El humano se ha ido capacitando para intentar ir a la par del avance meteórico de la tecnología. No podemos negar que la misma ha brindado a la sociedad múltiples beneficios. ¿Pero qué ha pasado con el avance personal en cuanto a respeto, sentimientos, consideración para nuestros semejantes, para con el medio ambiente, ni qué digamos para con el resto de los seres vivos?
Tal vez al sentirnos más inteligentes y capaces, también nos volvemos cada día mas fríos, rígidos y faltos de emoción, como los robots, incapaces de sentir pena o amor por todo lo que la madre tierra siempre ha brindado.
Tal es el caso aberrante del maltrato indiscriminado hacia perros y gatos en China. Los crían en condiciones humillantes, maltratándolos toda la vida hasta despellejarlos para hacer con ellos abrigos, carteras, juguetes.
Aquellos que otros consideramos queridas mascotas, nuestros “mejores amigos”, viven en hacinamiento en ese país, son trasladados en pequeñas jaulas, amontonados y heridos. Los hombres tiran las jaulas al piso, las patean, introducen hierros para atosigarlos.
Si hablamos de cultura, podemos entrar en un terreno escabroso. Porque así como en la India se respeta la vaca, en la mayoría de los países se consume el ganado vacuno.
Pero son las condiciones horribles, a las que el humano somete, con castigos y encierro, a cientos de animales, lo que no tiene perdón. Estos seres vivos sufren toda su vida porque simplemente son considerados objetos por una industria de consumo que lamentablemente crece.
El perro, aquel que ha salvado a tantos de los nuestros, de morir ahogados en un río, descubriendo y salvando gente sepultada bajo los escombros de un terremoto, el que es fiel lazarillo de los ciegos brindándoles independencia y seguridad, el que es simplemente amigo y compañero de tantas personas… es en China criado en peores condiciones que ratas de laboratorio, maltratado y herido hasta finalmente cuerearlo para cubrir las necesidades de personas que satisfacen su ego con sus pieles, y niños que juegan con peluches de pelo y piel de inocentes.
Pero, ¿Qué podemos hacer los que amamos a estos animales?
¿Hasta cuándo seguirán sufriendo y muriendo estos pobres seres vivos?
¿Cuándo una organización mundial de derechos por el animal tendrá el poder suficiente para salvarles y brindarles la dignidad de una existencia sin sufrimiento? Hasta que ese momento llegue, es responsabilidad de todos enterarnos, informar. Cerrando los ojos y tapando nuestros oídos, lo malo no desaparece, solo nos volvemos indiferentes y cómplices de su dolor.
Dar difusión al tema. No comprar estos productos chinos, porque mientras continuemos haciéndolo, cientos de animales seguirán siendo asesinados.
Es deber de todos avanzar, no solo tecnológicamente sino también mejorar en cuanto a nuestro respeto por la naturaleza y los seres vivos.
¿Qué nos da derecho a maltratar y asesinar al resto de los vivientes de esta tierra? Si realmente fuésemos "seres superiores" entonces defenderíamos a los débiles en lugar de lastimarlos y cuidaríamos del entorno que nos rodea, donde todos los seres vivientes deberíamos convivir con amor y tolerancia.
Marita Cornalino Rebollo
Profesora de Computación, Uruguay
Note
(1) Las imágenes fueron tomadas por Anima naturalis