El género Albizia pertenece a la familia Fabaceae (ex Leguminosae), dónde hallamos unos cincuenta especies todas espectaculares sea por sus hojas o por sus flores.
Son plantas originarias de Asia subtropical y son auténticos árboles que recuerdan a las acacias, con la copa en forma de paraguas, tronco erguido con numerosas ramas muy ramificadas y con la corteza lisa que se va arrugando con la edad.
En la mayor parte de las especies de Albizia las hojas son caducas, bipinnadas, dispuestas de manera alternada y compuestas por numerosos folíolos muy pequeños, sin pecíolo.
Las flores son muy particulares, hermafroditas, de color variable de blanco a amarillo o a rosa, según la especie.
El fruto de la planta es una legumbre bastante grande.
Existen unas 130 especies en el género Albizia, entre las que recordamos::
La Albizia julibrissin, es conocida con muchos nombres: acacia de Constantinopla, arbol de la seda, parasol de la China, arbol de Constantinopla, acacia de Persia, acacia taperera.
Es la especie más difundida y cultivada. Presenta ramificaciones abiertas que forman una gran umbrela. Es una planta caracterizada por hojas caducas e inflorescencias globosas. Las inflorescencias están formadas por flores de color blanco matizado de rosa, asociadas en forma de mazorcas en la parte terminal de las ramas. Tienen estambres muy largos y de color rosa.
En la naturaleza es una planta que alcanza 10 m de altura con hojas de color verde claro, bipinnadas, compuestas por 8-12 pares de alas que llevan cada una numerosas hojitas.
Florece durante el período veraniego.
La Albizia lebbeck presenta las características típicas de la especie y las flores son de color amarillo tendente al verde.
La Albizia lopanta tiene dimensiones más reducidas con respecto a las anteriores; es de crecimiento muy rápido pero es menos longeva que las otras especies del mismo género. Las flores, que aparecen al final de la primavera, son de color amarillo reunidas en llamativas inflorescencias en espiga.
Las Albizia son plantas que tienen que ser cultivadas a cielo abierto, en jardín o en una terraza donde regalarán espléndidamente la vista en un rincón bien decorado, gracias a sus estupendas floraciones.
Es una planta que se adapta muy bien en las regiones con clima templado aunque es una planta que resiste bien el frío. La especie A. Julibrissin es la más resistente, hasta -10°C. En todo caso si las temperaturas se hunden demasiado tiempo, es aconsejable proteger las plantas con lienzos de plástico transparente
Son plantas que viven muy bien a pleno sol y también a media sombra.
Se deben plantar entre el otoño y el fin del invierno.
No son plantas que necesiten cuidados particulares y son muy resistentes tanto a la salinidad como a la polución.
Los riegos de la Albizia tienen que ser abundantes pero sin excesos (el terreno no tiene que estar empapado), teniendo mucho cuidado de no estancar el agua porque no lo toleran en ningún modo.
Durante el invierno, cuando la planta haya perdido las hojas, los riegos se reducen drásticamente.
Las Albizia pueden cultivarse en maceta o en plena tierra.
Si se cultiva en maceta debemos asegurarnos de que en el momento de la plantación, la maceta sea de grandes dimensiones de modo que se eviten trasplantes demasiado frecuentes. El tipo de terrenal ideal es un buen sustrato fértil, ligeramente ácido con la añadidura de un poco de arena gruesa para favorecer el drenaje del agua de riego ya que no toleran los encharcamientos. Es importante colocar sobre el fondo de la maceta trozos de terracota que evitarán que los agujeros de drenaje se atasquen.
Si se cultiva en maceta, hay que ocuparse cada año de retirar la capa superficial del terreno, al menos 5 cm, y reemplazarlos con sustrato fresco.
Cuando la planta empieza a florecer es oportuno abonarla usando abono orgánico o bien un buen fertilizante líquido. Durante los otros períodos los abonos deben suspenderse.
Tenga en todo caso presente que no hace falta excederse con los abonos, especialmente de nitrógeno, porque se trata de plantas (como es el caso en todas las Fabaceae), que gracias a unas bacterias particulares (género Rhizobium) que forman auténticos nódulos a nivel de las raíces (las colonias de las bacterias) son capaces de fijar el nitrógeno que luego ceden a la planta y al mismo tiempo reciben de ella otros elementos nutritivos, importantes para su vida.
Las flores empiezan generalmente a aparecer a partir de la primavera avanzada y los frutos empiezan a madurar en otoño, cuando caen las hojas. Las semillas pueden ponerse aparte para usarlas para conseguir nuevas plantas.
La planta de Albizia puede podarse al final del invierno - principio de la primavera, sea para contener la copa o para eliminar eventualmente las ramas dañadas.
Recuerde limpiar y esterilizar los utensilios que use para el corte para evitar que se conviertan en vehículo de enfermedades parasitarias.
La multiplicación de la Albizia ocurre casi exclusivamente por semilla. Al realizar este tipo de propagación tenga presente que la siembra tiene la desventaja de que, a causa de la variabilidad genética, no se tiene la certeza de conseguir plantas iguales a la planta madre.
MULTIPLICACIÓN POR SEMILLA
La multiplicación por semilla se realiza en primavera. Las semillas antes de sembrarse deben dejarse en agua tibia 24 horas. Brotan después de unos dos meses a temperaturas alrededor de los 19°C. El primero año de vida, deben mantenerse las jóvenes plantas en un entorno protegido para situarlas sólo en su emplazamiento definitivo al año siguiente, en la primavera avanzada o al principio del verano.
No son plantas particularmente atacadas por enfermedades.
Alguna vez se ha observado que son atacadas por un insecto, la Psilla (Acizzia jamatonica) perteneciente a la familia Psyllidae, que está volviéndose particularmente dañino en Europa.
Inverna sobre la planta como adulto y durante la fase vegetativa produce muchas generaciones, tanto que es posible encontrar todos los estadios (huevo, larvas, adultos) sobre la planta a la vez.
Los daños se producen por el hecho de que estos insectos chupan la savia de la planta provocando la defoliación. Además producen abundante melaza y cera ensuciando el follaje de la planta.
Remedios: hace falta intervenir con productos a base de ácidos grasos (sales de potasio), que actúan por contacto perjudicando sobre todo las paredes celulares de las larvas, causándoles por lo tanto la muerte. Es un producto usado en la lucha biológica e integrada porque no deja residuos en el entorno y es biodegradable. En consideración al hecho de que la psilla produce muchas generaciones al año, hace falta hacer muchos tratamientos al observar la presencia de las larvas. Después de estos tratamientos se podrán eliminar a los adultos usando insecticidas específicos.
Hasta hace unos años la especie Albizia se incluía en el género Acacia pero fue finalmente elevada a género separado al presentar características morfológicas diferentes.
El género se dedica al naturalista florentino Filippo degli Albizzi, que por primera vez, en el año 1740, lo introdujo en Europa desde Constantinopla.
La corteza de la Albizia anthelmintica, otra especie del género, se usa en las zonas más pobres de África por los pastores para curar a los animales contra los parásitos interiores aunque, según muchos estudios, parece que no sea particularmente eficaz.
Bibliografía online
(es) NCBI National Center for Biotechnology Information