre, los reúmas, el dolor de cabeza y los cólicos.