El género Echinopsis pertenece a la familia Cactaceae y comprende numerosas especies originarias de sur América que se encuentran en muchos hábitats que van de las zonas desérticas planas a los sotobosques áridos.
La Echinopsis como todos sus parientes pertenecientes a la familia de las Cactaceae, se llaman también "plantas crasas" por su forma particularmente redondeada. En realidad es más correcto llamarlas plantas suculentas, porque no tienen "grasa" en su tejido sino savia, zumo
La particularidad de las Cactaceae y por lo tanto también de la Echinopsis es que son plantas totalmente desprovistas de ramas y las flores crecen en una "almohada" de pelos (aréolas) directamente del tallo.
Son plantas provistas de un tallo globoso, muy denso, alargado, provisto de costillares en toda su longitud, en el que se desarrollan espinas bastante consistentes que no son más que hojas. Esta transformación es una adaptación de la naturaleza a las condiciones en las que viven en sus entornos naturales que permite reducir la transpiración al mínimo y por lo tanto la pérdida del agua almacenada ya con mucha dificultad.
Las espinas nacen a lo largo de los costillares en pequeñas protuberancias llamadas areolas dispuestas en mechones que recuerdan una estrella.
Las flores aparecen en verano, en correspondencia con las areolas, no antes de que la planta haya alcanzado el tercer año de edad, muy grandes, llamativas, de color más bien blanco o rosado irregularmente matizadas y casi siempre perfumadas.
Las flores no tienen una larga vida, duran de hecho no más de dos días: brotan poco después del ocaso y después duran una noche y todo el día y luego mueren pero son renovadas continuamente durante todo el verano.
Existen numerosas especies pertenecientes al género Echinopsis entre las que recordamos:
Echinopsis eyriesii; Echinopsis ancistrophora; Echinopsis bridgesii; Echinopsis leucantha; Echinopsis mamillosa; Echinopsis tubiflora; Echinopsis melanopotamica; Echinopsis mirabilis; Echinopsis obrepanda; Echinopsis huascha; Echinopsis mamillosa; Echinopsis minuana; Echinopsis multiplex; Echinopsis oxygona; Echinopsis pachanoi; Echinopsis shaferi; Echinopsis silvestrii; Echinopsis subdenudata; Echinopsis tapecuana; Echinopsis calochora, Echinopsis turbinata; Echinopsis vallegrandensis .
Una creencia muy extendida es que las plantas crasas crecen bien aunque se descuiden. Esto no es para nada verdadero porque como todos los seres vivos, tienen necesidad de atenciones y cuidados. Pueden "sobrevivir" si las descuidamos pero no vivir de la mejor manera según sus capacidades. Considerando que los cuidados que solicitan no son demasiados, dediquemos unos pocos minutos a la semana a estas increíbles plantas y nos recompensarán con un estupendo crecimiento.
Son plantas que solicitan mucha luz, en todas las estaciones del año, con exposición al sol directo. Lo óptimo es una exposición al sur mientras es absolutamente a evitar una exposición al norte.
Si la planta se mantiene sobre un alféizar detrás de vidrios dobles, durante el verano téngala en ligera sombra porque los rayos del sol en este caso están demasiado concentrados actuando los vidrios de lente.
Las temperaturas de cultivo veraniegas óptimas están entre los 15 - 24°C. Mientras que las de otoño e invierno tienen que rodear los 10-13 °C aunque también soportan temperaturas alrededor de 7°C. En este caso sin embargo es importante mantener el terreno completamente seco.
Son plantas que quieren el aire sobre todo por lo que hay que darles su aire fresco en verano situándolas cerca de una ventana abierta.
Los riegos de la Echinopsis tienen que ser efectuadas cuando el terreno está seco evitando dejar agua estancada en el posamacetas porque no toleran de ningún modo los encharcamientos que harían podrirse rápidamente las raíces.
Acordarse siempre que es mejor un riego de menos que uno de más.
Como todas las plantas, tienen necesidad de ser trasplantadas periódicamente. Muy a menudo no efectuamos esta práctica desanimados por las espinas por lo que siempre posponemos el "momento difícil" con graves resultados para nuestra planta.
Generalmente todos los cactus tienen un aparato radicular que se expande mucho en superficie por el hecho de que las raíces, en su entorno natural, van a buscar en el terreno circundante la poca humedad y el poco alimento que logran encontrar. ¡Pensemos que en la naturaleza un cactus del desierto de unos 15 cm puede tener raíces que se desarrollan en un metro cuadrado!
Una señal de la planta para decirnos que la maceta que la hospeda es demasiado pequeña, a pesar de que los riegos, los abonos y la exposición sean perfectos, es una disminución de la velocidad de crecimiento. Si levanta la planta de la maceta verá que las raíces son un todo con el terreno y alguna también brota del agujero de drenaje. Por ello es buena norma cada año, en primavera, controlar para ver si las raíces están apretadas y demasiado amontonadas.
El trasplante también es un momento óptimo para controlar el estado de las raíces: si nota raíces tiznadas o grisáceas (las raíces tienen que ser blanco-nata), deben ser eliminadas. Tome entonces unas tijeras lavadas y esterilizadas, preferiblemente a la llama, y proceda al corte. Después rocíe en las heridas de corte polvo fungicida de amplio espectro y luego trasplante. En este caso espere al menos una semana antes de regar para permitir cicatrizar a las heridas.
Para el trasplante utilice un compost específico para Cactaceae al que añadiremos arena gruesa o perlita en la medida de 2:1 (2 partes de compost por 1 parte de arena o perlita).
Tenga cuidado de colocar en el agujero de drenaje trozos de barro cocido de modo que la tierra o las raíces no obstruyan el agujero de drenaje porque los estancamientos son letales para esta planta.
Siempre recomiendo usar terracota porque, al ser porosa, permite a la tierra respirar y corrige eventuales excesos de riego (permite evaporar el agua). Además las macetas tienen que ser más anchas que profundas porque el aparato radicular tiende a desarrollarse a lo ancho más que en profundidad.
Para efectuar un buen trasplante proceda de este modo: riegue bien el sustrato y deje escurrir el agua algunas horas: esta operación hace más fácil la extracción de la planta de la maceta. Luego póngase un bonito par de guantes o tome hojas de periódico que usará como un guante.
Vuelque la maceta martilleando delicadamente sobre el fondo y tire de la planta. Si la planta hace resistencia, enhebre un lápiz en el agujero de drenaje y empuje.
Ya habrá preparado la nueva maceta, más grande, en la que habrá colocado trozos de barro cocido en el fondo en el agujero de drenaje y un poco del sustrato indicado anteriormente, mezclado y listo para ser utilizado. Coloque el nuevo sustrato todo alrededor teniendo mucho cuidado de que la altura a la que coloca la planta, sea igual a la anterior. No la entierre ni más, ni menos.
El primer riego después del trasplante hágalo por inmersión de la maceta. Recuerde que si ha podado las raíces hace falta esperar antes de regar al menos una semana para dar el tiempo a las heridas de cicatrizar.
Desde la primavera y durante todo el verano, abonar una vez al mes con un abono líquido a diluir en el agua de riego.
A partir del otoño y durante todo el invierno, suspender los abonos porque la Echinopsis va a descanso vegetativo por lo que no se tienen que dar abonos que se acumularían en el terreno creando un entorno dañino para las raíces de la planta.
Para asegurarle un óptimo crecimiento y una excelente floración, es preferible usar un abono igualmente equilibrado en nitrógeno (N), fósforo (P) y potasio (K), por ejemplo 30:30:30 y que contenga también otros elementos como el magnesio (Mg), el hierro (Fe), el manganeso (Mn), el cobre (Cu), el cinc (Zn), el boro (B), el molibdeno (Mo), todos importantes para un correcto y equilibrado crecimiento de la planta.
Si asegura a la planta la justa cantidad de luz solar, agua y abono, tal como indicado en los correspondientes párrafos, tendrá bonitas floraciones.
La planta generalmente empieza a florecer desde el principio del verano y continúa todo el verano. Las flores brotan de lado o casi en el ápice del tallo y son muy grandes en forma de trompeta o acampanadas. No tienen una larga vida, no duran más de dos días: brotan poco después del ocaso y duran después una noche y todo el día y luego mueren pero son renovados continuamente todo el verano.
La Echinopsis se multiplica por división de los brotes basales o por semilla. En caso de que se utilice la técnica de multiplicación por semilla, recuerde siempre que, al intervenir la variabilidad genética, no se tendrán nunca plantas iguales a la planta madre. Por tanto si quiere conseguir una planta bien precisa, es mejor que haga la multiplicación por esqueje.
MULTIPLICACIÓN POR BROTES BASALES
Los brotes basales son las pequeñas plantas que crecen en la base de la planta madre. Para extraerlas utilice un cuchillo bien afilado y desinfectado, preferiblemente a la llama. A menudo estos brotes están provistos de raíces por lo que en este caso, en cuanto son retirados de la planta madre deben ser trasplantados sin regar durante unas 2-3 semanas para evitar la manifestación de podredumbres
En el caso de que el brote que retira esté desprovisto de raíces entonces antes de trasplantar deje secar las superficies cortadas por unos 7 días. Utilice en ambos casos un compost como indicado en el párrafo «Trasplante». Después del trasplante la planta debe ser tratada como una planta adulta.
MULTIPLICACIÓN POR SEMILLASLa multiplicación por semillas de la Echinopsis se realiza en marzo-abril distribuyendo lo más uniformemente posible las semillas sobre un sustrato formado por 2 partes de sustrato para semilla y una de vermiculita.
Puede usar macetas no muy altas o bandejas de multiplicación dejando un espacio de al menos 2 cm entre el borde de la maceta y el terreno. Sumerja luego la maceta en agua hasta que el terreno esté bien mojado. Entonces deje escurrir el agua en exceso y ordene las semillas sobre la superficie del sustrato de modo uniforme y eventualmente use un trozo de madera para enterrarlas de manera uniforme o bien eche encima un poco de sustrato.
La bandeja se cubre con una hoja de plástico transparente o cristal para asegurar una buena temperatura y evitar que el suelo se seque demasiado rápidamente. La hoja de plástico debe ser retirada cada día para controlar el grado de humedad del terreno y sacar el agua de condensación que se forma sobre el plástico o en el vidrio.
La bandeja con las semillas se mantiene a la sombra, a una temperatura alrededor de 21°C y constantemente húmeda (usar un rociador para humedecer totalmente el sustrato) hasta el momento de la germinación.
Cuando las semillas hayan germinado (generalmente la germinación ocurre después de 1-2 meses y a veces más), se retira la lámina de plástico. Ahora bien, ya que las semillas no brotan todas a la vez sino de manera escalonada, hará falta garantizar a las nuevas plantas un poco de luz. Por eso coloque la bandeja o la maceta de modo que reciba un poco de luz, pero no excesiva, de modo que también respetemos las semillas que todavía no han germinado.
En todo caso retire el plástico o la losa de vidrio.
Cuando las plantas sean lo suficientemente grandes para poder manipularlas se establecen en la maceta definitiva. Tenga en cuenta que, en esta fase, las nuevas plantas necesitarán muchos meses y hasta un año antes de tener las dimensiones idóneas para ser trasplantadas. No se desanime. Téngalas tranquilamente en su bandeja y trátelas como plantas adultas pero no las trasplante antes de que tengan las dimensiones adecuadas.
Las Echinopsis como todas las Cactaceae, no son plantas particularmente sometidas a enfermedades. En su caso quizás sea más correcto hablar de fisiopatias es decir enfermedades debidas no a agentes patógenos sino a malas técnicas de cultivo.
Esto en las cactáceas es el clásico síntoma de demasiado riego.
Remedio: desafortunadamente cuando se llega a este estadio no es siempre posible recuperar la planta (como en el caso de la imagen superior). En todo caso, si la situación no es tan grave, saque la planta con todo el pan de tierra de la maceta y déjela al aire de modo que el terreno se seque rápidamente. Controlar las raíces y eventualmente eliminar las podridas cortándolas al menos 1 cm sobre la zona podrida con una tijera afilada y desinfectada, preferiblemente a la llama, rocíe la superficie de las raíces cortadas con un polvo fungicida de amplio espectro y luego trasplante. Espere al menos dos semanas antes de regar de nuevo y sobre todo adopte mayor cautela en la cantidad de agua que suministra.
Comúnmente la planta se alarga y asume una coloración verde clara. Éste es el clásico síntoma de poca luz.
Remedio: sitúe la planta en una posición más iluminada.
Este síntoma generalmente es debido a riegos demasiado escasos. Si estamos muchos meses sin regar la planta, especialmente en verano, la planta agota toda el agua contenida en los tejidos y por lo tanto aparece como vaciada.
Remedio: no siempre si se llega a este estadio es posible recuperar la planta, en todo caso, vale la pena hacer una tentativa poniendo un poco más de atención a nuestra planta con riegos justos.
Si la planta empieza a presenta este síntoma, como si la planta se "hubiera quemado" y se notan pequeñas grietas, quiere decir que las temperaturas son demasiado bajas.
Remedio: situar la planta en un lugar más idóneo.
Para estar seguros, sugerimos utilizar una lupa y observar y comparar con la foto de al lado. Se caracterizan por tener una especie de escudo protector, de color oscuro y consistente en el caso de la cochinilla parda o una especie de escudo protector de color blanco algodonoso (cochinilla algodonosa). Además si intenta sacarlas con una uña, salen fuera fácilmente
Remedio: sacarlas con un copo de algodón mojado en alcohol. Para las plantas más grandes, puede usar productos químicos específicos. Los tratamientos con insecticidas anticochinillas, para que sean más eficaces, deben ir dirigidos contra las larvas, que son más sensibles que el adulto