El género Quesnelia pertenece a la familia Bromeliaceae y comprende plantas perennes terrestres o epifitas, siempreverdes, originarias del Brasil oriental hasta 2000 m de altitud. Son poco conocidas como plantas de piso pero si las encontramos en algún vivero, indudablemente alegrarían a cualquier aficionado gracias a sus hojas en roseta y su inflorescencia erguida o péndula muy llamativa.
Las hojas son de color verde intenso, alargadas, densas, espesas y rígidas y en muchas especies con los márgenes provistos de numerosas espinas pequeñas. Las hojas se disponen formando la clásica roseta donde se extienden en la parte central formando una especie de copa en la que se recoge el agua pluvial en la naturaleza. En esta reserva de agua se acumulan una flora y una fauna a menudo abundantes como restos vegetales y animales que son digeridos en parte con su descomposición así que de alguna manera podemos hablar de plantas carnívoras (aunque en un sentido muy laxo).
Las flores crecen como largas espigas que se yerguen en el centro de la roseta de hojas protegidas por brácteas particularmente llamativas y coloreadas según la especie y variedad.
El género comprende unas 15 especies entre las que recordamos:
La Quesnelia marmorata es una planta perenne con rizoma, epifita, que no alcanza el metro de altura y está provista de hojas irregularmente jaspeadas dispuestas en roseta central donde en el período primavera-verano, crece una espiga floral de hasta 20 cm de larga, que llevará flores de color azul cubiertas por brácteas de color rosa encendido.
La Quesnelia liboniana es una planta perenne epifita que no supera los 60 cm de altura y forma una roseta de hojas cuyos márgenes están provistas de pequeñas espinas y se disponen formando la clásica copa típica de las bromeliáceas en el centro de la roseta. De estas formaciones a partir de la primavera se desarrollará una larga espiga portando flores de color azul circundadas por brácteas de color rojo intenso.
La Quesnelia quesneliana es una especie perenne con rizoma con una roseta de hojas formadas por 6-8 hojas de forma lanceolada y de color verde intenso con espinas de color marrón. Produce inflorescencias cilíndricas desde el fin de la primavera al verano formadas por escamas superpuestas de color rosa que se ponen blancas con el tiempo y con las brácteas dispuestas en espiral de color rojo vivo u óxido que esconden flores de color blanco con venas azules de 3,5 cm de largo con sépalos rojos.
La Quesnelia es una planta cuyas temperaturas normales de cultivo pueden llegar, sin problemas, incluso a 27°C, mientras que durante el período invernal no tienen que bajar de 16°C.
No quiere la luz directa del sol, de la que es importante protegerla, asegurándoles en todo caso una buena iluminación.
La copa central de la roseta de hojas tiene que quedar constantemente rellena de agua, nunca calcárea, que en todo caso se renueva completamente una vez cada dos semanas.
Puede ser cultivada en maceta (garantizando un terreno muy blando y un excelente drenaje) o como epifita. En este último caso se envuelven las raíces con musgo y se fijan a un trozo de corteza, de tronco o de madera generalmente con un cordón.
Son plantas que quieren aire por tanto es oportuno asegurarles una buena ventilación del entorno en el que se hospedan evitando las corrientes de aire frío que no agradecen.
La Quesnelia debe ser regada con moderación si se cultiva en maceta, esperando a que el terreno se seque en superficie entre un riego y otro. En caso de que la planta se cultive como epifita, se salpican de agua las raíces con regularidad.
Cuando se riega (como casi todas las bromelias), es importante mantener la copa central que forma la roseta de hojas constantemente llena de agua no calcárea que tiene que ser reemplazada una vez cada dos semanas para evitar que las sales, los restos vegetales, los insectos o cualquiera otra sustancia caída accidentalmente en ella pueda pudrirse perjudicando de este modo a la planta.
Es una planta que quiere entornos húmedos por tanto es oportuno que, si se cultiva en maceta se apoye en un posamacetas lleno de guijarros, para alejar las raíces del agua, donde estará presente agua que al evaporarse mantendrá un microclima húmedo.
Además es oportuno pulverizar regularmente las hojas todos los días en la estación más cálida utilizando agua no calcárea: se puede usar agua desmineralizada o bien agua pluvial o bien puede hervir el agua con alguna gota de vinagre antes de utilizarla.
El terreno a usar para el trasplante tiene que ser muy ligero, no calcáreo, tendencialmente ácido, formado por una mezcla de turba, virutas de corteza, perlita o vermiculita todo a partos iguales y la maceta no tiene que superar los 15 cm de diámetro.
Puesto que tendencialmente es una planta epifita es fundamental que el terreno tenga un excelente drenaje, por tanto es oportuno que se instale también sobre el fondo de la maceta una discreta capa de trozos de barro cocido.
Siempre recomiendo usar terracota porque, al ser porosa, permite a la tierra respirar y corrige eventuales excesos de riego (permite evaporar el agua).
Para abonar la Quesnelia se diluye en el agua de riego un buen abono líquido una vez al mes a partir de la primavera y hasta el otoño avanzado. Durante los demás períodos los abonados deben suspenderse.
Use un buen abono que no sólo contenga nitrógeno (N), fósforo (P) y potasio (K), sino también los llamados microelementos, igualmente importantes para el crecimiento de la planta, es decir, el hierro (Fe), el manganeso (Mn), el cobre (Cu), el cinc (Zn), el boro (B), el molibdeno (Mo).
FLORACIONProduce una sola espiga al año que se yergue de la roseta de hojas a partir de la primavera y dura dos-tres meses. Cuando la espiga se marchita debe ser retirada con rapidez cortándola lo más abajo posible de modo que se elimine completamente.
Después de la floración las hojas empiezan a secarse para ser completamente renovadas por hojas nuevas y por lo tanto de una nueva roseta de hojas, que crecerá de uno de los muchos retoños que son producidos mientras tanto en la base de la planta. Es por tanto bueno que, en cuanto notemos que las hojas del año anterior empiezan a amarillear, cortarlas a 5 cm de la base para dejar espacio al crecimiento de las nuevas hojas.
La Quesnelia no se poda. Elimine solo las hojas de la planta que se secan para evitar que se conviertan con el tiempo en vehículo de enfermedades parasitarias (con tal propósito siga las indicaciones del párrafo Floración).
La planta se multiplica por retoños retirándolos de la base de la planta.
Esta operación debe ser efectuada al principio de la primavera cortando los jóvenes brotes lo más cerca posible de la inserción en la planta madre y dejando en todo caso al menos un par de hojas. Hace falta tener cuidado de que hayan alcanzado un largo de al menos 10 cm antes de despegarlos, de otro modo no brotan.
Una vez retirados tienen que ser plantados aislados usando un mantillo tal como se indica en el párrafo "Suelo-trasplante" con la prudencia de añadir también un poco de arena fina y de arreglarlos de modo que podamos protegerlos con una bolsita de plástico transparente y en un entorno donde la temperatura esté alrededor de 18-21°C.
La bolsita de plástico mantendrá la temperatura constante y cada día tiene que ser levantada para eliminar el agua de condensación que podría formarse y para controlar el mantillo que tiene que quedar siempre ligeramente húmedo.
A la vuelta de unas 3-4 semanas el retoño debería arraigar y retomar luego el crecimiento. Entonces se aparta definitivamente el plástico y se trata la planta como si fuera adulta.
Las causas de sufrimiento foliar pueden ser debidas a un entorno demasiado enfrío, o a riegos escasos, o a una humedad demasiado baja.
Remedio: analizar cómo está cultivando la planta con base en las indicaciones de la presente ficha y actúe en consecuencia.
Esta sintomatología hay que atribuirla indudablemente a una exposición de la planta a la luz directa del sol.
Remedio: desplazar enseguida la planta de los rayos directos del sol.
Podrían indicar un ataque de cochinilla y más particularmente de cochinilla algodonosa, que se manifiesta con formación de acumulaciones algodonosas en el envés de las hojas y en sus pedúnculos. Para estar seguros, sugerimos utilizar una lupa y observar. Se caracterizan por tener una especie de escudo protector, de color blanco. Además si intenta sacarlas con una uña, salen fuera fácilmente.
Remedio: si la infestación no es grave, pueden ser eliminadas usando un copo de algodón mojado en alcohol desnaturalizado. Si su presencia es particularmente masiva y persistente se aconseja usar antiparasitarios específicos fácilmente localizables en un centro de jardinería.
Pequeños insectos móviles de color variable de blanco al amarillo o al verde son indudablemente áfidos más a menudo llamados pulgones. Son insectos que si no tuvieran control pueden provocar graves daños a la planta.
Remedio: usar productos químicos específicos localizables en un buen vivero.
El nombre Quesnelia le ha sido dado en honor del cónsul francés en Cayena (en la Guyana francesa), M. Quesnel que introdujo el género en Francia.