El género Lapageria pertenece a la familia Philesiaceae y es originario de Chile, dónde se llama copihue (kopiw o kopiwe, que es el nombre mapuche del fruto) y comprende una única especie la LAPAGERIA ROSEA.
Se trata de una planta siempreverde de porte arbustivo, trepadora, caracterizada por tallos particularmente retorcidos y flexibles. Las hojas están provistas de pecíolo, son ovalado-oblongas con el ápice ligeramente puntiagudo, brillantes. Las flores son hermafroditas, solitarias, acampanadas, de hasta 15 cm de largo y 10 cm de ancho, formadas por seis tépalos de un bonito color de rojo vivo, a rosado o a blanco según la variedad, péndulas, que brotan a partir de la primavera y durante todo el verano.
El fruto es una baya y es comestible.
Son plantas que si encuentran las condiciones óptimas de crecimiento llegan a 4-5 m de altura aunque en maceta y en piso quedan de dimensiones mucho más contenidas.
La Lapageria no es una planta muy fácil de cultivar pero si se proveen los cuidados adecuados, corresponde con floraciones realmente bonitas y duraderas en el tiempo.
Pueden ser cultivadas al exterior, dónde las temperaturas sean particularmente templadas durante el período invernal, y, si no, también al interior. Siendo plantas trepadoras tienen necesidades de soportes para poderse desarrollar y se ancla a tutores o bien a cañizos o en los muros.
Las temperaturas veraniegas óptimas deberían estar alrededor de los 18°C aunque toleran bien algún grado de más. Durante el período invernal es importante que no bajen de 5-10°C. Puede llegar también a tolerar temperaturas alrededor de cero pero por períodos breves.
Son plantas que además quieren sombra y el entorno que las hospeda tiene que estar bien ventilado pero teniendo cuidado con las corrientes de aire, sobre todo de aire frío que no agradecen. En sus entornos naturales crecen como plantas de sotobosque, a la sombra de grandes árboles. En la práctica una posición cálida, húmeda y sombreada es lo ideal.
La Lapageria se riega durante el período de crecimiento, es decir durante el período primavera-verano, de modo que el terreno siempre quede húmedo, no empapado. Durante los demás períodos se riega lo justo para mantener el mantillo ligeramente húmedo.
La planta quiere un entorno húmedo, por lo que es bueno pulverizar bien las hojas en primavera pero suspenderlo cuando inician a brotar las flores.
En consideración al hecho de que estas plantas no toleran la caliza, utilice para regar o agua pluvial o bien agua desmineralizada o bien puede usar el agua del grifo pero hervida preventivamente con alguna gota de vinagre.
Un requisito fundamental para criar de la mejor manera esta planta es evitar usar terrenos calcáreos que no toleran en ningún modo por tanto, por ejemplo, es oportuno utilizar terrenos constituidos por una parte de tierra de jardín y tres partes de turba.
El período del trasplante es el principio de la primavera y se realiza cuando se dé cuenta de que las raíces ya no pueden ser contenidas en la maceta. Cuando se llega a dimensiones de la maceta de unos 25-30 cm entonces sólo se extraen los primeros 2,5-5 cm de terreno y se sustituyen con mantillo fresco.
Siempre aconsejamos utilizar barro cocido porque al ser poroso permite al suelo el intercambio de gases con el exterior. Sitúe sobre el fondo de la maceta trozos de barro cocido para favorecer el drenaje del agua de riegos porque no toleran los encharcamientos.
Desde la primavera y durante todo el verano, abonar la Lapageria cada tres semanas con un abono líquido para plantas acidófilas, a diluir en el agua de riego, disminuyendo ligeramente las dosis con respecto de lo indicado en la etiqueta del producto. Durante los demás períodos los abonos deben ser suspendidos.
La Lapageria rosea florece de modo gradual a partir de la primavera y durante todo el verano.
No es una planta que solicite ser podada. Es suficiente eliminar las ramas que poco a poco se secan.
Use herramientas limpias y desinfectadas para evitar infectar los tejidos.
La multiplicación ocurre por semilla. Si ha logrado conseguir semillas de sus plantas, tenga cuidado de limpiarlas bien de la pulpa que se queda pegada porque contiene inhibidores de germinación.
La MULTIPLICACIÓN POR SEMILLAS se realiza al principio de la primavera.
Las semillas, es mejor dejarlas en remojo en agua tibia antes de ser utilizadas durante 3 días, cambiando el agua 3-5 veces al día. Se siembran en un mantillo formado por 3 partes de turba y una de arena gruesa distribuyéndolas de modo uniforme. Para enterrar las semillas de modo uniforme puede empujarlas bajo el sustrato usando un trozo de madera plana.
Para prevenir eventuales ataques de hongos, sería oportuno suministrar un fungicida de amplio espectro junto al agua de riego, a las dosis indicadas en la etiqueta del producto.
La bandeja con las semillas debe situarse en una zona donde la temperatura esté alrededor de 18-20°C, sombreada y se mantiene el terreno constantemente húmedo usando un rociador que ayuda a humedecer el terreno de manera uniforme.
Se aconseja revestir la bandeja con una hoja de plástico transparente o una losa de vidrio que garantizará una temperatura constante y evitará que el terreno se seque demasiado rápidamente. Cada día hace falta sacar el plástico o la losa de vidrio para controlar la humedad del terreno y eliminar del plástico el agua de condensación que se haya formado. Cuando las semillas hayan brotado, generalmente después de unas 4-6 semanas, se aparta el paño de plástico y a medida que las plantas crecen se aumenta gradualmente la luz, nunca sol directo.
Entre todas las plantas nacidas las habrá menos robustas que deben ser eliminadas porque casi indudablemente quedarán así y sobre todo si tienen que ser plantadas al exterior, es mejor utilizar sólo las plantas más robustas. Cuando hayan alcanzado una altura de unos 5 cm pueden ser retiradas delicadamente y plantadas en la maceta definitiva utilizando un mantillo tal como el indicado para las plantas adultas y se tratan como tales.Tenga en cuenta que harán falta unos tres años antes que las nuevas plantas sean capaces de florecer y es mejor que se mantengan el primer año en entorno protegido.
Este síntoma es índice de un exceso de agua.
Remedio: elimine las partes dañadas y en adelante regule mejor los riegos.
Este síntoma significa que la planta ha sido expuesta al sol directo.
Remedio: desplace enseguida la planta a una posición luminosa pero no al sol directo y elimine las partes dañadas.
Si nota estos pequeños animales, está en presencia de áfidos comúnmente llamados pulgones. Obsérvelos con una lupa y compare con la foto de al lado, son inconfundibles, no puede equivocarse. Son insectos que si no tuvieran control pueden provocar graves daños a la planta.
Remedio: tratar con productos específicos contra los áfidos localizables en tiendas especializadas en jardinería.
A menudo estas plantas pueden padecer una infestación de cochinilla algodonosa. La presencia de la cochinilla en estas plantas se puede manifestar también con la decoloración de las hojas. Se caracterizan por tener una especie de escudo protector de color blanco algodonoso. Comparen con la foto debajo, son características. Además si intenta sacarlas con una uña, vienen fuera fácilmente.
Remedio: elimínelas con un copo de algodón mojado en alcohol o si la planta es grande, puede lavarla con agua y jabón neutro frotando muy delicadamente con una esponja para retirar los parásitos. Después la planta debe ser aclarada muy bien para eliminar todo el jabón. En las plantas más grandes, puede usar productos químicos específicos. Los tratamientos con insecticidas anticochinillas, para que sean más eficaces, deben ir dirigidos contra las larvas, que son más sensibles que el adulto.
La Lapageria es la flor nacional de Chile.
Este género le ha sido dedicado a Josefina de Beauharnais de La Pagerie (cuyo verdadero nombre fue Marie Josèphe Rose Tascher de la Pagerie pero conocida como Josefina de Beauharnais), mujer de Napoleón Bonaparte.
Su fruto es comestible crudo o cocido y tiene las dimensiones de un huevo de gallina.
