(Laurus nobilis)
El laurel, Laurus nobilis L. pertenece a la familia de las Lauraceae y comprende plantas originarias de Asia menor introducidas en el Mediterráneo en tiempos antiquísimos.
Es una planta muy extendida, sobre todo en los países de clima templado, en llanura o en colinas. Es una planta perenne de porte arbustivo y que puede asumir la forma de una mata o de un árbol, tanto que si encuentra las condiciones ideales puede incluso alcanzar 10-12 m de altura. El tronco normalmente es liso con corteza negruzca con ramas finas y muy espesas. Las hojas de laurel, con un corto pecíolo, son lanceoladas, coriáceas, de un bonito verde oscuro con los bordes ondulados y con el haz lustroso mientras que el envés es de un verde-amarillento tenue y opaco. Son ricas en glándulas resinosas que les otorgan el característico aroma. Las flores se reúnen en inflorescencias en racimo o en cimas axilares y brotan al principio de la primavera. El fruto del laurel es una baya, parecida a una pequeña aceituna que se pone negro-azulada con la maduración. Las bayas sólo contienen una semilla y maduran en otoño y son muy aromáticas.
Es una planta dioica es decir que tiene sobre la misma planta flores masculinas que llevan los estambres, y flores femeninas que llevan los órganos reproductivos femeninos (y estambres estériles) antepuestos a la formación del fruto, previa polinización por parte de las flores masculinas.
El laurel es una planta rica en aceites esenciales en las hojas (de 1 a 3%) y en las bayas (de 1 a 10%) como: geraniol, cineol, eugenol, terpineol, eucaliptol, pineno.
Se reconocen numerosas capacidades terapéuticas a la planta de laurel gracias a los aceites esenciales: cura los reúmas y los desgarros, tiene capacidades relajantes, atenúa la sudoración, tiene propiedades expectorantes y digestivas.
Durante mucho tiempo el Laurel se ha usado como remedio contra la peste.
Del laurel se utilizan las hojas sin pecíolo que pueden ser recogidas durante todo el año. Hace falta tener presente que cuanto más jóvenes sean, más alto es su contenido en principios activos. Las hojas se dejan secar al sol.
Las bayas recogidas en otoño se dejan secar en un lugar oscuro.
La infusión de hojas de laurel ayuda sobre todo a la digestión para quienes tengan problemas de fermentación, ayuda en casos de inapetencia y combate los dolores de estómago.
La tisana se usa para el resfriado y los reúmas.
Para los reúmas, las distorsiones y las dislocaciones también se usan las fricciones con los aceites esenciales.
Algunas gotas de aceite de laurel y un puñado de hojas en el agua permiten conseguir un baño perfumado y tonificante.
Su empleo en cocina es bien conocido.
Hoy normalmente se usa en la cocina de todo el mundo por su aroma. Su particularidad es que sus hojas no pierden el aroma después de la cocción.
En Emilia Romagna (Italia) de sus bayas se consigue un delicioso licor llamado laurino.
No se señalan contraindicaciones en el empleo del laurel.
Ver: Laurel - El lenguaje de las flores y de las plantas.
