El género Passiflora pertenece a la familia de las Passifloraceae, una familia muy grande que comprende más de 600 especies de las que más de 400 son especies pertenecientes a este género.
Dado el gran número de especies, encontramos plantas trepadoras, de porte de liana a arbustivo, herbáceas, anuales y perennes.
El tallo es de consistencia y forma variable. Por ejemplo, en las especies trepadoras es hueco en su interior y de un bonito color verde intenso que puede ponerse leñoso en las especies de cierta edad. Puede ser de sección circular o bien cuadrangular, triangular o poligonal. Cuando la planta es cultivada al exterior y se ha adaptado al entorno de cultivo, forma matas muy densas y enredadas alcanzando también notables alturas. En efecto, normalmente se utiliza para hacer glorietas.
Poseen un aparato radicular que se puede desarrollar bastante en profundidad.
Las hojas son alternas y tienen forma, dimensiones y consistencia muy diferente según la especie. Hay en efecto plantas con hojas de pocos milímetros en la Passiflora gracillima hasta llegar a la Passiflora gigantifolia con hojas de más de un metro de largo.
Pueden ser simples, mono o pluri lobuladas. Están provistas de estípulas en la juntura del pecíolo con el tallo y que también tienen formas y dimensiones muy diferentes según la especie.
En algunas especies de Passiflora, en particular en las trepadoras, se encuentran zarcillos en la axila de las hojas que sirven a la planta para anclarse a muchos soportes. En algunas especies los zarcillos se transforman llevando pequeños discos en la extremidad que recuerdan a una ventosa (en la Passiflora discophora y en la Passiflora gracillima), para adherirse con mayor fuerza al soporte.
Su particularidad son las flores que asumen formas únicas en la naturaleza.
Las flores de la flor de la pasión son más a menudo hermafroditas y solitarias (raramente están en parejas o en racimo), de dimensiones muy variables desde pocos milímetros a bastantes centímetros.
La estructura floral es bastante original y única entre todas las especies de flores cultivadas con objetivos ornamentales: tres brácteas en general insignificantes que en algunas especies pueden hacerse muy llamativas. El cáliz está formado por 4-5 sépalos cortos con el envés alegremente coloreado. La corola está formada por un cierto número de pétalos colocados como una aureola plana con colores brillantes. Alrededor del centro geométrico de la corola se encuentra una corona de filamentos muy llamativos que asume formas y dimensiones muy variables de especie en especie. El androceo y el gineceo forman un cuerpo único central con 4-5 estambres cuyos filamentos están soldados a la columna del gineceo.
Esta "vistosidad decorativa" es una adaptación de la planta para atraer a los insectos polinizadores. En efecto, consideremos que son plantas de las selvas tropicales que al no ser muy grandes, tienen que competir con gran número de otras especies en sus zonas naturales. Para intentar por tanto "vencer a la competencia" para atraer a los insectos polinizadores, han desarrollado flores de este modo tan extraordinario que todos nosotros conocemos.
El fruto es una baya irregularmente coloreada según las especies, de forma en general ovalada o alargada.
Las dimensiones son extremadamente variables: grandes como un guisante como en la P. suberosa o de las dimensiones de un huevo de pavo como en la P. quadrangularis.
El fruto en su interior está formado por una pulpa gelatinosa que contiene las semillas. En muchas especies los frutos son comestibles.
Las semillas son numerosas, en general planas, oscuras, más o menos de forma acorazonada, provistas de una cutícula arrugada y de un arilo carnoso y son de pequeñas dimensiones.
Una particularidad son las glándulas nectaríferas que se encuentran en varias estructuras de la planta: en las brácteas, en el pecíolo foliar, en la lámina foliar y su posición y forma representan un importante elemento de clasificación para sus muchas especies. En efecto, a menudo ocurre que algunas especies en apariencia iguales, tienen las glándulas nectaríferas muy diferentes en forma y número. Incluso en algunas especies pueden encontrarse también en el extremo de breves pedúnculos.
El género Passiflora es tan diverso que podemos encontrar especies que pueden ser cultivadas en jardín y otras que pueden ser cultivadas también en maceta.
No son plantas de difícil cultivo si se tiene en cuenta que son de origen tropical por lo que bajo ciertos mínimos de temperatura no pueden ser cultivadas. Así pues, para lograr cultivarla con éxito, hace falta elegir la especie más idónea para el lugar donde se cultivarán. En particular el aparato radicular es sensible a las bajas temperaturas por lo que si quiere cultivarla al exterior, en zonas donde el invierno es particularmente rígido y lluvioso, es mejor que abandone la idea porque la humedad excesiva asociada con una baja temperatura hará morir la planta indudablemente.
En líneas generales, las especies de Passiflora que se adaptan a los climas mediterráneos, viven bien a temperaturas incluidas entre 18-27°C en verano y 10 °C en invierno.
Tienen que ser situadas en posición soleada, preferiblemente orientadas al sur. En todo caso, la luz tiene que ser óptima y abundante.
Si la cultiva en maceta, es oportuno que se lleven al exterior durante el buen tiempo, cuando las temperaturas se hayan estabilizado.
Agradecen posiciones protegidas sin demasiado viento, fijándolas a tutores de madera, y es importante que siempre haya una buena reposición de aire teniendo cuidado con las corrientes de aire frío que de ningún modo agradecen.
La Passiflora desde la primavera y durante todo el verano debe regarse abundantemente de modo que el sustrato quede constantemente húmedo, no mojado, y sin dejar encharcamientos en el posamacetas.
Durante el invierno se riega con más moderación manteniendo siempre el sustrato ligeramente húmedo.
Si cultivara al exterior, en el momento de la disposición, tenga cuidado de no ponerla en depresiones del terreno donde pudiera acumularse el agua pluvial o el agua de riego.
Hace falta tener mucho cuidado, si las temperaturas se hunden, de no dejar estancarse el agua. Esto comportaría una excesiva bajada de la temperatura a nivel radicular que podría ser fatal para la planta.
Si se cultiva en maceta la Passiflora se trasplanta prácticamente cada año, en marzo, hasta que la maceta haya alcanzado la dimensión de 25-30 cm de diámetro, entonces cada año se extraen unos 2,5-3 cm de la capa superficial del terreno y se sustituye con sustrato fresco.
Un buen sustrato es fundamental para asegurar un crecimiento floreciente y una buena floración. Lo primero a tener presente es que tiene que tener como característica primaria la posibilidad de permitir un rápido escurrido del agua en exceso.
Una mezcla podría ser constituida por: 1 parte de sustrato fértil, 1 parte de turba, 1 de arena. Son a evitar los terrenos pesados, arcillosos, que llevan consigo dos desventajas: no permiten a las raíces profundizar particularmente en el terreno si la planta es joven y retienen demasiada agua que provoca encharcamientos, muy peligrosos para esta especie.
Es preferible usar terracota porque permite a la tierra transpirar y por lo tanto corregir eventuales excesos de riego.
Si la planta está plantada al exterior y tiene un terreno arcilloso, asegúrese de hacer antes de la instalación una excavación profunda y de mezclar arena al terreno (cerca del 30%), para mejorar el drenaje y asegurar que el terreno se calienta rápidamente en primavera. Asegúrese de colocarla en una zona protegida, expuesta al sur.
Desde la primavera y durante todo el verano abonar cada semana con un abono líquido a diluir en el agua de riego disminuyendo ligeramente las dosis con respecto a lo indicado en el fertilizante.
Es importante no excederse con el nitrógeno si se quiere tener una planta con una bonita floración. En efecto, en este caso la planta tenderá más a desarrollar las partes verde que las flores. Viceversa, dosis altas de potasio favorecerán la floración. Así pues, un buen abono indudablemente tendrá que tener una relación nitrógeno, fósforo, potasio de 1:1:2 (1 parte de nitrógeno, 1 parte de fósforo y 2 partes de nitrógeno), hasta llegar a 1:1:5 según muchos cultivadores. Además de estos elementos el abono tiene que contener también magnesio (Mg), el hierro (Fe), el manganeso (Mn), el cobre (Cu), el cinc (Zn), el boro (B), el molibdeno (Mo), todos importantes para un correcto y equilibrado crecimiento de la planta.
Si asegura la cantidad justa de luz solar, agua, abono y temperatura, tal como indicado en los correspondientes párrafos, las floraciones que tendrá serán espectaculares.
La época de floración es variable de especie a especie: puede florecer durante todo el año si se cultivara en zonas de clima particularmente templado.
La Passiflora puede podarse en el momento del trasplante o en todo caso en primavera para armonizar su forma reduciendo los tallos a 15-20 cm de la base y las ramas laterales hasta 5-10 cm.
También en el caso de la poda es importante esterilizar, preferiblemente a la llama, las cizallas que se usan sobre todo cuando se pasa de una planta a otra.
Se multiplica por esqueje o por semilla.
Al elegir la técnica a adoptar hace falta tener presente que la multiplicación por semilla tiene consigo la desventaja de que, al intervenir la variabilidad genética, no se tiene seguridad de que se obtendrán plantas iguales a las plantas madre, en cuyo caso si se quiere conseguir una planta bien precisa o no se está seguro de la calidad de la semilla que está utilizando, es mejor hacer la multiplicación por esqueje.
MULTIPLICACIÓN POR ESQUEJE
Los esquejes pueden ser retirados de los tallos al principio de la primavera y deben ser cortados justo bajo un nudo de modo que queden 2-3 hojas y eliminando las hojas más bajas. Elíjalo de plantas robustas y en buena salud. Trate de no plantar la parte "vacía" del tallo que es de difícil enraizamiento y tiende a la putrefacción.
Se recomienda cortar en sentido oblicuo porque eso permite tener una mayor superficie de enraizamiento y evita la acumulación de agua sobre la superficie de corte en el tallo.
Utilice un cuchillo afilado para evitar que se deshilache el tejido, limpiar y desinfectar (de preferencia a la llama o con alcohol o lejía) para evitar infectar los tejidos y desinféctelo en cada corte.
Espolvoree la parte cortada con un polvo rizógeno mezclado a un buen fungicida de amplio espectro, localizables en un buen vivero, para favorecer el enraizamiento y prevenir eventuales ataques fúngicos.Posteriormente se instalan los esquejes en un compost formado a partes iguales por turba oscura y arena gruesa.
Haga un agujero con un lápiz y colóquelos a una profundidad de 1,5-2 cm. Tenga cuidado de compactar delicadamente el sustrato. Revestir la maceta con una hoja de plástico transparente o una bolsita puesta a modo de capucha y colóquela a la sombra y a una temperatura alrededor de 21°C. El sustrato siempre debe estar ligeramente húmedo regando, sin mojar el esqueje, con agua no calcárea y a temperatura ambiente. Cada día retire el plástico, controle la humedad del terreno y elimine del plástico el agua de condensación.Cuando empiecen a aparecer los primeros brotes quiere decir que el esqueje ha arraigado. Entonces se aparta el plástico y se desplaza la planta a una posición más luminosa, no al sol directo. Después, se suministra un abono líquido cada dos semanas hasta el principio del invierno cuando se suspende y se mantiene la planta a una temperatura de 10-13°C, regando moderadamente. Al principio de la primavera, cuando las temperaturas se hayan estabilizado, las jóvenes plantas pueden ser trasplantadas a la maceta definitiva o al exterior y trátelas como las plantas adultas.
MULTIPLICACIÓN POR SEMILLA
Si quiere utilizar semilla producida por sus plantas, no tarde en echarlas a germinar porque no duran mucho y pierden bastante rápidamente su capacidad germinativa o tienden a alargar los tiempos de germinación.
Antes de proceder a la siembra tenga las semillas en remojo unas 12 horas en en agua caliente, y dejar que se enfríe. Algunas semillas saldrán a flote, descártelas porque indudablemente no han sido fecundadas y utilice las restantes.
Las semillas se siembran en un compost formado por una parte de sustrato fértil y una de arena gruesa o perlita o vermiculita y deben ser enterradas muy someramente (2-5 mm).La bandeja que contiene las semillas debe ser mantenida a la luz, en un lugar caliente (lo ideal sería 8 horas a 30°C y a 16 horas a 20°C cada día o si esto no es posible trate de mantener la temperatura constante a 26°C). Es fundamental que el sustrato esté constantemente húmedo (usar un rociador para humedecer totalmente el sustrato), hasta el momento de la germinación.
Cuando las semillas hayan germinado (el tiempo es muy variable, de pocas semanas a algunos meses), la lámina de plástico se retira y y se desplaza la caja a una posición más luminosa (no al sol directo).
Eliminar las plantas menos vigorosas para dar espacio a las más robustas.
Cuando las plantas sean suficientemente grandes para poder manipularlas, se establecen en potes individuales. Si tienen que ser trasplantadas al exterior, espere la primavera siguiente y haga pasar a la planta el primer invierno en entorno protegido.
El tiempo que la planta necesita para producir las primeras flores es muy variable pero indudablemente algunos años.
No son plantas particularmente sometidas a enfermedades. En todo caso las patologías que puede hallar son las siguientes.
Esta sintomatología hay que atribuirla a riegos escasos.
Remedio: haga de modo que el sustrato quede constantemente húmedo..
Esta sintomatología hay que atribuirla a poca luz.
Remedio: sitúe la planta en una posición más idónea.
Las cochinillas algodonosas, molestos insectos muy frecuentes en nuestras plantas, manifiestan los primeros síntomas con pequeñas manchas pardas sobre el envés de las hojas. Para estar seguros use una lupa y compare con la foto de al lado: se reconocen muy fácilmente. Además si intenta rascarlas con la uña, se apartan fácilmente.
Remedio: sacarlas con un copo de algodón mojado en alcohol o si la planta es grande y en maceta, se puede lavar con agua y jabón neutro frotando muy delicadamente con una esponja para retirar los parásitos. Después, la planta debe aclararse muy bien para eliminar todo el jabón. Para las plantas más grandes y plantadas al exterior, puede usar productos químicos específicos.
Como primer síntoma notamos que las hojas empiezan a amarillear y posteriormente se abarquillan, casi asumiendo un aspecto pulverulento y empiezan a caer. Con estos síntomas, muy probablemente estamos en presencia de un ataque de ácaros o araña roja o arañuela, un ácaro muy molesto y dañino. Si observa con atención también notará sutiles telarañas, sobre todo en el envés de las hojas.
Remedio: aumentar la frecuencia de las nebulizaciones (la falta de humedad favorece su desarrollo) y eventualmente, sólo en el caso de infestaciones particularmente graves, usar productos químicos específicos. Si la planta no es particularmente grande, se puede probar también a limpiar las hojas para eliminar mecánicamente el parásito usando un copo de algodón mojado y enjabonado. Después, la planta debe ser aclarada muy bien para eliminar todo el jabón
Los afidos, más comúnmente llamados pulgones, pueden infestar estas plantas. Pueden ser de diferentes colores dependiendo de la especie, pero casi siempre de amarillo a verde o a blanco. Obsérvelos con una lupa y compare con la foto de al lado, son inconfundibles, no puede equivocarse.
Remedio: tratar con pesticidas específicos que pueden encontrarse fácilmente en un vivero.
La Passiflora fue introducida en Europa en 1610 por Emmanuel de Villegas, padre agustino que regresó de México. Quedó fascinado por una planta que producía una flor tan extraordinaria, que los indígenas llamaban granadilla y de la que comían el fruto. El misionero quedó impresionado, no tanto por el fruto como por la flor porque a ella asoció la pasión y la crucifixión de Jesucristo: la corona de filamentos coloreados que circunda el ovario era la corona de espinas; los 5 estambres, las 5 heridas de Jesús; los 3 estigmas, los 3 clavos; los 5 pétalos y los 5 sépalos los apóstoles que permanecieron fieles a Jesús; el androginóforo la columna de la flagelación y los zarcillos los flagelos mientras que las 5 anteras eran las 5 heridas. Apenas regresó a su patria hizo ver la planta al padre Giacomo Bosio, y quedó tan hechizado por ella que habló en su tratado en la primera descripción de la flor a la que llamó pasiflora, flor de la pasión, sobre la crucifixión de Nuestro Señor.
Fue pero Linneo quien en 1753 clasificó esta planta y mantuvo el nombre pasiflora que deriva del latín flos passionis «flor de la pasión» en alusión a la pasión de Cristo.
Han sido cultivadas durante muchos años por los aztecas y los Incas que comían sus frutos.
Se han vuelto muy populares en la época victoriana en el Reino Unido hasta pasar de moda para luego volver de boga en nuestros días gracias no sólo a la variedad de híbridos que han sido creados sino también porque han sido descubiertas muchas propiedades terapéuticas, sobre todo Passiflora encarnada, como sedante.
Ver: Passiflora - El lenguaje de las flores y las plantas.
