El geranio corrientemente conocido pertenece a la familia de las Geraniaceae, y comprende unos 11 géneros con más de 400 especies. Recordamos los tres géneros principalmente cultivados:
el género Geranium, típico de las zonas húmedas y frías, con las hojas que se ponen rojas en otoño (recordamos el Geranium robertianum) y tiene la flor de forma regular con 10 estambres;
el género Erodium con el fruto que recuerda el pico de una garza;
el género Pelargonium erróneamente conocido con el nombre de geranio (y comúnmente llamado así) que deriva de geranos que significa «grúa» referido a la forma del fruto que recuerda una grúa, originario de las zonas desérticas de África del Sur con la particularidad de tener la flor con siete estambres y de tipo zigomorfo, es decir con la corola de forma irregular porque el sépalo posterior se desarrolla para formar una larga espuela soldada al pedúnculo floral.
En este artículo nos referiremos al género Pelargonium que es el que encontramos en nuestras casas.
Entre las numerosas especies existentes, citamos aquéllas que interesan principalmente como especies ornamentales.
Existen numerosas especies de Pelargonium entre las que recordamos:
El Pelargonium zonale comprende numerosos híbridos que producen flores casi todo el año. Son plantas de porte matoso con un tallo semileñoso en la parte basal. Las hojas son redondeadas, arrugadas y verdes y tienen la parte central de color contrastante con el resto de la hoja, una especie de área en forma de herradura o de corazón.
Las flores pueden ser irregularmente coloreadas con tonalidades que varían del blanco al rojo, con todas las tonalidades de rosa y portadas por largos tallos y asociadas en umbela.
También es conocido con los nombres geraneo zonal, malvón, malvones.
Los geranios perfumados son muchas especies de Pelargonio que tienen la característica de tener hojas que emanan perfumes particulares, usadas para la extracción de terpenos, muy utilizados en la industria cosmética y de farmacología. Son plantas aptas para climas templados y no tienen particulares exigencias de cultivo.
Entre ellos recordamos:
Estos geranios han tenido una historia muy tormentosa ya que durante un tiempo fueron muy requeridos por el mercado y en fin abandonados. Hoy son de nuevo muy requeridos por su característica de vegetar bien a bajas temperaturas. Los Pelargonium grandiflorum tienen flores que alcanzan 5 cm de diámetro con hojas coriáceas y con flecos.
El Pelargonium peltatum tiene la característica de tener el tallo herbáceo con entrenudos muy largos y finos y un porte que recuerda a la yedra (de ahí el nombre). Hay variedades de Geranio hiedra con hojas provistas de numerosas venas blanco-amarillas y de este grupo forman parte las "mini hiedras" como las Pelargonium Peltatum ‘Ville de Paris’.
El Pelargonium rivulare es otro espléndido geranio de hojas alternas, palmeadas con 5-7 lóbulos y con las apicales sésiles. .
Las inflorescencias aparecen en tallos florales que se alargan más allá de las hojas.
Los geranios crecen bien a temperaturas ambientales de hasta 25 °C. Crecen muy bien a pleno sol y solicitan entornos bien ventilados pero no quieren las corrientes de aire. Viceversa, no agradecen temperaturas demasiado bajas, por debajo de 15 °C.
Es bueno escardar periódicamente la tierra que hospeda a nuestros geranios de modo que se rompa la costra que se forma en la superficie y que impide la absorción del agua o la respiración del sustrato de debajo.
Es importante también retirar las hojas secas o desteñidas cortándolas con una tijera a cerca de 1 cm de la juntura con el tallo para evitar dejar heridas abiertas en el tallo que pudieran ser una vía privilegiada para ataques parasitarios.
Los geranios tienen ser regados a menudo. Durante la primavera y el verano, se riega de modo que se humedezca completamente la tierra y se deja secar la superficie antes de efectuar el riego siguiente.
Durante los períodos de otoño e invierno, se riega de vez en cuando, lo justo para evitar que la tierra se seque completamente.
El geranio se trasplanta cada año en primavera con un sustrato compuesto por turba y tierra arcillosa. Es importante luego corregir con un poco de carbonato de calcio para levantar el ph de la tierra (son basófilos).
Es importante no usar macetas de dimensiones demasiado grandes, porque el aparato radicular se desarrollaría demasiado en detrimento de la parte aérea.
Cuando se realiza el trasplante se aconseja sacudir un poco las raíces para eliminar el viejo sustrato y cortar las raíces demasiado largas y espesas con tijeras limpias y bien desinfectadas.
El geranio, al ser una planta muy activa, tiene necesidad de ser abonada a menudo.
Desde la primavera y durante todo el verano se abona cada dos semanas con fertilizantes líquidos que se suministran con el agua de riego. Durante este período conviene suministrar a la planta un abono que contenga un título en potasio más alto para favorecer la floración. Compruebe por tanto que además de contener macroelementos - nitrógeno (N), fósforo (P) y potasio (K) - y que entre estos el potasio esté en mayor cantidad, que contenga también microelementos como el magnesio (Mg), el hierro (Fe), el manganeso (Mn), el cobre (Cu), el cinc (Zn), el boro (B), el molibdeno (Mo), todos importantes para un correcto y equilibrado crecimiento de la planta.
Durante los demás períodos del año es suficiente una vez al mes, suministrando un abono de fórmula 1:1:1 es decir con iguales cantidades de nitrógeno, fósforo y potasio más allá naturalmente de los microelementos.
Disminuir ligeramente las dosis con respecto a lo indicado en el producto. Si utiliza una buena tierra y trasplanta regularmente, dará a su planta una buena reserva de base de elementos nutritivos.
Ya que el geranio es una especie que florece prácticamente todo el año, es adecuado, a medida que las flores se marchitan, cortarlas a la altura del primer par de hojas, de modo que la planta no desperdicie energías preciosas para la formación de las semillas.
Durante la formación de los botones florales es útil no tener la planta a pleno sol porque de este modo las flores se colorean mejor.
Generalmente el geranio no se poda. Se cortan sólo las hojas basales que poco a poco se desecan para evitar que se conviertan en vehículo de enfermedades parasitarias.
En las plantas jóvenes conviene despuntar los ápices vegetativos de la planta de modo que estimule la ramificación y el desarrollo de ramas laterales.
Tenga cuidado de que el utensilio que use para el corte esté limpio y desinfectado (preferiblemente a la llama), para evitar infectar los tejidos.
El geranio se multiplica por esqueje.
MULTIPLICACIÓN POR ESQUEJE
Al final del verano se retiran esquejes de los brotes más robustos de unos 10 cm de largo cortándolos justo bajo un nudo con un cuchillo afilado limpio y desinfectado preferiblemente a la llama para evitar infectar los tejidos.
Después de haber eliminado las flores, los brotes y las hojas más bajas, se hunde la parte cortada en un polvo para favorecer el enraizamiento y con un fungicida en polvo de amplio espectro (se encuentran de un buen vivero).
Posteriormente se instalan los esquejes en una mezcla formada por una parte de turba y una de arena fina hasta la altura de las primeras hojas y se coloca la maceta en penumbra y donde sea posible mantener una temperatura constante de cerca de 16-18°C.
La caja o la maceta se cubren con una hoja de plástico transparente (o una bolsita puesta a modo de capucha), para garantizar calor y humedad. Use palitos que colocará en el sustrato para mantener el plástico lejos del esqueje. Cada día se aparta el plástico para controlar la humedad de la tierra y eliminar del plástico el agua de condensación. La tierra siempre debe ser mantenida ligeramente húmeda (siempre regar sin mojar las plantas en enraizamiento con agua a temperatura ambiente).
Cuando empiecen a aparecer los primeros brotes, quiere decir que el esqueje ha arraigado (después de unos 30-45 días). Entonces se aparta el plástico y se coloca la maceta en una zona más luminosa, a la misma temperatura y se espera a que los esquejes se robustezcan. Cuando sean bastante grandes se establecen en la maceta definitiva utilizando tierra tal como la indicada para las plantas adultas de geranio y se tratan como tales. No moleste a los esquejes hasta que hayan echado brotes nuevos.
Los geranios son plantas que a menudo padecen ataques de parásitos. En particular:
Casi siempre depende de una escasa iluminación.
Remedio: desplazar la planta a un lugar más luminoso.
Casi siempre este síntoma está acompañado por podredumbre de las raíces. Esto depende de riegos excesivos que se agravan con temperaturas demasiado bajas.
Remedio: es muy difícil lograr recuperar la planta cuando se llega a este estado.
Los puntos rojizos podrían significar que usted está en presencia de cochinillas. Se trata de insectos muy dañinos que pueden ser de dos tipos: cochinilla parda y cochinilla algodonosa. Para estar seguro, sugerimos utilizar una lupa y observar. Se caracterizan por tener en el primer caso una especie de escudo protector, de color oscuro y consistente, en el segundo caso un escudo protector algodonoso de color blanco. Compárelos con la foto: son característicos, no puede equivocarse. Además si intenta sacarlas con una uña, vienen fuera fácilmente.
Remedio: retírelas con un copo de algodón mojado en alcohol o si la planta es grande y en maceta, puede lavarla con agua y jabón neutro frotando muy delicadamente con una esponja para retirar los parásitos. Después la planta debe ser aclarada muy bien para eliminar todo el jabón. En las plantas más grandes y plantadas al exterior, puede usar productos químicos específicos. Los tratamientos con insecticidas anticochinillas, para que sean más eficaces, deben ir dirigidos contra las larvas, que son más sensibles que el adulto.
Posteriormente a estas manifestaciones las hojas se abarquillan asumen un aspecto casi polvoriento y caen. Observando cuidadosamente se notan también sutiles telarañas sobre todo en el envés de las hojas. Con estos síntomas muy probablemente estamos en presencia de un ataque de ácaros o araña roja o arañuela un ácaro muy molesto y dañino.
Remedio: aumentar la frecuencia de las nebulizaciones (la falta de humedad favorece su desarrollo) y eventualmente, sólo en el caso de infestaciones particularmente graves, usar productos químicos específicos. Si la planta no es particularmente grande, se puede probar también a limpiar las hojas para eliminar mecánicamente el parásito usando un copo de algodón mojado y enjabonado. Después la planta debe ser aclarada muy bien para eliminar todo el jabón.
Si nota estos pequeños animales está en presencia de áfidos comúnmente llamados pulgones. Obsérvelos con una lupa y compárelos con la foto al lado, son inconfundibles, no puede equivocarse.
Remedio: usar productos químicos específicos localizables en un buen vivero.
El geranio ha sido introducido en Italia por un aristócrata veneciano, que habiéndolo visto, quedó fascinado por sus colores, importando la especie Pelargonium triste (foto debajo) que tiene la particularidad de perfumar sólo por la noche.
Otras especies como el Pelargonium zonale, el Pelargonium peltatum, el Pelargonium inquinas, fueron introducidos por los holandeses que al regreso de las Indias Orientales, se paraban con sus barcos en el Cabo de Buena Esperanza para aprovisionarse.
Ver: «Geranio - El lenguaje de las flores y de las plantas».