El género Cyclamen pertenece a la familia Primulaceae, y comprende muchas especies originarias del área oriental del Mediterráneo, algunas de las cuales son propias también de la flora espontánea de Italia, que han sido introducidas al cultivo (Cyclamen europaeum, Cyclamen Neapolitanum y Cyclamen repandum).

Existen muchas especies de Cyclamen entre las que recordamos:

El Cyclamen persicum es la especie más extendida y con sus numerosas variedades, representa una de las plantas ornamentales más conocidas y estimadas.

Tiene un tubérculo negro y plano del que parten los pecíolos foliares y los pedúnculos florales. Las hojas son acorazonadas de color verde intenso a veces jaspeadas de plata y el envés generalmente es rojo. Las flores están formadas por cinco pétalos de varios colores del blanco, al rosa, al color naranja, al morado o jaspeadas.

El ciclamen cultivado es el Cyclamen persicum giganteum (fotos arriba). Es originario de Asia menor, de Siria y de Líbano y no de Persia como se podría pensar. El nombre deriva del Prunus pérsica, el melocotón, para recordar el color de la flor.

El Cyclamen graecum (foto debajo) con sus flores con una coloración que va del rosa claro al salmón es una especie muy presente en el mercado.

El Cyclamen balearicum (foto debajo) posee flores pequeñas y de color blanco, con garganta roja y emanan un perfume delicado.

El Cyclamen libanoticum (foto debajo) tiene flores con una coloración rosa-violeta, a menudo jaspeadas y hojas verde oscuro jaspeado de blanco sobre el haz y rojizas sobre el envés.

Produce graciosas flores rosas.

Entre los ciclámenes espontáneos recordamos:

Cultivar un ciclamen no es fácil, pero sobre todo es difícil hacerlo reflorecer; en efecto esta planta puede vivir 4-5 años y florecer de seguido y cada año que pasa producirá flores cada vez más abundantes.

El secreto más importante de su éxito está en la temperatura del entorno en que se coloca. Durante la fase de crecimiento de las hojas y las flores estas no deberían superar los 15°C; sitúela por lo tanto lejos de los radiadores, a plena luz pero no directamente a los rayos solares (esta regla es válida para casi todas las plantas de piso, a las que el sol directo también podría provocar quemaduras en invierno, especialmente si se concentrara la luz por los vidrios de las ventanas que es mejor por lo tanto que vayan escudados con cortinas). Sería por lo tanto buena norma airear a menudo el entorno y apagar de vez en cuando la calefacción. En las zonas donde el clima invernal no sea demasiado rígido se puede trasladar el ciclamen al exterior, al amparo del hielo y del viento, durante las horas nocturnas.

Otra treta importante es eliminar rápida y completamente las hojas y las flores mustias, despegándolas justo en el punto de inserción al tubérculo.

Si por cualquier razón se causan lesiones sobre las hojas o sobre los pecíolos, se tienen que eliminar y taponar enseguida las heridas con el mástic adecuado (se encuentra en el vivero) o con cera de vela para cerrar la herida que representa una vía preferencial para los ataques de hongos.

Durante todo el período otoño-invierno (los primeros botones florales generalmente aparecen hacia al principio del otoño) se riega el ciclamen de tal manera que la tierra quede constantemente húmeda (no empapada). Generalmente se echa el agua en el posamacetas, dejando que la planta lo absorba durante 20-30 minutos y dejando luego escurrir el agua eventualmente en exceso. También en este caso se tiene que estar atentos a que no haya demasiada humedad que podría provocar la podredumbre del tubérculo.

En primavera acaba la floración y ralentiza la actividad vegetativa que abandona completamente en verano. Cuando todas las hojas estén secas, se retiran completamente y se mantiene la planta en un lugar fresco y sombreado, regando de vez en cuando sólo cerca del tubérculo.

Es importante no mojar la planta y de modo particular la parte central ya que la presencia de agua durante al menos 12 horas sobre los órganos de la planta, favorece el desarrollo de mohos.

El trasplante del ciclamen sólo se realiza si las raíces tienen completamente ocupada la maceta y brotan en superficie o por el agujero de drenaje de la maceta. Se hace en primavera, después de la floración, usando una mezcla de tierra de hojas, arena y turba a partes iguales en una maceta de diámetro algo superior al precedente.

Tenga la prudencia por tanto de colocar sobre el fondo de la maceta material grosero como trozos de barro cocido o guijarros que garantizarán la rápida eliminación del agua en exceso.

Cada dos - tres semanas es oportuno usar un abono líquido para el ciclamen que añadirá al agua de riego.

Durante el período de floración de los ciclámenes es oportuno suministrar un abono con un título de Potasio más alto, para facilitar la floración, mientras que, durante las fases de crecimiento de la planta, debe llevar un título ligeramente más alto de Nitrógeno para favorecer el desarrollo de las partes verdes.

Cualquiera que sea la especie y la variedad elegida, el ciclamen, es una planta que florece ininterrumpidamente en el período invernal durante todo el invierno.

Es preferible adquirirla antes de la floración, controlando que haya abundantes botones florales y que las hojas estén bien turgentes y sanas.

Generalmente el ciclamen no se poda. Sólo se cortan las hojas basales que poco a poco se desecan para evitar que se conviertan en vehículo de enfermedades parasitarias.

Tenga cuidado de que el utensilio que use para el corte esté limpio y desinfectado (preferiblemente a la llama), para evitar infectar los tejidos.

La multiplicación del ciclamen puede ocurrir o por semilla o por división del tubérculo.

Al elegir la técnica a adoptar hace falta tener presente que la multiplicación por semilla tiene consigo la desventaja de que, por causa de la variabilidad genética, no se tiene la certeza de que se tendrán plantas iguales a las plantas madre, en caso que se quiera conseguir una determinada planta o no se esté seguro de la calidad de la semilla que está utilizando, es mejor la multiplicación por división del tubérculo.

La multiplicación por semillas se realiza en cualquier momento del verano, distribuyendo las semillas lo más uniformemente posible dadas sus pequeñas dimensiones, en filas paralelas utilizando tierra para semillas. Puesto que las semillas son pequeñas, para enterrarlas ligeramente, empújelas bajo el mantillo usando un trozo de madera plana.

Para prevenir eventuales ataques de hongos sería una buena norma suministrar también con el agua de riego un fungicida de amplio espectro de acción, a las dosis indicadas en la confección.

La bandeja que contiene las semillas debe ser mantenida a la sombra, a una temperatura alrededor de 20°C y constantemente húmeda. Use un pulverizador para humedecer totalmente la tierra, hasta el momento de la germinación. La bandeja debe ser cubierta con plástico transparente o cristal que garantizará una buena temperatura y evitará que la tierra se seque demasiado rápidamente.

Cuando las plantas sean suficientemente grandes para poder ser manejadas, las trasplantará teniendo en todo caso mucho cuidado de no estropear parte alguna de la planta (sería preferible usar un tenedor para estas operaciones que enhebrará debajo de la tierra para tomar la planta entera y ponerla en la nueva maceta) usando una tierra tal como la indicada para las plantas adultas.

Multiplicación por división del tubérculo

El ciclamen está constituido por un tubérculo, redondeado o aplastado, del que brotan directamente las hojas y las flores en la parte alta cóncava y las raíces en la parte baja convexa.

El tubérculo se puede dividir con un cuchillo afilado limpio y desinfectado en más partes, cada una de las cuales debe contener al menos dos yemas, aunque generalmente se divide en dos y se establece cada parte en macetas individuales.

Las principales adversidad de los ciclámenes generalmente son "fisiopatias", es decir enfermedades debidas a condiciones ambientales no favorables.

Si la planta presenta estos síntomas quiere decir que la planta ha sido situada en un sitio demasiado cálido y seco.
Remedio: en este caso es suficiente mojarla bien y desplazarla a un entorno más fresco y húmedo.

Este síntoma quiere decir que la planta ha sido situada en un sitio demasiado cálido y demasiado oscuro.
Remedio: desplazarla a un entorno más fresco y húmedo.

Esta patología que sucesivamente se extiende hacia el borde de la hoja hasta hacerla secar y quedar pegada al tubérculo es típica de la fusariosis, una enfermedad causada por varias especies de Fusarium (un hongo).

Remedio: Cuando los síntomas se hayan manifestado sobre las hojas, dado que la enfermedad se inicia en el tubérculo, no nos queda más nada que hacer. Una recomendación: controle bien la planta antes de adquirirla porque en la mayoría de los casos, se compran ya infectadas.

Esta sintomatología en la que la base de los pecíolos y los pedúnculos florales aparecen blandos porque se pudren son el síntoma de la presencia del "moho gris", un hongo, la Botrytis spp.

Remedio: eliminar enseguida las partes infectadas y tratar con un específico anticriptogámico.
Los remedios respecto la Botrytis son ante todo preventivos, ya que este hongo es favorecido por la excesiva humedad del aire y los riegos excesivos.

Posteriormente a estas manifestaciones las hojas se abarquillan, asumen un aspecto casi polvoriento y caen. Observando cuidadosamente se notan también sutiles telarañas sobre todo en el envés de las hojas. Con estos síntomas muy probablemente estamos en presencia de un ataque de ácaros o araña roja o arañuela un ácaro muy molesto y dañino.

Remedio: aumentar la frecuencia de las nebulizaciones (la falta de humedad favorece su desarrollo) y eventualmente, sólo en el caso de infestaciones particularmente graves, usar productos químicos específicos. Si la planta no es particularmente grande, se puede probar también a limpiar las hojas para eliminar mecánicamente el parásito usando un copo de algodón mojado y enjabonado. Después la planta debe ser aclarada muy bien para eliminar todo el jabón.

Los ciclámenes son plantas venenosas para el hombre. En efecto su tubérculo contiene una sustancia tóxica la ciclamina; que es, en cambio, inocua para muchos animales como el cerdo, el puerco espín, etc.

Todas las especies silvestres del género Cyclamen están incluidas en los diversos anexos del Convenio sobre Tráfico Internacional de Especies Amenazadas (conocido por sus siglas en inglés, CITES) que sostiene que la importación o exportación de ejemplares recogidos en la naturaleza está prohibida y se pueden recoger sólo con permisos especiales. En los países de la unión europea, no se aplica la Convención CITES sino otras normas que también prohíben la recolección de las especies de ciclámenes espontáneas.

Ver: «Cyclamen - El lenguaje de las flores y de las plantas».

Fuentes bibliográficas