Las Pellionia, gracias a su follaje jaspeado y a su porte rastrero, son ideales para cultivarlas en cestos suspendidos.
El género Pellionia de la familia Urticaceae incluye plantas herbáceas perennes, originarias del sudeste asiático en particular de Malasia, Birmania, Vietnam y la Polinesia.
Se trata de plantas perennes, que no superan los 20-25 cm de altura, de porte matoso, con hojas jaspeadas con los márgenes enteros o dentados. Producen pequeñas flores sin ningún valor decorativo, en el período veraniego.
Existen muchas especies en el género Pellionia entre las que recordamos:
La Pellionia daveauana (foto debajo) está caracterizada por hojas lanceoladas, persistentes, de color verde intenso irregularmente jaspeadas de verde claro y bronce. Es una planta con porte rastrero que forma un manto sobre el suelo, con tallos bastante suculentos y un aparato radicular muy frágil. Ofrece un efecto decorativo muy atractivo si se cultiva en cestos suspendidos.
La Pellionia pulchra (foto debajo) está caracterizada por hojas de color gris-verde con nervaduras oscuras.
La Pellionia es una planta particularmente indicada para ser cultivada en cestos suspendidos, fácil de cultivar, con tal de satisfacer sus exigencias de luz, humedad y protección frente a las corrientes de aire.
Las temperaturas mínimas invernales no deberían bajar de los 13-15°C.
Solicitan una buena exposición a la luz pero nunca expuesta a los rayos directos del sol ni siquiera por breves períodos.
Atención a las corrientes de aire, especialmente frías, que no toleran.
Las Pellionia deben regarse regularmente durante todo el período vegetativo (primavera-verano) manteniendo siempre el terreno ligeramente húmedo. En cambio durante el período otoño-invierno los riegos se reducen sensiblemente.
Atención a los estancamientos que no toleran de ningún modo.
Un sustrato ideal sería un terreno poroso, que permita un drenaje óptimo, compuesto por tierra de hojas y turba con añadidura de arena o perlita.
El trasplante se realiza en primavera y solo cuando las raíces hayan ocupado todo el espacio a su disposición.
Considerando que son plantas que deben regarse a menudo y que no toleran los estancamientos, es preferible usar barro cocido que permite respirar a la tierra de la maceta.
No solicita grandes abonados. Desde la primavera y durante todo el verano abonar una vez al mes usando un buen abono líquido diluido en el agua de riego, demediando las dosis con respecto a lo indicado en la etiqueta del fertilizante.
Use un buen abono que no sólo contenga nitrógeno (N), fósforo (P) y potasio (K), sino también los llamados microelementos, igualmente importantes para el crecimiento de la planta, es decir, el hierro (Fe), el manganeso (Mn), el cobre (Cu), el cinc (Zn), el boro (B), el molibdeno (Mo).
Generalmente la Pellionia no se poda. Ir eliminando sencillamente las hojas que poco a poco se secan o se estropean para evitar que se conviertan en vehículo de enfermedades parasitarias.
La época de floración es el verano pero las flores son tan insignificantes, desde un punto de vista estético, que es preferible eliminarlas en cuanto empiezan a brotar para que no retiren nutrientes a la planta.
La multiplicación puede ocurrir por esqueje de tallo.
MULTIPLICACIÓN POR ESQUEJE
Se retiran esquejes de 10-15 cm de largo en primavera cortándolos justo bajo un nudo. Se recomienda cortar con un corte oblicuo que permite tener una mayor superficie de enraizamiento y evita la acumulación de agua sobre su superficie.
Utilice un cuchillo afilado para evitar que se deshilache el tejido, limpio y desinfectado (de preferencia a la llama o con alcohol o lejía) para evitar infectar los tejidos.
Después de haber eliminado las hojas más bajas, se espolvorea la parte cortada con un polvo rizógeno para favorecer el enraizamiento. Entonces se instalan en un compost formado por turba y arena a partes iguales haciendo agujeros con un lápiz, tantos como esquejes a colocar, teniendo luego cuidado de compactar el terreno.
La caja o la maceta se cubre con una hoja de plástico transparente o una bolsita puesta a modo de capucha después de haber colocado en el terreno palitos para mantener el plástico lejos de los esquejes y haber apretado la bolsita con un elástico para evitar la pérdida de humedad. La caja se instala en una zona a una temperatura de 21-24°C. Cada día se aparta el plástico para controlar la humedad del terreno y eliminar del plástico el agua de condensación que indudablemente se habrá formado.
Cuando los primeros brotes empiezan a aparecer significa que en los cortes se han formado las raíces (después de unas 3-5 semanas). Es el momento de quitar el plástico y poner a una luz más positiva (no sol directo), a la misma temperatura y se espera a que los esquejes se robustezcan. Cuando sean suficientemente grandes, se establecerán en la maceta definitiva y se tratarán como plantas adultas.
Éste es el clásico síntoma de poca luz.
Remedio: desplazar la planta a una zona más luminosa pero no al sol directo.
Los áfidos más frecuentemente llamados pulgones, son insectos que si no se mantuvieran bajo control pueden provocar graves daños a la planta. Obsérvelos con una lupa y compare con la foto de al lado, son inconfundibles, no puede equivocarse. Pueden ser de diferentes colores dependiendo de la especie, pero casi siempre de amarillo a verde o a blanco.
Remedio: tratar con productos específicos contra los áfidos localizables en tiendas especializadas en jardinería.
El nombre pellionia se le dedicó a Alphonse Odet Pellion (1795 -1815), navegador y almirante francés.