Las Casuarina son árboles que recuerdan a las coníferas típicos de las zonas costeras. Su belleza radica en sus pequeñas hojas escamosas que otorgan a la planta un aspecto delicado.
La Casuarina es un género que comprende plantas arbustivas y arbóreas perennes siempreverdes, originarias de Australia y de muchas islas del Océano Pacífico. Sus particularidades son las hojas modificadas en escamas o en todo caso muy pequeñas, dispuestas en anillo alrededor de los nudos tanto que la función clorofílica se desarrolla por las ramas.
Las flores son muy pequeñas y sin pétalos, recogidas en inflorescencias en espiga cónica (parecidas a las de los pinos) y unisexuales (existen flores que sólo portan los órganos de reproducción femenina y flores que sólo tienen órganos de reproducción masculinos, en la misma planta) o dioicas (existen plantas que sólo tienen flores masculinas y otras que sólo tienen flores femeninas).
Existen unas 70 especies en el género Casuarina entre los que recordamos:
La Casuarina equisetifolia es un árbol que puede llegar a alcanzar los 15-20 m de altura con un diámetro de la copa de 10 m. Tiene un porte difundido y erguido con la parte terminal de las ramas péndula con hojas escamosas.
Las inflorescencias son más bien cónicas sin ningún interés ornamental y los frutos son parecidos a los conos de los pinos o piñas.Son plantas originarias de las islas del Océano Pacífico y Australia.
Es conocida comúnmente como: pino australiano, pino de París, árbol de la tristeza, casuarina cola de caballo.
La Casuarina strictaoriginaria de Australia es un árbol que en la naturaleza no supera los 10 m de altura con un diámetro de las copas de 5 m.
La Casaurina torulosa es un árbol de aspecto flaco con la parte terminal de las ramas péndula. Las hojas son escuamiformes y asumen una coloración rosada de jóvenes y de color verde oscuro al avanzar en edad. Es originaria de Australia.
Las Casuarina son plantas típicas de climas cálidos aunque tienen una moderada resistencia al frío aunque no muy prolongada en el tiempo.
Son plantas de pleno sol y típicas de las zonas costeras porque tienen una buena tolerancia a la salinidad del terreno. Pueden ser cultivadas con éxito en las costas arenosas donde gracias a su importante aparato radical, contribuyen a mantener estable el terreno. También son plantas óptimas para establecer una barrera cortavientos o un cercado.
Durante todo el período primavera-verano, regar generosamente mientras que durante los otros períodos se deben reducir sensiblemente los riegos..
Si se cultivan en maceta, las Casuarina se trasplantan cada año al final del invierno a un suelo rico en materia orgánica con la añadidura de un poco de arena para volverlo más blando y mejorar el drenaje del agua.
A partir de la primavera y durante todo el verano, suministrar una vez al mes con el agua de riego un abono líquido a dosis medias. Es oportuno usar un abono que además de contener los macroelementos como nitrógeno (N), fósforo (P) y potasio (K), contenga también microelementos como el hierro (Fe), el manganeso (Mn), el cobre (Cu), el cinc (Zn), el boro (B), el molibdeno (Mo), todos importantes para un correcto crecimiento de la planta.
Son plantas que no se podan. Se eliminan sólo al principio de la primavera las ramas secas o dañadas para evitar que se conviertan en vehículo de enfermedades parasitarias.
A mitad o a final del verano, retirar esquejes semileñosos de 20-25 cm de largo, cortados con un corte oblicuo justo bajo un nudo. Este tipo de corte se aconseja porque permite tener una mayor superficie de enraizamiento y evita la acumulación de agua sobre la superficie de la rama de donde se corta.
Utilice un cuchillo afilado para evitar que se deshilache el tejido, limpio y desinfectado (de preferencia a la llama o con alcohol o lejía) para evitar infectar los tejidos.
Se colocan a continuación en un compost formado por turba y arena gruesa haciendo agujeros con un lápiz, tantos como esquejes a plantar, teniendo a continuación cuidado de compactar delicadamente el sustrato.
La maceta se cubre con una bolsita de plástico a modo de capucha después de haber colocado en el terreno palitos para mantener el plástico lejos de los esquejes y haber sujetado la bolsita a la maceta con una goma elástica, para evitar la pérdida de humedad y mantener un calor constante.
Cada día se aparta el plástico para controlar la humedad del terreno y eliminar del plástico el agua de condensación que indudablemente se habrá formado.
Cuando los primeros brotes empiezan a aparecer significa que en los cortes se han formado las raíces. Es momento de quitar el plástico y poner a una luz más positiva (no sol directo), a la misma temperatura y se espera a que los esquejes se robustezcan. Cuando sean suficientemente grandes, se establecerán en la maceta definitiva y se tratarán como plantas adultas.
Son plantas particularmente resistentes a las enfermedades y a los ataques parasitarios.