Las Medinilla son plantas increíbles, no muy extendidas, pero que merecen toda nuestra atención gracias a sus espectaculares inflorescencias.
El género Medinilla, de la familia Melastomataceae, comprende plantas tropicales, originarias de las Filipinas, Sumatra, Madagascar y Java. Son auténticas obras maestras de la naturaleza pero sin embargo, no son de fácil cultivo porque solicitan paciencia y precisas reglas de cultivo para poder tener floraciones.
Se caracterizan por hojas amplias pero sobre todo inflorescencias formadas por numerosas flores péndulas de color variable según la especie y la variedad.
Existen bastantes especies entre las que recordamos:
La Medinilla magnifica es la especie más extendida y la que se presta también a ser cultivada en casa. Es una planta de porte arbustivo, originaria de Java y de las Filipinas, caracterizada por tallos leñosos de los que se desarrollan hojas ovaladas, coriáceas, intensamente surcadas por nervaduras blancas, largas hasta 30 cm.
A partir de la primavera y todo el verano produce numerosas flores reunidas en inflorescencias en racimos terminales de color rosa-rojo, un verdadero espectáculo. En su entorno natural alcanzan también los 2,5 m de altura mientras que si se cultiva en un piso no supera el metro.
La Medinilla curtisiies muy parecida a la magnífica de la que difiere porque las flores son de color blanco. Es originaria de Indonesia y es bastante rara.
Otro espléndido ejemplar de esta familia caracterizado por flores de color rosa, reunidas en inflorescencias en panícula.
La Medinilla no son plantas de fácil cultivo pero si se logra cultivarlas bien, regalarán floraciones que son un espectáculo de la naturaleza.
Son plantas originarias de los países tropicales por tanto tienen necesidad de temperaturas elevadas alrededor de 24-27°C durante el período veraniego mientras durante el período invernal no tienen que bajar de 15°C.
Es una planta que tiene necesidad de una gran cantidad de luz para poder florecer. Durante el período otoño invierno puede ser dejada también a pleno sol pero nunca durante la floración.
Son plantas que quieren el aire por lo que debe asegurar una buena ventilación pero teniendo mucho cuidado con las corrientes de aire que no agradecen, especialmente de aire frío.
Son plantas de crecimiento bastante lento.
La Medinilla se riega de modo que se mantenga el sustrato constantemente húmedo durante el período primavera-verano y entre un riego y otro se espera que los primeros 1,5 cm de terreno estén secos. Durante el resto del año los riegos deben ser disminuidos, lo justo para mantener el sustrato ligeramente húmedo.
Considerando que son plantas que prefieren suelos ligeramente ácidos, si el agua del grifo es calcárea, es mejor usar agua pluvial o agua desmineralizada para regar y para pulverizar las hojas o bien utilizar el agua del grifo preventivamente hervida con alguna gota de vinagre.
Son plantas que quieren entornos húmedos por tanto tenga cuidado de pulverizar regularmente la copa durante la estación más caliente teniendo cuidado con mojar las flores que podrían mancharse. Además sería oportuno poner la maceta sobre un posamacetas donde haya colocado arcilla expandida con un hilo de agua que al evaporarse garantizará un entorno húmedo teniendo cuidado de que el fondo de la maceta no esté en contacto directo con el agua.
La Medinilla se trasplanta cada dos años, al final del invierno (febrero) utilizando un buen sustrato ligeramente ácido y fértil, constituido por una mezcla de sustrato de hojas, tierra de jardín, arena y turba. Son plantas que no toleran de ningún modo los estancamientos por tanto tenga cuidado de poner sobre el fondo de la maceta trozos de barro cocido para favorecer el drenaje del agua de riego.
A medida que avance con los trasplante y cuando se llega a dimensiones de la maceta de 20-25 cm, los años siguientes se extraen los primeros 2.5-5 cm de terreno y se sustituyen con sustrato fresco.
Siempre recomiendo usar barro cocido que permite transpirar a la tierra.
Toda la primavera y el verano es oportuno suministrar un abono líquido cada 2 semanas con el agua de riego. En los otros períodos del año, deben ser suspendidos. .
Suministrar un abono que además de tener macroelementos cuál nitrógeno (N), el fósforo (P) y el potasio (K), contenga también microelementos como el magnesio (Mg), el hierro (Fe), el manganeso (Mn), el cobre (Cu), el cinc (Zn), el boro (B), el molibdeno (Mo), todos importantes para el crecimiento de la planta.
Un consejo: reducir ligeramente las dosis con respecto a las indicadas por el producto. Si se ha usado un buen sustrato y trasplanta regularmente la planta ya tiene una buena reserva de elementos nutritivos.
La planta florece desde la primavera y todo el verano.
Cuando las últimas flores se hayan marchitado se provee a efectuar una buena poda cortando todas las ramas a mitad de su largo.
Tenga la prudencia de utilizar tijeras limpias y desinfectadas, preferiblemente a la llama, para evitar infectar los tejidos.
La Medinilla se multiplica por esquejes semileñosos.
MULTIPLICACIÓN POR ESQUEJE
Al principio de la primavera se retiran esquejes semileñosos de los tallos, de unos 8-10 cm de largo, cortando justo bajo un nudo, cada uno provisto de 2-3 hojas.
El corte tiene que efectuarse con una hoja de afeitar o con un cuchillo afilado para evitar que se deshilache el tejido y teniendo cuidado de que esté limpio y desinfectado (de preferencia a la llama o con alcohol o lejía) para evitar infectar los tejidos.
Después de haber rociado la parte cortada con polvo para favorecer el enraizamiento, los esquejes se plantan en pequeños potes, con no más de 8 cm de diámetro, en una mezcla formada por turba y arena a partes iguales.
Haga agujeros con un lápiz, tantos como esquejes y colóquelos teniendo cuidado de compactar luego delicadamente el sustrato.
Cubrir la maceta con una hoja de plástico transparente o una bolsita puesta a modo de capucha y colóquela a la sombra y a una temperatura alrededor de 30°C. El sustrato debe estar siempre ligeramente húmedo regando sin mojar el esqueje con agua no calcárea y a temperatura ambiente. Cada día controle los esquejes, sacando el plástico bien para eliminar el agua de condensación que se forma, bien eventualmente para humedecer el sustrato.
Cuando empiezan a aparecer los primeros brotes, generalmente después de cerca de un mes, quiere decir que el esqueje ha arraigado.
Entonces se aparta el plástico y se coloca la maceta en una zona más luminosa, a la misma temperatura y se espera a que los esquejes se robustezcan. Cuando hayan producido brotes nuevos y vigorosos, se establecen en la maceta definitiva utilizando un sustrato tal como el indicado para las Medinilla adultas y se tratan como tales.
Este síntoma puede ser índice de muchas causas: temperaturas demasiado bajas, aire demasiado seco, luz insuficiente, poca agua.
Remedio: hacer un análisis de cómo se ha cultivado la planta hasta ese momento, de acuerdo con la ficha de especificaciones, y actuar en consecuencia.
Este síntoma es debido a temperaturas demasiado bajas.
Remedio: lleve enseguida la planta a un lugar más caliente o está destinada a morir.
Los síntomas se manifiestan sobre hojas que empiezan a amarillear, se abarquillan y asumen un aspecto casi polvoriento y caen. Observándolas cuidadosamente se notan también sutiles telarañas sobre todo en el envés de las hojas. Se trata de ácaros.
Remedio: aumentar la frecuencia de las nebulizaciones (la falta de humedad favorece su desarrollo) y eventualmente, sólo en el caso de infestaciones particularmente graves, usar productos químicos específicos. Si la planta no es particularmente grande, se puede probar también a limpiar las hojas para eliminar mecánicamente el parásito usando un copo de algodón mojado y enjabonado. Después, la planta debe ser aclarada muy bien para eliminar todo el jabón
Las manchas sobre el envés de las hojas podrían significar cochinilla parda y/o cochinilla algodonosa. Para estar seguros, sugerimos utilizar una lupa y observar: son características, no hay riesgo de error. Además si prueba a sacarlas con una uña, salen fuera fácilmente.
Remedio: sacarlas con un copo de algodón mojado en alcohol o si la planta es grande y en maceta, se puede lavar con un agua y jabón neutro frotando muy delicadamente con una esponja para retirar los parásitos. Después, la planta debe aclararse muy bien para eliminar todo el jabón. Para las plantas más grandes y plantadas a cielo abierto, puede usar productos químicos específicos.